(La Voz de Rusia) - El 31 de enero modernos tanques de EEUU llegaron a la base militar norteamericana de Baviera. ¿Bueno, y qué? Militares estadounidenses declararon que 29 tanques pesados Abrams de última modificación se incorporan al programa europeo de preparación de combate European Activity Set (EAS). Pues se trata del equipamiento del centro de entrenamiento y no más.
Dicen que su aparición se debe a que en el momento en
que el mando estadounidense tuvo la idea de seguir preparando a
tanquistas norteamericanos no había con qué entrenarlos. Durante la
reducción de las tropas de EEUU en Europa, en primavera del año pasado,
en Alemania fue disuelta la última brigada de tanques y todas las
máquinas fueron trasladadas a EEUU. Pues bien, al cabo de poco menos de
un año, una nueva generación de Abrams volvió a Europa, pero ya
exclusivamente con el fin de cimentar la cooperación combativa con los
colegas europeos.
En polígonos del Centro Multinacional
de Entrenamiento de Combate (JMTC), en la base norteamericana Tower
Barracks en Grafenwöhr, hace ya tiempo que militares de toda Europa
elevan su preparación profesional. ¿Y por qué en la base norteamericana
no entrenar a militares estadounidenses? En palabras del coronel Thomas
Matsel de la sección operativa del JMTC, “con ayuda del EAS nuestras
unidades tendrán acceso a todo el espectro de operaciones militares, que
ellos, posiblemente, deberán realizar”.
Por cierto, que
la posible falta en Europa de maquinaria bélica propia es un asunto
interno de EEUU y de las estructuras europeas de la OTAN. Pero EEUU
demostró un interés especial por un sector de este espectro –las Fuerzas
de Reacción de la OTAN (NATO Response Force) (NRF). Los militares
estadounidenses dicen que el “programa europeo” creado por ellos
“infundirá nueva vida a la participación de EEUU en las NRF”.
En
otoño del año pasado, el propio secretario general de la OTAN, Anders
Fogh Rasmussen, explicó qué son las NRF. “Las Fuerzas de Reacción de la
OTAN son unidades de reacción rápida, la punta de lanza de la Alianza
Atlántica, que pueden garantizar la defensa de cualquier Estado miembro,
ser desplegadas en cualquier lugar y ofrecer resistencia a cualquier
amenaza”. Los estados participantes de forma rotatoria asignan sus
contingentes militares a esas fuerzas por un año. Se trata de una
aspiración natural y elogiable. Pero, resulta ser en los últimos tiempos
no solo los miembros de la alianza anhelan garantizar la seguridad de
los países de la OTAN.
En el año en curso Suecia,
Finlandia y Ucrania asignarán sus contingentes a las NRF, y para 2015
Georgia propuso incorporarse a la “rotación” de las fuerzas de reacción
rápida. Las fases más importantes de los ejercicios del año pasado se
llevaron a cabo en noviembre en Letonia y Polonia. Para este año se han
planificado cuatro grandes maniobras aproximadamente en esa misma zona.
“Hay que mantener la punta afilada y preparada para su empleo”, así
definió el secretario general de la OTAN la misión de las maniobras que
transcurren en el teatro europeo de operaciones militares y, con
frecuencia, cerca de la frontera con Rusia. ¿Acaso ahora no solo los
sistemas norteamericanos de defensa antiaérea, sino también los tanques
de EEUU resolverán los problemas de la defensa de Europa?
Al
parecer, el formato del “programa norteamericano” debe disipar las
tareas de los partidarios de la “teoría de la conspiración”. Un batallón
y elementos de los Estados Mayores, del mando y control difícilmente
representen una fuerza de gran envergadura. Pero, resultó ser que los
norteamericanos también elaboraron su propio esquema de rotación
bastante interesante. El “Primer destacamento” – apodo que se dio a la
Primera División acorazada de EEUU, cuyos tanquistas integraron el
primer “turno” en Alemania, refleja con alto grado de precisión los
planes ulteriores del Pentágono. El batallón del “primer destacamento”
será reemplazado por tanquistas de otras unidades. Y su rotación será
más frecuente que una vez por año.
En EEUU también están
de acuerdo con que los juegos militares de los últimos tiempos nos
hacen recordar más y más los derrochadores años de la guerra fría.
Comentando el retorno de los tanques norteamericanos a Alemania, Michael
Darnell de Stars and Stripes, destaca: “Cuando los últimos veintidós
tanques Abrams abandonaron el continente en abril de 2013, en ello vimos
el fin de toda una época… Ahora parece que este capítulo de la historia
ha sido cerrado con un poco de premura”.
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