jueves, 16 de diciembre de 2010

Revelan el verdadero ADN de productos electrónicos que se oculta bajo el sello "made in Argentina"

Por Juan Diego Wasilevsky - iprofesional.com
Posiblemente usted haya comprado en este último tiempo un teléfono móvil, un televisor, una notebook o algún otro artículo para su hogar. Y se vio sorprendido al ver que su origen era nacional. Al menos eso decía la etiqueta. Sin embargo, detrás de la “cáscara”, la cosa no es tan así

A fuerza de promociones, pago en cuotas sin interés e incluso, bajas en los precios, continúa el boom de ventas en el país y los productos electrónicos son las "vedette" indiscutidas de este fenómeno.

LCD, celulares, notebooks, netbooks y hasta equipos de GPS se están convirtiendo, en esta época del año, en algunas de las alternativas preferidas por gran parte de los argentinos a la hora de llenar el "arbolito". Y un dato a destacar es que, según el Gobierno, este tipo de regalos, además de las tarjetas de "felicidades" de rigor, también estarán acompañados por un sello que, a primera vista, parecería ser un verdadero motivo de orgullo: la mayor parte de estos productos vienen con la característica leyenda "Made in Argentina".

En efecto, a un año de la sanción del llamado "impuestazo tecnológico", la industria electrónica fueguina puso primera y comenzó a hacerse fuerte a pasos agigantados en el armado de todo tipo de productos, ganándole así cada vez más terreno a las unidades que llegan terminadas desde países asiáticos o desde el propio Brasil.
El marco normativo que posibilitó un tratamiento impositivo beneficioso para los productos que salen de Tierra del Fuego y, como contrapartida, un mayor castigo tributario a los importados, se pensó con la finalidad equiparar las ventajas de esa provincia argentina con las del polo industrial brasileño de Manaos y las zonas francas industriales de China.

Y, tal como se ve hoy en día, este régimen no implicó ningún desabastecimiento o fenómenos de atraso tecnológico, como alertaban desde algunos sectores empresarios ante la inminencia del nuevo sistema. Y desde el Ministerio de Industria se jactan de ello: "Hemos demostrado cabalmente el beneficio que trajo esta iniciativa, no sólo para los industriales sino también para los consumidores, sobre todo frente a sectores que maliciosamente agitaron fantasmas de aumentos de precios, escasez o atraso en la producción tecnológica. Por el contrario, abarataron los costos y se alcanzaron estándares internacionales de calidad".
Sin embargo, este fuerte incremento en el número de unidades que salen de las líneas de montaje de la isla no implica que el país vaya camino a convertirse en una potencia en la producción de artículos electrónicos a nivel regional o mundial, ni mucho menos. Por el contrario, a pesar de estar marcados con el sello "industria Argentina", tal como se puede ver detrás de un LCD o en el packaging con el que se vende un celular, la realidad dista mucho de ser tan así.

En este sentido, Claudio Krämer, gerente de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas (Cadieel) destacó que "el valor agregado local que tienen los artículos que se producen en Tierra del Fuego sigue siendo realmente muy bajo". "El mensaje que se emite es que se están sustituyendo artículos importados por mano de obra nacional. Sin embargo, el celular o el LCD que hoy ya no está entrando como producto terminado desde Asia o México, finalmente ingresa al país como un kit listo para armar", explicó el directivo.

En tanto, Daniela Rozembaun, economista de Abeceb.com, confirmó que "lo que estamos observando es que hay un boom de consumo que tracciona tanto la importación de bienes terminados como de insumos. Así, el proceso productivo en Tierra del Fuego se realiza con un importante contenido proveniente de Asia o Brasil".

El mundial de fútbol, el día del padre, el día de la madre, Navidad... siempre parece ser un momento propicio para la adquisición de un LCD, de la mano de las fuertes promociones que impulsan tarjetas y grandes cadenas. Incluso, esto está motivado en el hecho de que muchos modelos sufrieron una fuerte reducción de precios, de hasta el 30%, en lo que va del año. En este contexto, la comercialización de estos televisores no ha parado de crecer y se espera que bata más récords en los próximos años.

Las cifras hablan por sí solas: tras superar las 400.000 unidades en 2009, la venta de LCD alcanzará el millón de unidades este año, mientras que, para 2011, desde el sector estiman que comercializarán entre 1,3 y 1,4 millones. Sin embargo, al momento de analizar el verdadero origen de los equipos que se comercializan en cualquier shopping porteño se puede observar que, debajo de la "cáscara", es decir, la etiqueta que reza "made in Argentina", se esconde un "corazón" de origen asiático.

En efecto: entre enero y noviembre de 2010, si bien la importación de televisores creció 200%, el ingreso de partes y piezas para el armado de estas unidades, se incrementó aún más (250%), hasta totalizar más de u$s600 millones. Y, al momento de observar los orígenes de estos componentes para su posterior ensamblado en Tierra del Fuego, se observa que China es el principal proveedor, dado que fabrica el 40% de los insumos necesarios para armar estos LCD.

De este modo, no es extraño que el televisor que usted tiene en su hogar esté conformado por una pantalla producida en el gigante asiático, la botonera del control remoto sea de Tailandia y los plásticos de la carcasa estén hechos en Singapur. Como contrapartida, según un relevamiento realizado por la consultora Abeceb.com, las piezas con sello argentino acaparan apenas el 0,04% del total. Es decir que, de los u$s600 millones invertidos para la compra de estos insumos, las fábricas instaladas en la Argentina aportaron tan sólo 240 mil dólares.

