El valor de las pequeñas centrales hidroeléctricas

(Los Andes) - El déficit energético no se eliminará fácilmente, pero es un paso positivo volver a poner en marcha pequeñas centrales hidroeléctricas, a partir de fuentes renovables. Tal es el caso de la Lujanita, en el departamento de Luján de Cuyo.

 

Para quienes observaron por años el estado de devastación y saqueo de la antigua central hidroeléctrica La Lujanita, en las inmediaciones del dique Cipolletti, reconfortará saber que se está recuperando el viejo complejo para volver a generar electricidad desde ese punto.

Es un proyecto que lleva adelante la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Cuyo, con una especial dedicación de su actual decano, ingeniero Marcelo Estrella Orrego. El lugar era una postal del abandono y desidia, pero desde que la Universidad tomó cartas en el asunto, la situación se ha revertido.

El desarrollo del proyecto actual, que el público viene observando desde hace unos 2 años, consiste en volver a poner en marcha la central La Lujanita, para una generación limitada de energía de 1,7 megavatios (MW) de potencia. Se trata de un modelo de generación distribuida de energía, concebido por Enarsa (empresa pública argentina), que hace que distintos generadores puedan conectarse a la red y contribuir a la oferta de potencia general.

La puesta en marcha de la usina y su operación no estará a cargo de la institución universitaria, sino que se seleccionó, mediante concurso público, un inversor y operador técnico privado, que tiene a su cargo la puesta en valor del complejo, la operación posterior y la comercialización de la energía, durante 15 años.

Todo el proyecto tiene que ver con la decisión del Gobierno nacional de instalar centrales de energías renovables por 895 megavatios, lo que equivale a aproximadamente al 4% de la generación eléctrica anual. Dentro de ese paquete, 10,6 megavatios corresponden a reducidos aprovechamientos hidroeléctricos, uno de los cuales es La Lujanita con sus 1,7 MW, que está en plena realización con una inversión final de 12 millones de pesos.

La posibilidad de La Lujanita se debe a la existencia de un salto hidráulico de 10 metros de altura, desnivel que permitirá transformar la energía potencial en energía mecánica y eléctrica. Es probable que el año próximo este enclave ya esté produciendo.

Obviamente, no se solucionará, ni mucho menos, el grave déficit energético actual de la Argentina, pero no cabe duda que es un paso adelante, en pequeña escala, frente al abandono de los años pasados, luego de la salida del sistema interconectado de la vieja central. También debe resaltarse que se está impulsado la generación de energía limpia, como base de respeto al medio ambiente, ya que el agua que se utilizará en la generación no es consumida y retornará a los cauces de riego en las mismas condiciones en que entró.

Por otra parte, la recuperación de La Lujanita ha sido una demostración de trabajo asociado entre reparticiones públicas, como el Departamento General de Irrigación, la Universidad, las direcciones provinciales de Vialidad e Hidráulica, la Municipalidad de Luján de Cuyo y empresas metalúrgicas.
Finalmente, debe ponderarse como un paso acertado que la Facultad de Ingeniería y el operador privado hayan acordado implementar acciones tendientes a desarrollar en forma conjunta proyectos de carácter académico, económico, científico y cultural para beneficio de ambas instituciones.

Un ejemplo de lo anterior es el hecho de que en el predio de la futura central La Lujanita, habrá espacios que permitirán actuar a los alumnos de cursos avanzados en el mejoramiento de los conocimientos y la práctica dentro de dos especialidades -ingenierías Hidroeléctrica e Hidráulica-, que son orientaciones que disponen los ingenieros industriales y civiles que egresan de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Cuyo.