La figura de los Juegos Olímpicos debe aportar a su organismo 4.000 calorías diarias y para eso debe llevar un llamativo régimen alimenticio.
La maquinaria de precisión que es el cuerpo de Michael Phelps necesita combustible para funcionar, aunque no depende de un petróleo con el precio en las nubes, sino de una combinación de huevos fritos, pasta, pizza, omelettes, sándwiches, café y panqueques que le permita alcanzar las 4.000 calorías diarias.
Phelps, de 23 años, 193 centímetros de altura y 91 kilos de peso, debe aportar a su organismo esas 4.000 calorías por día, porque sino no podría competir. Una persona normal, no sedentaria y con moderada actividad física, requiere de entre 1.500 y 2.000, según las características físicas que posea. Pero Phelps tiene el nivel del metabolismo basal por las nubes, lo que incrementa su necesidad de consumir calorías.
Cada vez que termina una prueba de natación se propone lo mismo: "Comer mucha pizza y pasta y descansar cuánto sea posible". De esa manera alimenta y regenera su cuerpo que en nueve días de competencias en los Juegos deberá exigirse en un total de 17 pruebas. El metabolismo basal señala el mínimo de calorías que el organismo necesita incorporar diariamente para alimentar al cuerpo sin que éste opte por "devorar" reservas como pueden ser las grasas. Con tanta actividad física, el cuerpo de Phelps gasta el doble que una persona normal.
Este es un detalle de lo que el nadador esta consumiendo, cada día, en los Juegos Olímpicos de Pekín, que inicia desayunando a las cinco de la mañana:
- Desayuno: tres sandwiches con huevo frito, queso, lechuga, tomate, cebolla frita y mayonesa; dos tazas de café; un omelette de cinco huevos, un bol de maíz triturado, tres tostadas cubiertas con azúcar en polvo, tres panqueques con chips de chocolate
- Almuerzo: medio kilo de pasta, dos sandwiches grandes de pan blanco con jamón, queso y mayonesa, además de 1.000 calorías en bebidas energéticas
- Cena: medio kilo de pasta, una pizza entera y más bebidas energéticas
Fuente: DPA