El rompehielos Almirante Irízar empezará a ser reparado. En abril de 2007, el fuego consumió el emblemático buque al regreso de una de sus misiones antárticas, en un incendio que comenzó en la sala de máquinas y tuvo en vilo a la sociedad por las alternativas del rescate de sus casi 300 tripulantes. Desde entonces, el Irízar está en la dársena de Puerto Belgrano, la base principal de la Armada. Pero mañana será remolcado al puerto de Buenos Aires, donde comenzarán los arreglos, con un presupuesto estimado en 500 millones de pesos.
Las demoras en reparar el único buque argentino capaz de abastecer las bases en la Antártida tuvieron que ver con los estudios de factibilidad de compra de un rompehielos de similares características. Las autoridades del Ministerio de Defensa pidieron presupuestos sobre rompehielos de gran porte, ante la certeza de que la reparación del Irízar demandaría una importante asignación de dinero y, fundamentalmente, de tiempo. Sin embargo, tras los análisis de rigor prosperó finalmente la propuesta de reparar y modernizar el Irízar.
Las tareas se desarrollarán, en principio, en el astillero de Tandanor, en la Costanera Sur. Los operarios argentinos serán conducidos por los especialistas de Aker Yards (compañía de capitales noruegos y finlandeses) que en febrero habían evaluado los daños en el navío. También la Universidad de Buenos Aires presentó un informe a Defensa sobre las condiciones del buque.
El casco del Irízar, el nervio principal de un rompehielos, no sufrió daños durante el incendio, por lo que resulta factible encarar la reparación.
El casco del Irízar, el nervio principal de un rompehielos, no sufrió daños durante el incendio, por lo que resulta factible encarar la reparación.
En el informe entregado por los técnicos de Aker Yards se estima que el arreglo del rompehielos demandará unos 30 meses. Así, el Irízar no estará disponible sino hasta la campaña antártica de 2012. En cambio, llegaron la semana última dos de los cuatro helicópteros Sea King comprados a los Estados Unidos, después de una gestión del Comando Sur, para reemplazar las dos aeronaves similares quemadas a bordo del Irízar. Mientras espera por su rompehielos, la Argentina deberá alquilar nuevamente buques para reaprovisionar las bases antárticas.
Este verano fue contratado el navío antártico ruso Vasily Golovnin. El contrato fue de 20 millones de pesos e incluyó el uso de un helicóptero pesado de transporte. Una alternativa que aún se analiza en el Ministerio de Defensa, en forma paralela al trabajo que se realizará en el Irízar, es adquirir ese buque ruso, de menor porte que el rompehielos argentino, con la idea de que sea un complemento en el apoyo de la actividad antártica. La adquisición de buques debe contar antes con un acuerdo presupuestario entre Defensa y la Cancillería, que tiene dentro de su órbita la Dirección del Antártico.
El Estado Mayor Conjunto ya lanzó la licitación internacional para alquilar dos buques para la campaña antártica del próximo verano. Uno debería ser el Vasily Golovnin u otro similar, pero la otra embarcación deberá tener las características propias de un rompehielos importante para poder llegar a la base Belgrano II, la más cercana al polo sur. Este año, esa base fue reabastecida con material lanzado en paracaídas desde aviones Hércules.
Fuente: Por Daniel Gallo para el Diario La Nación