Por Javier Sánchez García - Las
principales Marinas de guerra cuentan con unidades del tipo OPV
destinados a la vigilancia costera. Las Marinas escandinavas cuentan con
unidades adaptadas a las exigentes condiciones del Mar del Norte
Conocidos como buques de patrulla oceánica o patrulleros OPV (Off-shore Patrol Vessel), son los encargados de la vigilancia de las aguas jurisdiccionales y de la ZEE (Zona Económica Exclusiva). Antiguamente a cada país se le asignaban como aguas propias las 3 millas que le rodeaban, teniendo presente los vértices más exteriores como puntos de referencia. Esta convención estuvo siempre rodeada de una gran polémica ya que la mayoría de países no respetaban las normas al estar interesados en las riquezas de la llamada plataforma continental, generándose numerosos desacuerdos con las fronteras marítimas, generando una de las principales fuentes de fricción entre países, llegando incluso al conflicto armado.
El aumento de la ZEE a las 200 millas obligó a la mayoría de países a disponer de una flota de buques capaces de permanecer durante largos periodos en la mar. Los primeros buques destinados a desempeñar estas misiones solían ser antiguos escoltas, principalmente destructores y fragatas, que habían quedado obsoletos o superados tecnológicamente para permanecer en primera línea de combate. Estos viejos buques cumplían en parte con las características requeridas para la vigilancia costera; Podían permanecer varios meses en la zona de patrulla y contaban con los medios necesarios para apoyar, entre otros, a una flota pesquera pues disponían de instalaciones para efectuar remolques, equipos de lucha contra incendios, y estaban dotados de instalaciones sanitarias. A pesar de ello resultaban muy costosos de mantener y poco eficaces para su nuevo cometido.
Destructor
de escolta USS «Claude Jones» (DE-1033) fue transferido en 1973 a la
Marina de Indonesia donde permaneció hasta 2002 como patrullero de
altura rebautizado como «Monginsidi» 343(Foto: US Navy)
En la actualidad estos patrulleros se han convertido en una herramienta principal para la vigilancia costera y el control de los espacios marítimos. Los más poderosos también pueden desempeñar misiones de interdicción marítima y están capacitados para la lucha asimétrica. Se caracterizan por sus altas prestaciones y gran autonomía, lo cual, les permite efectuar labores de búsqueda y rescate, misiones de vigilancia y control marítimo. También están capacitados para realizar misiones de policía marítima, tales como: la lucha contra el narcotráfico y control de embarcaciones que transportan mercancías peligrosas, armas o que se dediquen al transporte ilegal de personas. Asimismo, pueden desempeñar misiones de control y protección del medio marino y del medio ambiente, apoyo de naves siniestradas y control de la contaminación, entre otras.
Las Marinas escandinavas
La Marina de Islandia ha comenzado la renovación de su pequeña flotilla de guardacostas (Landhelgisgaeslan) con la incorporación del Thor, un nuevo patrullero oceánico diseñado para operar en las complicadas aguas del Atlántico Norte. Este buque fue proyectado por Rolls-Royce Noruega y construido por ASMAR (Astilleros y Maestranzas de la Armada) en Chile. Con un desplazamiento superior a las 1.000 toneladas y 93,65 metros de eslora, puede realizar misiones de inspección pesquera, protección de la Zona Económica Exclusiva, control de los límites marítimos y operaciones de búsqueda y rescate. Además, cumple labores como plataforma de coordinación y mando de zona, y puede realizar misiones de lucha contra incendios, remolque de emergencia, operaciones de búsqueda y salvamento marítimo, control de la contaminación, incluyendo operaciones de recuperación de petróleo, entre otras.
Imagen
sintética del nuevo patrullero de altura de la Marina de Islandia,
«Thor», construido en los astilleros chilenos ASMAR (Foto: Rolls Royce)
Los
patrulleros daneses del tipo Stanflex se caracterizan por sus altas
prestaciones y multifuncionalidad. En la imagen el patrullero «Skaden»
P-561 (Foto: Guy Toremans vía Javier Sánchez)
Por su parte, Noruega dispone de varios tipos de patrulleros que forman su cuerpo de Guardacostas (kystvakten). Entre estas unidades, cabe destacar, los tres buques de la clase Nordkapp, de 3.240 toneladas de desplazamiento a plena carga y algo más de 100 metros de eslora. Cuentan con un cañón Bofors Mk1 de 57 mm, cuatro Rheinmetall de 20 mm y 6 tubos lanzatorpedos antisubmarinos, aunque también pueden embarcar misiles antibuque Penguin. Disponen de una cubierta de vuelo y hangar para el empleo de un helicóptero WG-13 Lynx. Cuentan con una reducida dotación aunque disponen de alojamiento para 109 personas. Los Guardacostas cuentan también con dos buques de la clase Ålesund, de 1.500 toneladas y 62 metros de eslora, entrados en servicio a mediados de los años 90 del pasado siglo.
En cuanto a unidades modernas, cuenta con tres buques del tipo Barentshav (W-340), de 3.200 toneladas de desplazamiento y 92 metros de eslora. Como peculiaridad, estos buques utilizan gas natural licuado como combustible principal de su sistema de propulsión.
Pero la insignia de los guardacostas noruegos es el gigantesco OPV Svalbard W-303, que se incorporó al servicio en 2002. Tiene un desplazamiento superior a las 6.000 toneladas y 103 metros de eslora. Está reforzado para poder navegar por aguas heladas y ha sido diseñado para prestar apoyo lejos de sus aguas jurisdiccionales. Dispone de un moderno cañón multifunción SAK Mk1 de 57mm y un helicóptero Lynx, aunque sus instalaciones permiten embarcar dos de estos aparatos o un NH-90.
El guardacostas noruego «Svalbard» W-303 es el buque de mayor porte de la Kystvakten (Foto: Guy Toremans vía Javier Sánchez)
Fuente: http://www.revistanaval.com/noticia/20130628-110181-patrulleros-escandinavos
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