La espectacular tarde de primavera que se vivió ayer, con una sensación térmica de 25°, fue el marco perfecto para la inauguración de la 45a. edición de la tradicional y colorida Fiesta Nacional de la Flor, en Escobar.
Parejas, grupos de amigos y familias enteras recorrieron las 17 hectáreas de parques y los cuatro pabellones en los que se exhibían las más de 25.000 especies de flores silvestres y las 100.000 hibridaciones hechas por el hombre en el país. "La idea es sorprender con la belleza de las flores", dijo a LA NACION Yasuo Inomata, de 70 años, en su mezcla de español y japonés, a la vez que abría los ojos y la boca bien grandes. Inomata es uno de los ingenieros paisajistas encargado de diseñar uno de los cuatro pabellones de la exposición y una de las figuras de la feria, ya que es quien diseñó el Jardín Japonés de Palermo y fue el encargado de trasplantar exitosamente más de 700 árboles en la Autopista del Sol.
Inomata es uno de los que participó de la primer Fiesta de la Flor en 1967, que fue el año en que llegó de Japón. La tradicional fiesta nació en Belén de Escobar por iniciativa del Rotary Club y se concretó por idea de su inspirador, Arturo Brosio. "En un jardín, se deben elegir bien qué flores se ponen al sol y cuáles no. El resto es todo armonía y creatividad", dijo Inomata, que, sin un proyecto previo, como hace el resto de los paisajistas, en un mes fue diseñando el parque de flores, cascadas y senderos de piedra de su pabellón de exposición.
"Es hermoso, ojalá tuviera esos lirios, crisantemos y esos cántaros con agua en casa, pero, entre los dos nenes y el perro, no creo que me dure mucho", dijo Patricia Clas, de 38 años, que vive en Tortuguitas junto con su familia y ayer, por primera vez, visitó la muestra.
Todos los años se eligen dos flores como símbolos. En esta edición, se eligió la orquídea y el crisantemo. De la primera, hay una gran variedad y es símbolo de la juventud eterna. En tanto, el crisantemo se puede disfrutar todo el año y es la tercera flor que más compran los argentinos, después de la rosa y del clavel. "Me encantaron las margaritas y las rosas dobles", dijo Ernestina, de 67 años, que todos los años va a Escobar junto con su marido y sus tres nietos pequeños.
La feria estará abierta al público hasta el 12 de octubre. Los fines de semana y feriados la entrada cuesta 18 pesos y los días de semana, $ 12. Hoy se elegirá a la Reina Nacional Infantil del Capullo, el sábado próximo será el clásico desfile de carrozas y el domingo, la elección de la Reina Nacional de la Flor.
Foto: Roberto Castro
Fuente: Por Paula Soler De la Redacción de LA NACION
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