La ciudad de Malargüe, a 420 kilómetros al sur de la Capital mendocina, es un escenario deslumbrante para observar el cielo. Allí nace la meseta patagónica y fue el sitio elegido para construir el primer planetario con navegación virtual en pantalla de 360 grados, con imagen tridimensional y sonido digital de Sudamérica.
El complejo fue inaugurado el sábado. Está ubicado en un predio de una hectárea y media de extensión. La obra es un conjunto de cuatro edificios ordenados en una matriz de diseño de generación radial. Tiene un domo central en forma de pirámide. Cada lado mide 13 metros y fue diseñado con grandes tejas triangulares en la gama de los azules que brillan de día y de noche.
Al domo se accede por una rampa que desciende 2,5 metros y permite ingresar a una sala redonda con capacidad para 65 personas. En ese lugar se encuentra la cúpula semiesférica de aluminio micro perforado, inclinada 15 grados, que permite observar la inmensidad del cielo. Las proyecciones sobre la pantalla semiesférica brindan una excelente imagen tridimensional de los astros y ubican al espectador en una especie de burbuja espacial.
El planetario es una herramienta de aprendizaje visual que genera interés, entusiasmo y, en este caso, asombre, en los visitantes. Permite explorar el universo y disfrutar de materia interactiva del movimiento de los objetos y fenómenos celestes. La construcción y el equipamiento demandaron 5 millones de pesos, aportados por fondos municipales y un consejo científico integrado por miembros del Observatorio de Rayos Cósmicos Pierre Auger, que se integra al complejo.
El gobernador mendocino, todo su gabinete y el secretario general del Consejo Federal de Ciencia y Técnica de la Nación, Hugo De Vido, participaron de la apertura oficial del planetario. "Con esto Mendoza se transforma en un sitio privilegiado por la ciencia y se diversifica la oferta turística", dijo el gobernador.Una nueva obra se sumará al complejo: el Instituto de Ciencias de la Tierra, que construyen la Municipalidad de Malargüe, con el aporte de los gobiernos de Argentina e Italia.
"El planetario Malargüe pretende ser un ámbito de conocimiento y divulgación de la astronomía y las ciencias afines", dijo la directora del predio, Marisa Marañón. En el exterior hay espacios peatonales con recorridos que propician encuentros y visitas de elementos astronómicos, como relojes solares, fuentes y naturaleza circundante.Los visitantes reciben información del calendario solar "La meridiana", el reloj de sol "Analemático" y hasta de un reloj ecuatorial. Nadie puede aburrirse en este paseo.
Fuente: Por Roxana Baladoni para el diario Clarín