El texto, firmado por Rubén Fernández, secretario general del sindicato, empieza recordando que UPSA apoyó "activamente" la conducción y que eso les costó a sus integrantes "muchos más agravios de lo que usted imagina". Después se dedica a contestar declaraciones de Recalde a la prensa y enumera los problemas de la compañía: le atribuye una situación "preocupante", la califica de "aventura comercial" y la acusa de la desaparición de repuestos.
Dice que "en casi todas las áreas sensibles a la organización existen serios problemas de gestión, producto, en la mayoría de los casos, de un aluvión de designaciones en los altos niveles de conducción de personas que adolecen [SIC] del conocimiento necesario de nuestra actividad, quienes desplazaron a empleados de probada trayectoria".
LA NACION intentó anoche, sin éxito, hablar con Fernández. Consultados, en Aerolíneas tampoco quisieron hacer declaraciones. "No somos responsables de haber perdido en el primer cuatrimestre más de 156 millones de dólares, 44% más que el año pasado y 35% más que en 2008", dice la carta, que agrega: "No somos responsables de haber aumentado el yield [ingreso medio por pasajero/kilómetros] doméstico en sólo un 4,61% respecto de 2009, cuando las tarifas aumentaron un 20%".
Se adentra después en las operaciones aéreas durante el Mundial. "No somos responsables de haber anunciado con bombos y platillos la Operación Sudáfrica, que nos iba a dejar millones de dólares de ganancia dado que iban a ser vía chárter, luego transformados en part-chárter, y ahora los vuelos son a riesgo empresarial y con suerte saldremos en cero de esta operación y los únicos que van a obtener ganancias son los operadores que comercializaron los boletos".
El texto cuestiona la contratación de una "asesora canadiense, violando el contrato con Oliver Wayman [la consultora con que trabaja], abonándose la friolera de US$ 150 por hora". El párrafo más conflictivo es sobre la seguridad de la empresa. "Este relajamiento de la disciplina, de la carrera de mando y del profesionalismo rompe uno a uno los círculos concéntricos de protección que tenía la empresa para evitar un incidente o accidente", afirma.
"Es indignante tener que sentir que se les saca plata a los jubilados para mantenernos cuando sabemos que [es posible] aplicando las políticas correctas, y no aventuras comerciales como la llevada a cabo", continúa, y aconseja dar premios y castigos para, "por ejemplo, que nadie más haga desaparecer más de 30 masas de rueda por valores que superan los 300.000 dólares, sin que nadie se atreva a investigar nada si planificamos las tareas en tiempo y forma, dando la única prioridad a los intereses del grupo y no a los sectoriales".
Fuente: Nación.com
Hay que agregarle la destruccion de las fuerzas armadas, incremento de pobreza, incumplimiento del desarrollo de los ferrocarriles, todo eso y mas podria hacerse con el dinero que se despilfarra en una empresa deficitaria que no necesitabamos. Vamos extranjeros aprendan como destruir un pais, miren hacia la Argentina.
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