Editorial del diario La Nación
La
donación por parte de Douglas Tompkins de 15.000 hectáreas para ampliar
el Parque Perito Moreno es un hecho que debe celebrarse y alentarse
La
Argentina ha recibido en donación quince mil hectáreas de la Estancia
Rincón, en Santa Cruz, para ampliar el Parque Nacional Perito Moreno. Se
trata de un sitio con un paisaje abrumador, con vista hacia el cerro
San Lorenzo, perteneciente al filántropo norteamericano Douglas
Tompkins, quien, afortunadamente, persiste en adquirir tierras y
donarlas a nuestro país para que se transformen en parques nacionales.
Así lo ha dicho con franqueza Tompkins en la ceremonia ante el
presidente de Parques Nacionales, Carlos Corvalán, al decir que
"colaborar con el Estado en la creación de un parque nacional es soñar
con ganarse la medalla de oro del Legado Público".
Y, sin dudas, va tras
ese premio: ya adquirió y donó unas setenta mil hectáreas que hoy
conforman el Parque Nacional Monte León, sobre las costas oceánicas
santacruceñas, y sueña con la creación de un parque en los Esteros del
Iberá junto a su organización ConservationLand Trust, en Corrientes, en
uno de los sitios con mayor biodiversidad de la Argentina, donde está
trabajando en la reintroducción de las especies amenazadas con riesgo de
extinción. También está decidido a colaborar con la creación de otro
parque nacional, en la Estancia La Fidelidad, en el área de El
Impenetrable, en el Chaco, una propiedad de 250.000 hectáreas junto a
las aguas del río Bermejo, con una fauna con especies como yaguareté,
tapir, tatú carreta, aguará guazú y oso hormiguero, entre otras.
La Administración de Parques Nacionales ha recibido donaciones similares en siete oportunidades, de las cuales cinco han sido de ciudadanos extranjeros. Para quienes sancionaron una ley que impone límites al dominio extranjero sobre la propiedad o posesión de tierras rurales, al considerar que pueden apropiarse de nuestros más preciados recursos, esta desprendida donación, por lo menos, debe producir cierta incomodidad.
Tompkins ha sufrido en persona ataques por su condición de extranjero cuando el entonces subsecretario de Tierras para el Hábitat Social, Luis D'Elía, ingresó en su propiedad en los Esteros del Iberá, justificado como un acto de dignidad y soberanía, ignorando las más elementales leyes sobre conservación de nuestros recursos naturales.
Además del profundo agradecimiento de las actuales y futuras generaciones de nuestro país, este acto es un ejemplo que demuestra que todos los ciudadanos argentinos o extranjeros podemos participar en el proceso de creación de áreas protegidas, podemos colaborar con la compra y donación de tierras y podemos trabajar en crear las condiciones de apoyo público para que esto ocurra. Como ha dicho el propio Tompkins, todos podemos ser parte de la historia grande del país. Es cierto, y por eso hoy la naturaleza argentina está de fiesta. Nosotros lo estamos..
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