jueves, 18 de septiembre de 2008

Visor de alerta temprana y arma térmica

Se ha desarrollado un visor unido a un casco, su principal atractivo es que avisa de todos aquellos puntos que pueden ser relevantes. Para explicarlo mejor, cuando miramos a un sitio, el cerebro recoge información de todo lo que vemos, pero debido a que se satura de información, solo se queda con una mínima parte. Lo que permite este visor, es guardar esta información y avisar de todo lo que pueda tener algo de importancia.

Poniendo un ejemplo, si un soldado esta en un tanque en movimiento vigilando, mira a los lados y no ve nada, pero el visor le avisa con la información de su propio cerebro, de que ha habido exxtraños movimientos en un punto y lo que podría ser una emboscada. Otro ejemplo menos bélico aunque el desarrollo del producto sea con esos fines, es si un bombero esta en una casa en llamas, y al mirar a su alrededor, no se fija en que por una venta sale umo o hay alguien atrapado en algún sitio, el sistema le avisaría. Por ahora es un prototipo, que bien permite agudizar el sentido visual e incruso adelantar unas decimas de segundo gracias al cerebro.

Es curioso, pero otras cosas novedosas que ya llevan en funcionamiento algún tiempo son los visores que te permiten disparar donde concentras la mirada: en resumen, con este sistema, los pilotos pueden disparar misiles con solo mirar desde la cabina de su avión o helicoptero. Algo más curioso y desconcertante es un dispositivo que envia microondas capaz de irradiar una sofocante ola de 130 grados de temperatura con un alcance de 700 metros, si va incorpado en un pequeño equipo portatil; y hasta 2 kilometros si va encima de un vehículo tipo jeep.

El arma utiliza ondas electromagnéticas que no matan, ni mutilan. Aseguran expertos militares adeptos al nuevo juguete de guerra. Pero el proyecto, que es fruto de una investigación de 10 años, y que ha costado a los contribuyentes unos 40 millones de dólares, ya tiene voces en contra. Las ondas pueden penetrar la ropa, apenas penetran la piel, alcanzando una profundidad de menos de un milímetro. En más de 6.500 ensayos sobre 72 personas, sólo uno fracasó.

Una de las personas expuestas a las ondas recibió una quemadura del tamaño de una moneda en su espalda. Y ello se debió —justificó el Pentágono— a que el arma había sido mal programada.Un segundo bajo el diminuto rayo crea una sensación de quemazón igual a 120 grados, dijeron los funcionarios del Pentágono, y agregaron que el arma puede ser ajustada para calentar la piel hasta temperaturas de 130 grados o más. Cuando penetra en la piel, activa los sensores de dolor y se siente mucho dolor, que termina cuando el individuo se aleja de la zona. En su forma experimental, se parece a un disco satelital casero que en el futuro estaría montado sobre un vehículo Humvee (una especie de todoterreno). Se está considerando su uso en aviones y barcos.

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