Por Mauricio Macri Para LA NACION
La educación y la recuperación del espacio público son pilares esenciales para transformar Buenos Aires en una ciudad con mejor calidad de vida y con un proyecto inclusivo, que garantice igualdad de oportunidades para los niños y los jóvenes.
Con ese objetivo en la mira pusimos en marcha hace muy pocos días la iniciativa Ciudad Educativa 2010, que de aquí en más será una nave insignia de nuestra gestión. Cada decisión que tomemos a nivel de gobierno va a ser analizada en términos de su impacto educativo.
Queremos revalorizar el papel del Estado como generador de una cultura que privilegie el conocimiento y que ponga la ciudad a la altura de las exigencias que demanda la economía moderna. Y también nos proponemos movilizar a los ciudadanos para recrear esa alianza histórica entre la escuela y la familia, que ha sido marca distintiva de la educación pública argentina.
Si aspiramos a vivir en una sociedad mejor, todos somos educadores, no solamente los maestros, y hasta con las acciones que parecen más triviales podemos ayudar todos los días colaborando para que el tránsito funcione bien, para que el espacio público permanezca limpio y ordenado y para que haya un clima de convivencia amigable, sin agresiones. Son ejemplos de acciones que están a nuestro alcance cotidianamente y que, si las cumplimos, contribuirán a reinstalar los valores del respeto y a recuperar la fortaleza moral de aquella sociedad en la que se predicaba a partir del ejemplo de los mayores.
El camino para edificar un buen sistema de educación pública y gratuita plantea en primer término el necesario salto de calidad, con más contenidos y con la indispensable incorporación de las nuevas tecnologías. Otro aspecto prioritario es la inclusión social. Todos nuestros chicos deben tener acceso a una educación de excelencia, pero muy especialmente los que menos tienen. La educación pública es y debe seguir siendo el mejor igualador de oportunidades en la sociedad.
Por supuesto, también hay que fortalecer la presencia del docente en las aulas luego de una época en la que, frecuentemente, la autoridad de los maestros ha sido menoscabada por la ausencia de límites, algo que le hizo mucho daño a la escuela pública. A esto debemos agregarle, además, el aprendizaje de idiomas. Por eso decidimos que a partir del año próximo la enseñanza de inglés en la escuela primaria comenzará a partir de primer grado.
Por este camino vamos a sentar las bases para modelar un sistema que vincule la educación con el mundo del trabajo y que facilite la inserción laboral de los jóvenes, asegurándoles el derecho a elegir un futuro digno con libertad.
Ciudad Educativa es un reto ambicioso y atrayente que asumimos con entusiasmo de cara al Bicentenario y con la firme convicción de que el desafío educativo debe volver a ocupar un lugar de vanguardia en la agenda de la ciudad y de la Argentina.
*El autor es jefe del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires