martes, 13 de agosto de 2013

Vecinos piden que se extienda la línea A hasta Liniers

(enelsubte.com) - Enviaron un pedido a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad para que SBASE cambie su criterio de no continuar la A más allá de San Pedrito. Presentarán una medida cautelar para que las obras en marcha no anulen la posibilidad de una extensión futura hacia el oeste. ¿Por qué la línea debe terminar en Nazca?
Vecinos del barrio de Floresta elevaron una nota a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad para que Subterráneos de Buenos Aires deje abierta la posibilidad de extender la línea A desde su futura cabecera San Pedrito, aun no inaugurada, hacia el oeste.

Según expusieron a Crónica Ferroviaria, Juan Pablo Piccardo -presidente de SBASE- les habría manifestado que las obras de la cochera y taller Nazca no impedirán una futura extensión de la línea A hacia el oeste.  No obstante, los vecinos argumentaron en su nota a la Defensoría que los ingenieros de obra les dijeron exactamente lo contrario. 
Por lo tanto, dedieron presentar una medida cautelar "a los efectos de conseguir que los ciudadanos, vecinos de Floresta, Villa Luro y Liniers tengamos el mismo derecho que aquellos que pueden acceder a los beneficios de este transporte".  "Los Ciudadanos, vecinos de Floresta, insistemos en nuestra premisa de que las obras no impidan la continuidad de la Línea en el futuro. Estamos de acuerdo con los trabajos que se están efectuando, salvo lo relacionado con la construcción de los talleres y obras afines, ya que si en el futuro se decidiera llevar la Línea hacia Liniers, habrá que demoler parte de lo construido de acuerdo con lo manifestado por el Ing. Canedo Peró, Director de la Obra, y por el Ing. Carlos Giani, asesor del presidente de SBASE", se lee en el borrador de la medida cautelar.

Por qué la línea A no puede extenderse más allá de San Pedrito

La línea A parece una candidata ideal para ser extendida hacia la Provincia si se observa la situación general del transporte público de pasajeros que sirve la zona Oeste.  Una única línea de ferrocarril (Sarmiento) sirve a esta populosa area del Conurbano con grandes limitaciones en cuanto a infraestructura y frecuencias: escaso material rodante, exceso de demanda, infraestructura obsoleta y pésimo mantenimiento a cargo de la concesionaria TBA forman un cóctel muy difícil de afrontar en el largo plazo.  Como si fuera poco, los colectivos que van hacia el Oeste son a todas luces insuficientes, y si se cuenta la quiebra de "La Lujanera" luego de que fuera administrada por Metrovías en los 90, la situación ferroviaria es insostenible.  Así, los vecinos de dicha zona se ven obligados a viajar en transportes sobresaturados con los enormes riesgos que eso entraña para su integridad física y moral, por lo que la extensión de la línea A aparece como una solución lógica al menos en el mediano plazo.

Sin embargo, hay factores que desaconsejan fuertemente dicha obra.  El subterráneo es un medio que moviliza grandes masas de pasajeros gracias a sus altas frecuencias, pero bajo ningún punto de vista puede asumir el trabajo que le corresponde al tren.  El tan prometido soterramiento de la línea Sarmiento, se haga con cuatro vías y en trinchera entre Once y Liniers removiendo pasos a nivel en Provincia o bien según el proyecto oficial de un único túnel de via doble hasta Moreno, sería la solución ideal ya que permitiría no sólo mejorar las condiciones de viaje sino también proveer una oferta de transporte mucho más amplia a la que podría ofrecer la línea A.

Para que el subte pueda soportar una extensión hasta Liniers, y esto vale también para las demás líneas para las que cíclicamente se propone una extensión a Provincia, no alcanzará únicamente con reemplazar el material rodante sino que habrá que realizar obras de readecuación de túneles y estaciones para poder ofrecer un entorno cómodo y seguro a los cientos de miles de personas que se sumarían al servicio.  Para evitar la previsible saturación de los trenes, la línea A deberá ser provista de tramos de cuatro vías para poder prestar servicios rápidos, a la vez que habrá que reformar las estaciones del tramo original para que puedan albergar trenes de al menos seis coches como en el resto de las líneas.

Dichas obras no sólo son caras, sino también riesgosas.  Por un lado, se trata de una reforma masiva de un túnel hecho de ladrillos (entre Plaza de Mayo y Miserere) y de hormigón (de Miserere hasta Primera Junta) que está cerca de cumplir cien años de servicio con todo lo que eso implica: miles de puntos débiles y fatiga de los materiales producidos por los cambios de temperatura, vibraciones del material rodante y del entorno urbano, las filtraciones y las reparaciones efectuadas.  También debe considerarse que un hipotético ensanche de los túneles para alojar cuatro vías comprometerá los cimientos de edificaciones cercanas a la superficial traza del subte Anglo, dejando nada de espacio para los indispensables andenes.  Por otro lado, las estaciones a reformar son Monumento Histórico Nacional, por lo que las intervenciones deben ser únicamente a fines de preservar lo existente.  Además, obras de tamaña envergadura requerirían inevitablemente la suspensión del servicio por varios años y severos trastornos a la circulación vehicular en Avenida de Mayo y Rivadavia.

Antes de extender el subte, primero habría que mejorar los servicios del ferrocarril Sarmiento para que pueda duplicar o triplicar su actual oferta.  Una vez que esto esté hecho, y se estudien los nuevos flujos de pasajeros, podrá pensarse en llevar el Subte hacia el Oeste y encima tan cerca del tren.  En ese sentido, quizás lo más conveniente sería construir una nueva línea con estaciones y túneles diseñados para lidiar con los volúmenes de pasajeros que se proyecta para una traza de esta naturaleza.  Dicha obra incluso fue contemplada en varios proyectos de extensión del subte. 

El Plan Cóndor, elaborado en 1957, advertía que cualquier extensión de la línea A desde Primera Junta hasta San Pedrito debía ser precedida por la construcción de una línea aliviadora por el eje de las avenidas Independencia y Juan Bautista Alberdi.  Obviamente esta línea jamás se construyó y ni se la incluyó en las leyes 317, 670 y modificatorias: las consecuencias las puede ver cualquiera que viaje en hora pico en la línea A tras la apertura de Puan y Carabobo, sin siquiera una cola de maniobras que evitara que hasta cuatro trenes ascendentes tengan que esperar señal de vía libre para poder descargar pasajeros en la terminal provisoria y regresar al centro.

1 comentario:

  1. Seria una estupidez, ya hoy esta saturada, tenes que hacer nuevas lineas paralelas e interconectadas.

    L.B.A.

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