Hace ya largo tiempo que la economía brasileña no funciona
como una potente locomotora que tracciona con fuerza a la Argentina.
Este año será el tercero de bajo crecimiento en el vecino país, y los
pronósticos para 2014 no son mucho mejores. Además, la sociedad entre
ambos países le rinde cada vez menos a la Argentina.
Si la ventaja del proceso de integración económica con Brasil se evalúa según la porción de mercado capturada, en lo que va del siglo XXI el resultado es negativo. Partiendo de que en el año 2000 el 12,3% del total de las importaciones brasileñas eran de productos argentinos, se observa una tendencia marcadamente descendente hasta llegar el año pasado a una participación argentina de sólo el 7,4% (7,5 en el primer semestre de 2013).
Un simple ejercicio ilustra lo que esa pérdida de mercado significa: si el año pasado la Argentina hubiese mantenido la porción que tenía en el 2000 como origen de las compras brasileñas, el país habría exportado 10.000 millones de dólares adicionales. Lo anterior explica en parte por qué desde el año 2005 el saldo del intercambio bilateral es desfavorable a la Argentina. El déficit alcanzó un máximo de 5.800 millones de dólares en 2011, aunque con la aplicación de restricciones por parte de la secretaría de Comercio el desequilibrio se redujo en tres cuartas el año pasado y siguió disminuyendo en la primera mitad de 2013.
Brasil empuja poco a la Argentina, la relega como proveedor, vende más que lo que compra, y lo que exporta tiene cada vez más valor agregado. El 93% del total que compra la Argentina son productos industrializados, de lo cual la mitad son automotores y autopartes.
Distinta es la conformación de las exportaciones argentinas a Brasil. Cerca de un 14% son productos primarios, y alrededor de un 10% manufacturas de origen agropecuario de bajo valor agregado (molinería, preparado de hortalizas, etc.). El peso de las exportaciones hacia Brasil del complejo automotriz argentino es actualmente equivalente al que tiene para Brasil las ventas hacia la Argentina.
El desplazamiento de la Argentina como abastecedor de productos industriales a Brasil fue cuantificado en un reciente trabajo de la consultora Abeceb. De los catorce sectores analizados, en trece se verificó que la inserción en los primeros seis meses de 2013 fue menor que en el primer semestre de 2003. Algunos ejemplos: en Madera cayó de 54 a 22%, en Cuero y sus Manufacturas de 32 a 1%, en Químicos de 10 a 6%, en Textil e Indumentaria de 8 a 2%, y en Productos Farmacéuticos de 4 a 2%. En Maquinaria Agrícola y en Juguetes la pérdida fue total: de 5 y de 3% a cero, respectivamente. La excepción es el sector automotriz, donde la inserción subió de 51 a 57%. No es casual, ya que se trata de un rubro en el que rige un acuerdo especial (actualmente en plena renegociación) que cuida el mantenimiento de cierto equilibrio de intercambio.
China aparece como una causa central de la pérdida de participación argentina en el mercado brasileño. Como señalan los economistas de la UBA Marta Bekerman, Federico Dulcich y Nicolás Moncaut en un trabajo publicado en el último número de Voces en el Fénix otro de los efectos negativos sobre el comercio regional de la emergencia de China se vincula con la competencia que este país genera sobre las incipientes exportaciones argentinas a Brasil de manufacturas de origen industrial. Agregan que a nivel global se aprecia que entre el año 1998 y el año 2011 la Argentina perdió un poco más de seis puntos porcentuales de su participación en el mercado de importación brasileño (de 13,9 a 7,5%), mientras que China incrementó su participación en un poco más de doce puntos porcentuales (de 1,9 a 14,5 por ciento).
El artículo (La emergencia de China y su impacto en la inserción internacional de la Argentina) muestra algunos casos notables de desvío de las compras brasileñas desde la Argentina a China. Por ejemplo, en el rubro Insumos y Productos de la Industria Textil: comparando 1998 y 2011, la participación de la Argentina en las importaciones brasileñas cayó de 17,4 a 3,6%, mientras que la inserción de China subió de 5,5 a 44,3%; en siderurgia, la participación argentina en esos mismos años bajó del 8,2 al 2,7%, y la china creció del 1,8 al 24,2%.
Sería ingenuo pretender que la relación entre la Argentina y Brasil no se vea afectada por el avance chino. Pero es necio no hacer el esfuerzo conjunto para atenuar el daño. Es lo que desde algunos despachos oficiales le reprochan a la ministra de Industria Deborah Giorgi y a los encargados de la diplomacia comercial argentina.
Agora falam de "desvío de las compras brasileñas desde la Argentina a China", mas uma grande parte
ResponderEliminardas crises aduaneiras eventuais entre ambas as nações, como a das lavadoras de roupas, vem exatamente de um protecionismo argentino que na verdade não faz sentido, pelo menos em certos setores, visto que só beneficiaram às importações chinesas na Argentina.
ASSIM O MERCOSUL VAI REALMENTE A PIQUE.
Luiz