Por Rodrigo Herrera Vegas para lanacion.com (*)
Las centrales hidroeléctricas constituyen nuestra mayor fuente de energía renovable en la actualidad. Estas pueden considerarse indirectamente centrales solares, dado que gracias a la energía del sol, el agua se evapora de los océanos y fluye por los ríos haciendo girar las gigantescas turbinas. Lamentablemente, la construcción del infraestructura provoca en ocasiones un impacto negativo sobre los ecosistemas que los rodean.
Afortunadamente existen varios emprendimientos que intentan aprovechar la corriente de ríos y mareas de manera sustancialmente menos invasiva para el ecosistema mediante dispositivos que se colocan en los lechos de ríos u océanos para aprovechar el movimiento del agua. Nos concentraremos en tres sistemas: el Free Flow Kinetic Hydropower, el Seagen y la UTG.
Verdant Power , una empresa de origen norteamericana y canadiense diseña y comercializa unas turbinas similares a los molinos de viento modernos con la diferencia que estas se colocan debajo del agua en el lecho de ríos u oceanos. El equipo es invisible desde la superficie, no hace ruido, y se coloca en lugares que no interfieren con la navegación. Su diseño permite orientarlas de manera precisa a la dirección de la corriente, al igual que un molino de viento tradicional.
El sistema de Verdant Power, llamado Free Flow Kinetic Hydropower System, utiliza turbinas horizontales de tres palas. Ya se han instalado 6 turbinas de cuarta generación en la ciudad de Nueva York donde aprovechan la corriente del East River. Esta matriz, tras 9000 horas de funcionamiento, proporcionó a la red 70MWh de energía. Según Verdant Power, el mantenimiento requerido por este sistema es mínimo, aunque cabe destacar que por su ubicación subacuática, parecería ser delicado y costoso.
Marine Current Turbines utiliza un enfoque distinto. Su unidad llamada Seagen también se ubica sobre el lecho de un río o mar, aunque su torre sobresale de la superficie del agua. En el año 2008, se instaló una unidad que genera 1,2MW de energía limpia en Strangford Lough, en el Reino Unido. Hasta el presente, ha generado 3800 MWh por año, representando un ahorro de emisiones de 1695 toneladas de CO2 dada la matriz energética del Reino Unido. Los dos rotores tienen un diámetro de 16m y una velocidad nominal de 14,3 rpm. La velocidad media de la corriente en el lugar es de 3,7 m/s y la máxima de 4,8 m/s.
Esquema de la turbina de Verdant Power
Foto: Gentileza Verdant Power
A su vez, Ocean Renewable Power Company (ORPC) construyó un sistema basado en un diseño helicoidal que permite aprovechar las mareas o la corriente de un río siempre y cuando estas excedan una velocidad de 1,8 nudos (3,3 km/h). Cada sección de la turbina está compuesta por cuatro cuchillas helicoidales fabricadas en materiales especiales, resistentes a la corrosión provovada por el agua salada. El sistema está diseñado para funcionar con corrientes de ambos lados, cualidad importante para lograr el aprovechamiento de mareas oceánicas. Otra gran ventaja es que estas se acuestan sobre el lecho y su mínima altura logra con una interferencia cuasi despreciable para la navegación. Al no tener engranajes, no requiere lubricación y no generan ningún tipo de contaminación al agua.
Estos tres sistemas funcionan con los mismos principios que una turbina de viento: las aspas giran y alimentan un generador. Una gran ventaja de instalar estas turbinas debajo del agua es que esta ultima es 800 veces más densa que el aire permitiendo conseguir altas potencias con corrientes de baja velocidad. La electricidad que generan proviene de una fuente renovable y limpia, instalandolse en grupos o matrices de manera a crear sistemas escalables de generación a medida que los requerimientos energéticos crecen.
Turbinas de Verdant Power transportadas para su instalación en Nueva York
Foto: Gentileza Verdant Power
Las tres empresas se jactan que estos sistemas no interfieren con la vida marina dado en parte por las bajas velocidades de rotación. Sin duda éstos parecen ser menos invasivos para los ecosistemas que las gigantescas represas existentes y pueden llegar a ser una solución ideal para alimentar de electricidad a pueblos a orillas de ríos, o en zonas con fuertes mareas. Sin embargo, cabe destacar que la cantidad de unidades requeridas para alimentar ciudades enteras abarcaría una superficie extremadamente amplia. Si bien su mantenimiento no parece muy simple, las pocas obras de ingeniería necesarias para su instalación son muy alentadoras. Nuestro territorio parece a primera vista ideal para este tipo de tecnología dada la gran cantidad de ríos y agua que nos rodean. Me es cada vez más dificil entender porque preferimos construir una central que queme carbón como la que está planeada en Río Turbio.
(*) Rodrigo Herrera Vegas es co-fundador de sustentator.org
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