Todas las provincias argentinas tienen el mismo tipo de cambio nominal, pero no todas tienen la misma competitividad. Y la provincia de Buenos Aires puede ser la economía más grande del país, pero no es la más competitiva: la Capital Federal se queda con ese diploma, según un ranking elaborado por la consultora Delphos Investment.
Las cinco provincias más competitivas de la Argentina son la Capital Federal, San Juan, Chubut, San Luis y Tierra del Fuego, según la medición de Delphos, que contempló seis variables: la capacidad productiva y la presión fiscal, la infraestructura, el financiamiento, la integración comercial, la ciencia y la tecnología y el desarrollo humano. Buenos Aires ocupa la mitad de la tabla, debajo de Mendoza y arriba de La Pampa. El listado lo cierran Jujuy, Misiones, Santiago del Estero, Formosa y Chaco, en ese orden.
El informe de Delphos deja de lado la noción más extendida de competitividad -aquella que surge del valor del peso en relación con otras divisas- para concentrarse en los factores que hacen atractiva una economía "para localizar y desarrollar actividades económicas" allí. Para medir los "factores" mencionados se consideraron 46 variables.
La ciudad de Buenos Aires "alcanza el liderazgo en las mediciones de infraestructura y financiamiento, lo cual es posible gracias a la amplia cobertura de servicios básicos, telecomunicaciones, red vial, servicios de salud y entidades financieras", destacó el informe. La ciudad tiene, además, la tasa más baja de analfabetismo.
El informe destaca que, por las "diferencias sociales y productivas entre las provincias argentinas y la ciudad de Buenos Aires", la segunda posición podría ser presentada como el primer puesto de un ranking "netamente" provincial. "Este segundo lugar podría calificarse como un empate técnico. Sin embargo, San Juan logra aventajar a Chubut por algunas décimas", agrega el trabajo.
La dinámica y la variedad de destinos de las exportaciones sanjuaninas le otorgaron esa ventaja, concluyeron en Delphos. Las elevadas inversiones en minería y una baja presión fiscal también beneficiaron la valoración de San Juan respecto de otras provincias.
La dinámica y la variedad de destinos de las exportaciones sanjuaninas le otorgaron esa ventaja, concluyeron en Delphos. Las elevadas inversiones en minería y una baja presión fiscal también beneficiaron la valoración de San Juan respecto de otras provincias.
Respecto de Chubut, tercera en el ranking nacional, el informe destaca que si bien "no encabeza ninguna de las seis variables estudiadas" logra posicionarse segunda en tres de ellas: infraestructura, integración comercial, y capacidad productiva y presión fiscal.
La paridad entre las provincias se vuelve más notoria del cuarto al décimo puesto. Allí se ubicaron San Luis, Tierra del Fuego, Río Negro, Córdoba, Santa Cruz, La Rioja y Santa Fe.
El top ten puede entonces resumirse así: hay provincias patagónicas ricas en recursos naturales; tres provincias beneficiadas con regímenes de promoción industrial, San Juan, San Luis y La Rioja, y dos distritos con riqueza agrícola e industrial: Córdoba y Santa Fe.
Para Delphos, hay dos características que se repiten: una serie de condiciones naturales favorables, y políticas de Estado que de una u otra manera alientan la inversión privada y la producción. Ambas o una de ellas se dan en todos los distritos que ocupan los primeros diez puestos del ranking. Y como consecuencia del desarrollo productivo, los indicadores de desarrollo humano superan a los de otras provincias, mejorando aún más su posición.
Formosa, Santiago del Estero y Chaco cierran las posiciones. "Todos ellos comparten la característica de presentar pobres mediciones en los seis rubros analizados", sentencia el informe de Delphos, que advirtió deficiencias en infraestructura, fuentes de financiamiento, aliento a inversiones, la estructura impositiva y la integración comercial. "El escaso desarrollo productivo tiene como resultado magros indicadores de desarrollo humano, presentando los peores índices de pobreza e indigencia", completa el trabajo.
Fuente: Por Rafael Mathus Ruiz de la Redacción de LA NACION