El régimen comunista permitirá a los campesinos vender, comprar y alquilar el derecho de uso de la tierra, actualmente prohibido. Buscan reactivar el sector que menos progresó.
Pekín permitirá a los campesinos vender, alquilar o hipotecar el derecho de uso de sus tierras que, no obstante, seguirán siendo propiedad de las colectividades locales. La nueva medida está en debate en la sesión plenaria del Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh), que comenzó el jueves y concluirá mañana.
Pekín permitirá a los campesinos vender, alquilar o hipotecar el derecho de uso de sus tierras que, no obstante, seguirán siendo propiedad de las colectividades locales. La nueva medida está en debate en la sesión plenaria del Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh), que comenzó el jueves y concluirá mañana.
El descontento generado en el mundo agrario ha llevado a protagonizar protestas. Los campesinos reclaman que se les reconozca el derecho de uso de parcelas agrícolas. "La medida acelerará el proceso de urbanización, ya que favorecerá la emigración de los habitantes del campo a las ciudades y promoverá la creación de grandes propiedades modernas en las zonas rurales", aseguró Dang Guoying, investigador de la Academia de Ciencias Sociales, en el Diario del Pueblo, órgano oficial del partido.
Según Dang, la reforma permitirá a los campesinos liberarse de sus ataduras al suelo y utilizar el dinero obtenido de las transacciones para mudarse a las ciudades. China cuenta con un sistema dual de gestión del suelo, según el cual la propiedad es independiente del derecho de uso. La tierra pertenece al Estado o a las colectividades rurales, en el caso del campo. Estas colectividades están integradas por un pueblo o un conjunto de pueblos, que distribuyen la tierra a sus habitantes, ya sea para cultivo o residencia.
El sistema de reparto del derecho de uso del suelo colectivo a los campesinos fue creado en 1978, en el marco del proceso de apertura y reforma chino lanzado por el entonces líder Deng Xiaoping. Los agricultores poseen el derecho de explotación de la tierra por períodos renovables de 30 años, pero no la propiedad de la misma.
Pero después de tres décadas de desarrollo meteórico, durante las cuales las zonas rurales han progresado a ritmo mucho menor que las urbanas, el gobierno considera que este sistema impide elevar el nivel de vida en el campo y aumentar la productividad de las explotaciones, debido a su pequeño tamaño. La nueva generación de líderes, que llegó al poder en octubre de 2002, encabezada por Hu Jintao, ha hecho prioritaria la reducción de las desigualdades entre las zonas urbanas y las rurales, que no han cesado de aumentar durante estas tres décadas y se han convertido en una de las principales fuentes de descontento social.
Fuente: Infobae.com
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