Por Daniel Santoro - Clarin.com
Macri ordenó ayer enviar este año mil militares para dar apoyo logístico a las fuerzas de seguridad. Custodiarán radares y pasos fronterizos.
El Gobierno decidió ayer movilizar efectivos del Ejército y la Armada a la frontera norte para dar apoyo logístico a las fuerzas de seguridad en la lucha contra el narcotráfico, tal como adelantó el sábado pasado Clarín. Este año se comenzará con mil efectivos y el año próximo se piensa aumentar el número a 6 mil.
Los militares realizarán tareas de seguridad de los radares de la Fuerza Aérea para captar vuelos ilegales y de las centrales hidroeléctricas, entre otras tareas. Además, realizarán tareas de transporte de tropas y logística en helicópteros. "La idea es blindar la frontera norte para frenar el avance del narcotráfico", revelaron altas fuentes oficiales a este diario. Estas medidas permitirán que algunos gendarmes dejen esas tareas y puedan ser movilizados a los centros urbanos para combatir la inseguridad.
La decisión se tomó en una reunión con el Presidente de la Nación Mauricio Macri, donde participaron el Jefe de Gabinete Marcos Peña y los Ministros de Defensa Oscar Aguad y Seguridad Patricia Bullrich, entre otros. Allí "se avanzó en la organización y despliegue de las fuerzas armadas para brindar colaboración y apoyo a las fuerzas de seguridad en la frontera norte del país", agregaron las fuentes.
Con la atención puesta en los pasos limítrofes ilegales de la frontera norte "se están definiendo acciones conjuntas para cubrir el territorio desde Salta a Misiones, con dotación de personal que se incorpore gradualmente y rotación periódica, a efectos de tener mayor presencia de las instituciones del estado", agregaron las fuentes.
A la reunión de ayer también asistieron el Jefe del Estado Mayor Conjunto teniente general Bari del Valle Sosa, el Director Nacional de Gendarmería Comandante General Gerardo Otero, el Secretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo, el Secretario de Seguridad Eugenio Burzaco, y el Coordinador General del Ministerio de Seguridad de la Nación Gerardo Milman. En el encuentro también se decidió "impulsar reformas normativas, volviendo a lo estrictamente previsto en las Leyes de Defensa y Seguridad Interior vigentes". Se trata de cambiar algunos artículos, no de derogar, el decreto 727 que impulsó la ex ministra de Defensa, Nilda Garré.
Los militares no cumplirán funciones policiales, sino solo de apoyo logístico según lo estipulado por los decretos de la ex presidenta Cristina Kirchner del 2011 que dieron lugar al “Operativo Escudo Norte” de la ex ministra de Seguridad Nilda Garré y el ex número dos de esa cartera, Sergio Berni.
Mientras tanto, fuentes del ministerio de Seguridad señalaron que Bullrich “no sacará 3 mil gendarmes de sus 800 puestos de frontera o prefectos de sus 250 porque no quiere descuidar el decomiso de drogas que aumentó el 200 por ciento en los últimos dos años”. Sin embargo, la ministra impulsa una “reestructuración operativa” de la Policía Federal, la Gendarmería, la Policía de Seguridad Aeronáutica y la Prefectura para sacar más efectivos de las oficinas y ponerlos en las calles de la Capital, el Gran Buenos Aires y otros populosos centros urbanos del país.
El proyecto también se descartó porque varios generales del Ejército habían adelantado que pedirían el pase a retiro como forma de protesta ante una medida como esa que significaría otra pérdida de tropas. Actualmente, el Ejército se quedó solo con 6.100 oficiales, 23.300 suboficiales y 19 mil soldados voluntarios.
El retraso en dar una definición sobre el futuro de las FF.AA., que se pensaba iba a ser anunciado luego de la tragedia del submarino ARA San Juan en noviembre del año pasado, creó inquietud entre mandos militares, que temen que todo sea una excusa para reducir aún más a la estructura castrense. Después de todo, la tragedia de Once de 2012 obligó al gobierno de Cristina a invertir en equipamiento ferroviario, pero no se dio una respuesta similar frente al naufragio del San Juan.
La semana pasada, Macri anunció la necesidad de que las Fuerzas Armadas brinden "apoyo logístico a las fuerzas de seguridad", al encabezar el acto por el 208° aniversario del Ejército. Al día siguiente el CELS y un grupo de intelectuales asesorados informalmente por Garré y su sucesor en Defensa, Agustín Rossi, salieron a afirmar que el Gobierno quería usar a los militares para la “represión interna”, lo que preanuncia el intenso debate que generará cualquier paso en esta dirección.
Sin embargo, durante las gestiones de Garré y Rossi con el operativo “Escudo Norte” efectivos del Ejército patrullaron la frontera acompañados por un gendarme, haciendo tareas de seguridad interna. De esta experiencia, el gobierno de Cambiemos sacó varias lecciones. “Movilizar militares por movilizar solo creó una enorme deuda con los militares por los viáticos. Hay que definir funciones concretas con una lógica de productividad”, contó una alta fuente del Gobierno.
Mientras Aguad tiene que definir una nueva función estratégica de las fuerzas armadas, Bullrich necesita por ejemplo que batallones de ingenieros del Ejército “cierren pasos no habilitados de la frontera o abran otros”, entre otras misiones de apoyo logístico contra el narcotráfico y otras nuevas amenazas. La ministra se queja, en privado, porque las fuerzas de seguridad federales tienen que hacer tareas de prevención en las provincias que corresponden a las policías provinciales.
En una entrevista con el programa Animales Sueltos, que conduce Alejandro Fantino, Bullrich dijo el lunes que "no se está pensando el ejército mezclado con las fuerzas de seguridad federales... El decreto (727 del 2006) que dejó Garré genera una sola hipótesis de conflicto”. Este decreto reglamentario de la Ley de Defensa dice que las ff.aa. solo puede actuar frente a la agresión de “un estado extranjero”. En ese sentido, Bullrich preguntó: "¿el ISIS (el estado islámico) es un ejército o una fuerza armada extranjera? ¿Hezbollah que voló la AMIA en Argentina es un estado extranjero? No. Con este criterio, el ejército americano no podía actuar en el 11-S porque los terroristas de Al Qaeda no eran un ejército que atacaba”.
"Nosotros lo que tenemos que hacer como Gobierno es no pensar el futuro con el espejo retrovisor del pasado y decir 'si estas fuerzas armadas participaron de una dictadura no pueden hacer nunca más nada en la vida', para eso no tengamos fuerzas armadas. Tenemos que ser capaces de mirar con los ojos del presente, que es pensar que estas fuerzas armadas, que además son todos hombres y mujeres ya nacidos en la democracia, tienen que poder tener la confianza en que trabajen en aquellas hipótesis que pueden ser peligrosas para nuestra sociedad, y eso es lo importante". No obstante, aclaró que esas hipótesis "no es la seguridad interna o para ir atrás de un motochorro, para eso están mucho más preparadas las fuerzas policiales y la gendarmería". Consultada por cuáles serían las posibles tareas del Ejército, afirmó: "Estar mucho más en la frontera, más presente, tener un despliegue como tiene Brasil en sus fronteras". Entonces, el nuevo modelo de seguridad y defensa es Brasil.
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