La ampliación de la red porteña de subtes sigue despertando el interés de empresas constructoras y de holdings de China. Este país fue el que Mauricio Macri y sus equipos eligieron como destino de su primera gira oficial internacional, con el propósito de atraer tanto inversiones extranjeras para la realización de obras públicas en la Capital, como la radicación de compañías de tecnologías de la información y la comunicación en el futuro distrito tecnológico de Parque Patricios.
Ayer, el jefe de gobierno porteño y su ministro de Desarrollo Económico, Francisco Cabrera, expusieron cuáles son las principales necesidades de Buenos Aires en materia de inversiones ante la Comisión Municipal de Relaciones Económicas y Comercio de Shanghai (Smert, por sus siglas en inglés) y un grupo de empresas locales, concentrado en la construcción de puentes, caminos, subtes y otras obras públicas, la fabricación de material rodante y la provisión de energía.
En tanto, las autoridades del museo de Sanghai consideraron probable el envío de una muestra itinerante a Buenos Aires para los festejos del Bicentenario. Lo hicieron ante el director del ente de Turismo, Rodrigo Herrera Bravo.
Con miras a una eventual candidatura presidencial y en busca de alianzas estratégicas para revertir el déficit de infraestructura del país, Macri insistió en la posibilidad de la Argentina y China para complementarse: la primera puede duplicar su producción de alimentos y minerales para la segunda, mientras que el gigante asiático aportaría caminos, puentes, transporte y energía para sacar esa producción del lugar de origen.
Cabrera explicó que la Capital necesita inversiones por 10.000 millones de dólares, en su mayor parte para la extensión de la red de subtes. El resto se reparte, dijo, entre el plan hidráulico, el distrito tecnológico, el centro cívico y el equipamiento hospitalario.
En la jornada más cálida del año en esta ciudad industrial y comercial, que cuenta con cerca de 22 millones de habitantes y el perfil cosmopolita de sus increíbles rascacielos iluminados con neón, grande fue la sorpresa de Cabrera: durante el intercambio posterior con los empresarios, el 90% demostró interés en el subte al preguntar sobre detalles operativos de la licitación de la obra. El otro 10% indagó sobre las garantías a las inversiones y a la seguridad jurídica.
Por la tarde, Cabrera se entrevistó con directivos de la Shanghai Chengtou, una empresa que depende de la municipalidad local, líder en el financiamiento, la construcción y la operación de infraestructura urbana. La compañía ha construido puentes y túneles sobre el río Yangtsé y la reciente red de autopistas elevadas de la ciudad; también se encarga del tratamiento y la disposición final de las 10.000 toneladas de basura producidas a diario.
Por último, comenzó con la limpieza del contaminado río Suzhuo, una experiencia sobre la que hoy recibirá más detalles Mauricio Macri, para ver las posibles similitudes con el proceso por encarar en el Riachuelo.
Finalmente, el jefe de gobierno visitó la Shanghai Tunnel Engineering Company (STEC), que en los últimos años duplicó la longitud del subte de Shanghai -de 200 a 400 kilómetros- y planifica elevar la extensión hasta 800 kilómetros en los próximos años. El presidente de STEC, Bob Chow, expresó el interés de la empresa por competir en la ampliación de la red porteña de subtes y solicitó la colaboración del gobierno porteño; a cambio, recibió primero una invitación a visitar Buenos Aires.
Por Angeles Castro Enviada especial
Fuente: Diario La Nación