Tras una consulta con el resto de los países del Mercosur que no sumó en principio voluntades a su proyecto, Brasil decidió encarar uno de los proyectos más ambiciosos de integración regional, que, como viene pasando, tiene mejor destino en la cultura que en la política.
En el Congreso de Brasil se debate actualmente la creación de la Universidad Federal de la Integración Latinoamericana (Unila), que aspira a convertirse en la primera universidad regional del continente. Para eso, el gobierno brasileño creó en marzo pasado la Comisión de Implementación de la Unila, formada por varios especialistas, que a su vez hicieron consultas con expertos de varios países, para definir la estructura y organización de la futura universidad, cuyo proyecto deberá estar terminado a fin de año.
Por ahora, se sabe que la Unila estará financiada por el gobierno brasileño y aspira a recibir unos 10.000 alumnos y 500 profesores, la mitad provenientes de Brasil y la otra mitad de distintos países latinoamericanos. También, que la enseñanza será bilingüe (en español y portugués) y que su campus estará ubicado en la ciudad de Foz de Iguazú, en la frontera común de Brasil, la Argentina y Paraguay.
Una prueba de la relevancia que el gobierno de Lula da al proyecto es que para diseñar el campus convocó al arquitecto Oscar Niemeyer, uno de los creadores de Brasilia. Niemeyer, de vitales 90 años, presentó el mes pasado su proyecto: seis edificios, que incluyen uno para la administración central, una biblioteca, un auditorio, un restaurante, un edificio de aulas y otro para investigación. "Es mi regalo para Brasil y América latina", dijo Niemeyer, que buscará simbolizar "la integración latinoamericana". El campus estará situado en 40 hectáreas donadas por la empresa Itaipú.
Según Hélgio Trindade, un prestigioso académico y ex rector, que está al frente de la Comisión de Implementación de la Unila, el plan es que la Unila comience a funcionar dentro de un año, mientras se construye el campus definitivo. El ministro de Educación de Brasil, Fernando Haddad, pidió a la comisión que diseñara un proyecto "osado y coherente", al que algunos docentes argentinos ya habrían sido convocados para sumarse.
Brasil presentó la idea al resto de sus pares en el Mercosur en 2007, pero no tuvo buena respuesta. Uruguay planteó objeciones jurídicas para establecer una universidad transnacional, además de cuestiones presupuestarias para sostenerla. La Argentina y Paraguay coincidieron.
Fuente: Raquel San Martín para Diario La Nación