En el último trimestre de 2012, la Sección de Armamento y Sistemas de Artillería (SASAR), de la Dirección de Sistemas de Armas (DISAR), culminará el proceso de adquisición de la ametralladora ligera MG-4E, diseño de la empresa alemana Heckler & Koch (H&K). Las últimas recepciones completarán el total de 1.800 unidades, previstas en los contratos sucesivos que el Ejército ha firmado con H&K desde 2006, por un importe final cercano a los 20 millones de euros. La otra empresa que concurrió al concurso público fue la belga FN, con su ametralladora Minimi, aunque finalmente fueron los germanos, y su MG-4E, los que se llevaron el gato al agua.
Estas ametralladoras ligeras se encuentran en dotación en las unidades del Ejército desde 2008, cuando se distribuyeron las primeras unidades. Actualmente, la MG-4E está presente en las Academias General Militar, de Caballería y de Logística, en todas las Brigadas de Infantería Ligera, Acorazada y Mecanizada, en la de Caballería, así como en el Mando de Operaciones Especiales; también se encuentra en el teatro de operaciones de Afganistán.
La llegada de la MG-4E desplazará a la Ameli -de la que se adquirieron muy pocas unidades-, aunque no significará el abandono de la MG-42/58 (en sus versiones 1A1, 3 y 3S). «Entre otras cosas, porque la MG-42/58 no es una ametralladora ligera stricto sensu, sino más bien una media (calibre 7,62), más adecuada para utilizarla montada sobre vehículos, como es el caso del Pizarro», matiza el coronel Sotomayor, jefe de la SASAR.
La MG-4E pesa 7,9 kilos y mide poco más de un metro, tiene un calibre de 5,56 milímetros y una cadencia de tiro de entre 850 y 900 disparos por minuto, con una velocidad máxima del proyectil de 920 metros por segundo. Su alcance efectivo es de un kilómetro y el máximo, de cuatro. El sistema de recarga es accionado por gas, el de disparo es rotativo y el cargador consiste en una cinta de eslabón desintegrable para 200 cartuchos.
En general, esta ametralladora es robusta y fiable, pensada para resistir condiciones extremas de polvo, humedad y frío en zona de operaciones. Unas características ideales para los actuales teatros en los que despliegan las tropas españolas.
Visor norteamericano
Como complemento a las buenas prestaciones intrínsecas del modelo, el Ejército lo ha dotado con un visor óptico de combate avanzado de la firma estadounidense Trijicon, de cuatro aumentos y gran nitidez. De hecho, aunque se trata de un visor diurno, permite disparar al objetivo aun con escasez de luz.
Además, parte del arma se fabrica y se ensambla en España, concretamente en la fábrica de General Dynamics Santa Bárbara Sistemas de La Coruña, en virtud del acuerdo alcanzado entre la empresa alemana y la Dirección General de Armamento (DGAM). Dicho acuerdo está gestionado por la DIADI (Dirección de Apoyo al Desarrollo Industrial), que depende orgánicamente de la empresa pública ISDEFE (Ingeniería de Sistemas para la Defensa de España) -(Defensa.com).
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