El "Expreso del Sur" no tiene el visto bueno de Lula. Por el mismo motivo se frenó un gasoducto.
Argentina y Venezuela buscan sellar un ambicioso plan de integración productiva ferroviaria, que materialice además el sueño de crear un ferrocarril que una Buenos Aires y Caracas. El Expreso del Sur, lo bautizó el presidente venezolano Hugo Chávez en su visita a esta capital, a principios de agosto. Y para avanzar con esta faraónica obra -que, dicho sea de paso, necesitará del aval de terceros países cualquiera sea su traza-, Chávez enviará a su ministro de Infraestructura. Isidro Rondón vendrá a mediados de mes para firmar acuerdos que por ahora son cartas de intención.
Ayer, en la Cancillería, el Subsecretario de Integración Económica Americana y Mercosur, Eduardo Sigal, y el coordinador de este proyecto, Gabriel Hourmilougue, defendieron a capa y espada ante la prensa los acuerdos que se vienen. Tuvieron que hacerlo ante las dudas que generan estos planes, sobre todo si se trae a la memoria el llamado Gasoducto del Sur, que Chávez y Néstor Kirchner idearon en 2006. El desinterés con el que países como Brasil miraron este ducto que uniría las pampas con el Caribe enfrió los planes."Requerimos de nuestros hermanos de Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Bolivia y todos los que se quieran sumar para hacer realidad esta idea bonita de unión entre los pueblos de América del Sur", señalaba hace unos días el ministro Rondón junto a la embajadora Alicia Castro.
Ambos hicieron un llamado en Caracas a la creación del tren, que recorrería unos 6.200 kilómetros desde Argentina hasta las costas del Caribe, y se valúa como una inversión de US$ 9.000 millones. Los funcionarios dicen que ya hay 2.400 kilómetros de vía disponible para aprovechar: Buenos Aires-Santa Cruz de la Sierra (Bolivia). Y barajan dos opciones: la más improbable dada la resistencia ya manifiesta por funcionarios de Brasil, es atravesar el territorio amazónico; y la otra, recorrer el pie de Los Andes.Con todo, los funcionarios buscaron dejar en claro las diferencias de proyectos, por lo que ahora consideran importante avanzar en la firma de los acuerdos que permitan a empresarios argentinos aportar tecnología y know how a Caracas para que Chávez renueve la plaza de vagones de carga y de pasajeros del sistema ferroviario venezolano.
"Una industria binacional venezolano argentina competitiva y complementaria para el mercado suramericano, aun sin Brasil, es sustentable", señaló el ingeniero Juan Cristóbal Rautenstrauch, presidente de Ferromat, que tiene un preacuerdo con el Instituto Ferroviario del Estado venezolano (IFE) para la creación de la binacional Inferlasa. La idea que tienen es que con esta empresa, Venezuela inyecte el dinero y los argentinos aporten tecnología de montaje. Rautenstrauch es el joven ingeniero que le vendió 320 vagones a Cuba, como parte del crédito que en los setentas se le concedió a La Habana. Argentina cumplió su parte, pero la isla nunca devolvió el dinero.
Fuente: Por: Natasha Niebieskikwia - Diario Clarín