Según Krämer, este fenómeno se da "porque el marco normativo no obliga a las empresas de Tierra del Fuego a realizar un verdadero proceso de sustitución de importaciones". En esta línea, Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Internacional, destacó que "en la isla lo que tenemos son trabajadores dedicados a actividades muy simples, como ensamblado, testeo y control. Para eso realmente no es necesario tener mucha mano de obra".

Así es como "en Tierra del Fuego estamos viendo un proceso más acentuado de lo que sucede en otras industrias. El tema no es coyuntural, es estructural y explica por qué a medida que el consumo se dispara, las importaciones de insumos crecen a la par".

Desde el Gobierno vienen festejando la ampliación de la producción de celulares, un mercado "caliente" considerando que en el país hay en funcionamiento entre 38 y 40 millones de líneas, según la consultora IES.
En este contexto, los analistas destacaron que durante los diez primeros meses del año, "la incipiente producción nacional de teléfonos propició en la Argentina una reducción del 27% en la importación de estos aparatos terminados".

Desde el Ministerio de Industria explicaron que "en 2008, el mercado de celulares era de 9 millones de aparatos y casi la totalidad era importado". Dos años más tarde, es decir en 2010, "el conjunto de celulares que se ha comercializado en la Argentina alcanzó los 12 millones de unidades y el 50% ya proviene de Tierra del Fuego". Sin embargo, en este negocio sucede lo mismo que con los LCD: salvo el packaging, algún proceso de soldadura, testeo y confección del manual, el resto de los productos y el know how sigue siendo importado.

Esto explica por qué mientras la importación de equipos listos para usar cayó con fuerza en lo que va del año, el ingreso de partes y piezas para teléfonos creció nada más y nada menos que un 546% hasta totalizar más de u$s800 millones. Incluso, este negocio está mucho más concentrado, considerando que sólo tres países, China, Brasil y Corea, aportan casi el 90% de los insumos necesarios para su ensamblado final.
Tal como se puede ver en la siguiente infografía, el aporte del hardware 100% argentino tiene un peso tan bajo que aparece incluido en la categoría "resto", que explica sólo el 0,9% del total.
Incluso, Rozembaun destacó que "en los últimos años fue creciendo muchísimo la participación del gigante asiático, que está consolidando su peso en el negocio, mientras que otros orígenes, como Estados Unidos, están perdiendo terreno año a año a la hora de proveer insumos y piezas". En este contexto, desde Cadieel, Krämer adelantó que están avanzando las negociaciones con autoridades provinciales y nacionales para lograr que, a medida que crece la demanda y el ensamblado en Tierra del Fuego, haya un "efecto derrame" hacia la industria nacional genuina. "Acabamos de tener un encuentro con funcionarios de la Subsecretaría de Industria de esa provincia con el objetivo de analizar qué productos que se fabrican en la Argentina pueden incorporarse y sustituir así lo que viene del exterior", explicó el directivo.

El origen del reclamo está en que, tal como se destacó, prácticamente ningún insumo necesario para fabricar un LCD o un celular está producido localmente. Krämer explicó que, entre otros artículos, "estamos en condiciones de abastecer cables, baterías para teléfonos celulares, notebooks y netbooks y hasta artículos más complejos, como algunos componentes electrónicos para el armado de controles remotos, tanto para televisores como para equipos de aire acondicionado". "Estamos comenzando a analizar producto por producto y ver en qué áreas podemos proveer a las empresas de Tierra del Fuego", aseguró.

Cadieel ya abrió la mesa de negociación con el Gobierno nacional, a quien le está pidiendo que las próximas resoluciones que autoricen la producción de artículos electrónicos incluyan pautas donde sea obligatoria la incorporación de más contenido nacional. "Igualmente, antes que una obligación, queremos llegar a un consenso", destacó Krämer.

Con respecto al nivel de competitividad de la industria nacional, que se ve duramente golpeada por la suba de costos laborales -una verdadera carga a la hora de hacer frente a la enorme escala y poderío de países como China-, el directivo reconoció que "es una de las cuestiones que hay que analizar", aunque aclaró que "no estamos totalmente desfasados con el nivel de precios de la competencia internacional". "Habrá que buscar la productividad y la escala, pero esto se logra con un panorama claro que aliente los desembolsos por parte de las empresas", recalcó.

Sin embargo, exigió que "este debate no se estanque en si un cable está dos centavos más barato en China que a nivel local. Con esa discusión no gana nadie. No hay que olvidarse que se prorrogó el régimen y aumentaron las ventajas para Tierra del Fuego. Y mientras se dieron más beneficios no se exigió nada como contrapartida. Hay algo más de empleo, pero no mucho más que eso. Por eso es clave que la sustitución de importaciones no tenga como eje si un insumo vale unas monedas menos en Asia. Es necesario alentar realmente la verdadera producción nacional".

1 comentario:

  1. ¿Ocurre algo parecido con la industria de los electrodomésticos (lineas blancas)y la industria automobilística? Sin duda hay más gente que trabaja pero habría muchas más si las piezas nacionales aumentaran. Alentar la producción de componentes nacionales debería ser el siguiente paso para consolidar una verdadera industria argentina.

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