miércoles, 5 de mayo de 2010

Un caldo de cultivo para el extremismo islámico

Los vínculos con Paquistán del terrorista que intentó perpetrar el atentado en Times Square volvieron a poner en la mira al convulsionado país asiático, que ahora podría sufrir una renovada presión de Estados Unidos para que haga frente a las milicias islámicas que operan en su territorio.
Tehrik-e-Taliban Paquistán (TTP), la rama paquistaní del movimiento talibán que se originó en Afganistán, se ha adjudicado la responsabilidad del fallido atentado, y su líder, Hakimullah Meshud, reapareció el domingo pasado en una serie de videos difundidos por Internet, en los que amenazaba con nuevos ataques suicidas en las principales ciudades estadounidenses.

La Casa Blanca desmintió luego que los talibanes paquistaníes estuvieran detrás del complot, pero sí confirmó que el acusado de haber conducido el coche bomba por las calles de Nueva York, Faisal Shahzad, es un ciudadano norteamericano nacido y entrenado en Paquistán.

El frustrado atentado podría plantear nuevas dudas sobre la determinación con la que Paquistán combate a los militantes islámicos, en momentos en que debe hacer frente a un amplio abanico de problemas, desde el estancamiento económico hasta los cortes de energía, que están carcomiendo la popularidad del gobierno.
"Paquistán podría tener que prepararse para hacer más sacrificios y hacer un uso mucho más intenso y sistemático de la fuerza", dijo Rifaat Hussain, jefe del Departamento de Defensa y Estudios Estratégicos de la Universidad Quaid-i-Azam, de Islamabad.

Paquistán, que tiene una gran dependencia de la ayuda extranjera, afirma que no está en condiciones de ampliar su ofensiva a nuevas áreas como Waziristán del Norte, refugio de una compleja red de grupos militantes que podrían amenazar la autoridad del Estado. "La buena voluntad internacional va a disminuir a menos que hagamos más esfuerzos para detener a los grupos de Waziristán del Norte, que no han sido tocados, y a los grupos del Punjab", dijo el experto en la milicia talibana Ahmed Rashid.

Algunas de las agrupaciones más peligrosas del país operan justamente en el Punjab, una provincia ubicada en el corazón de Paquistán. Entre ellos se encuentra Lashkar-e-Taiba (LeT), responsable de los ataques de Bombay en 2008, que dejaron 166 muertos, y acusado de organizar otros atentados en Occidente. LeT tiene entre 2000 y 3000 milicianos y unos 20.000 seguidores, muchos de ellos entrenados para combatir y que podrían ser movilizados en el caso de una ofensiva del gobierno.

El otro riesgo que podría enfrentar el gobierno si intensifica su ofensiva contra los grupos extremistas es la posibilidad de que surja una alianza de LeT con los talibanes paquistaníes, apoyados por Al-Qaeda, y que continúan perpetrando ataques suicidas a pesar de una sostenida ofensiva del ejército paquistaní. Muchos expertos en seguridad se muestran escépticos en cuanto a la capacidad de TTP para perpetrar ataques fuera de Paquistán, pero admiten que les preocupa que su acercamiento a Al-Qaeda los lleve a perseguir los mismos objetivos globales de Osama ben Laden, en vez de limitarse a combatir contra el gobierno paquistaní.

Un viejo aliado de Estados Unidos en la región, en el pasado Paquistán ha demostrado su capacidad para combatir a los grupos extremistas, incluido Al-Qaeda. Ahora Estados Unidos podría estar a punto de aumentar la presión sobre el gobierno para que logre más resultados.

Fuente: Diario La Nación

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