Es el Distrito Arcos que está detrás de la estación de tren en la avenida Juan B. Justo. Lo terminaron el año pasado y una cautelar frenó la apertura. Tiene que definir la Cámara de Apelaciones porteña.
Está todo listo, pero no funciona. Desde hace nueve meses la Justicia tiene frenada la inauguración del shopping Distrito Arcos, en el playón ferroviario de Palermo. La traba es un recurso de amparo presentado por un grupo de abogados y asociaciones de comerciantes que aseguran que el complejo comercial tendría un impacto ambiental negativo para la zona, y aunque la empresa IRSA, dueña del complejo, obtuvo un fallo favorable en primera instancia, la causa pasó a la Cámara de Apelaciones, donde espera una definición.
Se trata del shopping construido en el predio que queda entre Paraguay, Godoy Cruz, el edificio de la Administración de Infraestructura Ferroviaria (ADIF) que da a Santa Fe y Juan B. Justo, una zona que cambió notablemente en los últimos años entre construcciones de edificios, la instalación del Polo Científico y la llegada del Metrobus. En ese ex playón ferroviario, IRSA recuperó los viejos arcos del viaducto del tren San Martín y los convirtió en el complejo comercial.
Sería el primer shopping a cielo abierto de Buenos Aires, con una inversión de 60 millones de dólares. Cuenta con 65 locales y 20 góndolas, 450 cocheras subterráneas, un salón para actividades artísticas y un espacio para exposiciones de fotografías y áreas verdes, donde fueron plantados más de 200 árboles, por ejemplo. Funcionará como un outlet premium de ropa de marcas conocidas, más locales gastronómicos, un gimnasio y otros servicios. Se estima que permitiría crear unos 1.200 puestos de trabajo.
El 12 de diciembre la empresa estuvo a punto de abrirlo, y hasta llegaron a hacer una fiesta de inauguración. Pero ese mismo día la Justicia concedió la medida cautelar pedida por la Asociación de Abogados Ambientalistas, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y la Federación de Comercio e Industria de Buenos Aires (Fecoba).
El argumento fue que supuestamente no se había presentado el estudio de impacto ambiental obligatorio para un gran complejo comercial en una zona donde podría traer desde complicaciones al tránsito hasta eventuales problemas con los desagües, en una zona inundable. Además, la CAME se manifestó en contra de la apertura del Distrito Arcos porque podría perjudicar a los comercios de la zona. Y cuestionaron que el predio fue habilitado antes de que se completara el proceso de rezonificación del terreno que debía aprobar en doble lectura la Legislatura porteña, lo que ocurrió en diciembre de 2012.
Por lo pronto, en su dictamen la fiscalía no cuestionó a IRSA, y la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad aprobó en abril el estudio de impacto ambiental que le presentó la empresa. Entre otras cosas señaló que no había obstáculos para abrir el shopping porque no se habían sumado metros cuadrados sino que se recuperó lo que ya existía, con lo cual no se iba a alterar la prestación de servicios públicos. A la vez, el juez de primera instancia Aurelio Ammirato dio vía libre a mediados de agosto a la apertura del shopping, pero los demandantes apelaron, y ahora, a nueve meses de la inauguración fallida, la causa sigue sin definirse.
En IRSA prefirieron no hacer ningún comentario sobre el tema. Pero según pudo averiguar Clarín con fuentes del mercado, la idea de la empresa siempre fue no apurar la inauguración y esperar a que la situación judicial se resuelva definitivamente en la Cámara de Apelaciones.
En tanto, los abogados ambientalistas aseguran que si la Sala II de Apelaciones confirma el fallo favorable a la empresa, inmediatamente presentarán otra denuncia, ya que afirman que aún quedan aspectos poco claros en cuanto a la titularidad del predio y la habilitación del centro comercial.
Más allá de la cuestión judicial, detrás de este conflicto hay una disputa comercial. Las organizaciones CAME y Fecoba ya se opusieron a otros proyectos de IRSA, que es la principal operadora de centros comerciales del país, porque afirman que perjudica a los negocios de escala barrial. El ejemplo más claro fue la fuerte campaña que hicieron para impedir que la Legislatura porteña habilitara la construcción de un shopping de IRSA en Caballito, también en terrenos ferroviarios, los del tren Sarmiento.
Mientras tanto, el Distrito Arcos sigue cerrado, con los carteles de las importantes marcas ya colocados en los locales.
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