Justo L. Urbieta - Diario La Nación
La falta de manejo de los recursos hídricos fue provocando un pertinaz proceso de desertificación en el centro oeste de esta provincia de Formosa, que derivó en el éxodo poblacional y la generación de un espacio semiárido que impedía encarar programas productivos. Esta situación comenzó a revertirse con políticas que permitieron el manejo del agua y la puesta en marcha de programas orientados a cambiar esa realidad, para lo cual se apeló a la tecnología y la genética.
En 1996, aparecieron los centros de validación de tecnologías agropecuarias, Cedeva, en Laguna Yema y Las Lomitas, orientados a la generación de datos para el mejoramiento de la producción de bovinos con base forrajera y silvopastoril. "Al no disponerse en la zona de experiencias validadas sobre pasturas, fue necesario desarrollar información técnica sobre especies a incorporar con sistemas productivos", explicó el coordinador de los Cedeva, Jorge Balonga.
Una mujer, María Elena Castelán, está al frente de esos programas en el Cedeva Las Lomitas, a 305 kilómetros de esta ciudad. Castelán comentó que la Argentina posee un gran porcentaje de sus tierras en la región subtropical, gran parte de las cuales poseen deficiencia en su régimen de lluvias. Allí existe una marcada estacionalidad estival de las precipitaciones que, sumada a las altas temperaturas, lleva a que el crecimiento activo de los pastos ocurra sólo en el período de primavera-verano. En este contexto, la producción se basa en la ganadería extensiva y la explotación forestal. "El sistema extensivo, de pastoreo continuo, de baja carga animal, hace que la productividad sea escasa y contribuye a la degradación ambiental. La producción de la zona es de 7 kg/ha/año", contó Castelán.
Según la experta, es importante adoptar sistemas que tiendan a asociar altas productividades con sustentabilidad de los ecosistemas. Además, dijo Castelán, teniendo en cuenta la potencialidad de Formosa para la producción de carne, se hace necesaria la implementación de tecnologías sustentables para la explotación del recurso natural en todo su territorio. Esa es la misión que se encomendó al Cedeva, para incrementar la producción de pasto y mejorar su manejo.
"El manejo silvopastoril, donde interactúan el ganado, la pastura y el estrato arbóreo, se presenta como una alternativa de múltiples beneficios, entre ellos, la sombra que ofrecen los árboles protege tanto a animales como a pastos de las temperaturas extremas", dijo Castelán, quien destaca que a partir de la implementación del Cedeva Las Lomitas se genera experiencia aplicable a toda el área de influencia, que una vez validada podrá extenderse en su uso a los productores que viven y trabajan en el oeste formoseño.
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