Por Pablo Adreani (*) - Para LA NACION
Este año, el consumo será el mayor de la historia
La sorpresa del informe publicado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) no fue tanto por la reducción del estimado en la producción de maíz norteaamericano, que el mercado daba por descontada, sino por el fuerte incremento que proyecta para el consumo mundial de ese cereal. Este año, el mundo llegará al mayor consumo de maíz en toda su historia, acariciando los 872 millones de toneladas. Esta proyección implica un aumento 25,74 millones con respecto al consumo del año anterior, y de casi 11 millones de toneladas con respecto al informe del mes pasado.
Hasta la campaña pasada, el aumento en el consumo mundial de maíz estaba sustentado en el fuerte incremento de la demanda de maíz para producción de etanol en los Estados Unidos y en el fuerte crecimiento del consumo de proteínas animales en China. Este año es China la que lidera el aumento en el consumo de maíz, con un crecimiento de 13 millones de toneladas con respecto al mes anterior, pasando de 168 millones al récord de 181 millones de toneladas.
Los norteamericanos, en cambio, acusan una baja de 2,5 millones de toneladas en su consumo doméstico de maíz por primera vez en esta última década, proyectando 290,97 millones versus 293,38 millones de la campaña pasada. En combinación con esta mayor demanda global de maíz , el USDA corrigió hacia abajo su estimado de producción de maíz norteamericano, con una merma de 7,7 millones de toneladas, llegando ahora a 335,3 millones contra 343 millones del mes anterior.
El ajuste efectuado por el Departamento de Agricultura tiene que ver con la menor superficie de siembra y de cosecha de la nueva campaña de maíz en los Estados Unidos, cuya evolución en las siembras sufrió uno de los peores atrasos de las últimas dos décadas, por ajustes de una menor superficie final de siembra y de cosecha. Todavía queda por sembrar el 6 por ciento de la intención inicial de superficie, lo que representa algo más de dos millones de hectáreas o su equivalente de 20 millones de toneladas.
En estas circunstancias la Argentina debería tomar ventaja de estar viendo esta película en contraestación y actuar en consecuencia para poder captar la demanda que los norteamericanos no podrán abastecer. Nuestro país puede tranquilamente sembrar un millón de hectáreas más de maíz en la próxima campaña 2011/12 si el gobierno entendiera que la producción de commodities está basada en la biología y las decisiones de siembra del productor se mueven por expectativas.
En este sentido es imperioso que el Gobierno dé una señal clara a los productores, en estos momentos en que se está decidiendo la siembra, otorgando o liberando los registros de exportación por el saldo exportable que todavía hoy está disponible y que sería una lástima de no aprovechar, sobre la base de la actual coyuntura de precios favorables tanto para el productor como para los ingresos del Estado, en concepto de divisas y de recaudación por retenciones a la exportación.
(*) El autor es director de AgriPAC Consultores.
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