Por Andrés Domínguez para LA NACION
Para referirse al futuro del campo y del país hay que ubicarse en la situación que nos trajo hasta el presente.
La situación actual del campo argentino es una paradoja: las condiciones mundiales de precio y demanda son inmejorables, mientras que las políticas del Gobierno son las peores de la historia en la materia. En 2010, un Congreso dominado por la oposición no ha podido darle respuestas al campo, ya que muchos sectores han abandonado sus promesas de campaña. ¿Cómo sale el campo de esta paradoja?
En su momento, hace ya cinco años, junto con Elisa Carrió, dijimos desde la Coalición Cívica que había que "Dejar en Paz al Campo". Cuando nos tocó, defendimos al campo, sostuvimos que no se trata de un sector concentrado de "oligarcas", y dijimos claramente que defender al campo era defender al interior del país. Luego, durante 2008, las ciudades apoyaron su reclamo y entendieron que el destino del país estaba ligado al del campo. Ahora, el campo debe ser protagonista de su propia historia, y a la vez hacer su aporte al conjunto.
Hoy ya no hay que solamente dejar en paz al campo, sino que hay que generar un proyecto de país que incluya al campo como uno de sus motores principales de desarrollo interior y de inserción en el mundo. Dar un salto al futuro, aprovechando la oportunidad que se nos plantean para replantear nuestra matriz productiva y de desarrollo, incluyendo a toda nuestra población en ese desarrollo y esas oportunidades. Del campo al país, del campo al futuro.
El mundo nos está dando una oportunidad. La coyuntura internacional y las condiciones naturales de la Argentina conforman una situación estratégica histórica para que nuestro país dé un salto en sus niveles de producción, en el ingreso de su población y en el desarrollo económico de las diferentes regiones de su territorio. Más allá de precios récord, se espera para todos los productos que el precio promedio de la próxima década sea superior al precio promedio de la década pasada, y en muchos casos (carne, soja, aceites vegetales), superior a los precios promedios históricos.
A su vez, el cambio demográfico da una oportunidad global para países emergentes. La situación de precios récord de alimentos y hambre que enfrentamos, presenta un desafío global y también una oportunidad. Por ello tenemos en la Coalición Cívica nuestro Plan Agroindustrial y Agroalimentario 2010-2020, en el marco de un modelo de país, con cuatro grandes ejes:
- Eliminación y baja de retenciones, sin segmentación.
- Apertura de exportaciones, liberación del comercio externo y el mercado interno, eliminación de los roe.
- Acciones de fomento: medidas concretas positivas para apoyar e incentivar la multipolaridad territorial, el arraigo rural, la sustentabilidad ambiental; la seguridad alimentaria, la asociatividad y colaborar con los pequeños y medianos productores.
- Previsibilidad y sostenimiento de las reglas en el largo plazo.
Este Plan Agroindustrial que proponemos es posible. El costo anual de las medidas impositivas propuestas hubieran implicado en 2010 12.500 millones de pesos anuales. Para el año 2011 pueden rondar los 15.000 millones de pesos. En cualquier caso, estamos hablando de alrededor del 5% del total de recursos presupuestarios del Estado.
El futuro de la Argentina está indisolublemente ligado a su complejo agroindustrial. Nosotros estamos proponiendo, como lo hacemos desde hace muchos años, una visión de largo plazo y propuestas concretas para avanzar en ese sentido. Por eso hablamos de un salto "del campo al futuro": anclados en nuestro complejo agroindustrial para avanzar al futuro y al desarrollo de una Argentina conectada al mundo, integrada territorialmente y sin pobreza.
El autor es coordinador agropecuario de la Coalición Cívica
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