El Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama), autorizó el inicio de las obras de la polémica represa hidroeléctrica Belo Monte, en el corazón de la selva amazónica, prevista como la tercera del mundo. Pero el proyecto encontrará trabas, ya que las autoridades chocan con la férrea oposición de comunidades nativas y organizaciones ambientales.
La represa de Belo Monte es una central hidroeléctrica que se está construyendo en el río Xingú en el estado de Pará, Brasil. La capacidad instalada planeada para la represa será de 11.000 MW, por lo que será la segunda mayor hidroeléctrica brasileña (después de la gigantesca Itaipú de 14.000 MW), y la tercera del mundo detrás de Tres Gargantas (China), representando 11% de la potencia instalada de Brasil. La represa tiene un costo estimado de 3 mil millones de dólares, y la línea de transmisión, 2,5 mil millones. El proyecto está siendo desarrollado por la compañía eléctrica estatal Eletronorte.
El presidente interino del Ibama, Américo Ribeiro Tunes, firmó ayer la licencia de supresión de vegetación que autoriza a la firma Norte Energía para la devastación de 238 hectáreas para la infraestructura de construcción de la hidroeléctrica, informó el servicio estatal de noticias Agencia Brasil.
El documento, que es una licencia parcial complementaria a la autorización ambiental definitiva de la obra, permite la supresión de vegetación para instalar un campamento, construir un depósito y el acceso de transporte. También señala que el consorcio que ganó la licitación para la represa de 15.000 millones de dólares de costo puede construir carreteras para llegar al remoto sitio en el que está prevista su instalación.
Pero el Ministerio Público Federal ya había anunciado que, si se autorizaba el inicio de obras, entraría con una nueva acción judicial en la Justicia para impedirlas. Belo Monte es una de las principales obras del ambicioso Plan de Aceleración del Crecimiento (PAC) y el gobierno brasileño espera concluirla en 2015, para ser la segunda del país -después de la Binacional Itaipú- y la tercera en el mundo, con una potencia instalada de 11.233 megavatios .
Los adversarios del proyecto alertan que la represa inundará 10.000 hectáreas de bosque lluvioso y asentamientos locales, desplazará a más de 40.000 pobladores en el estado de Pará y generará grandes cantidades de gas metano, cuyo impacto sobre el calentamiento global es 25 veces mayor que el del dióxido de carbono. Para el coordinador del programa brasileño de la organización ambientalista Amazon Watch, Christian Poirier, se trata de “un proyecto de represa notoriamente ilegal y catastrófico y un desperdicio de dinero público”.
Fuente: Diario Clarín
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sábado, 29 de enero de 2011
Brasil: Permiten hacer en la Amazonia la tercera represa del mundo
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