
Brasil podrá enviar este invierno hasta 2100 megavatios (MW) de energía eléctrica a la Argentina, un volumen superior al de los años anteriores.
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De acuerdo a la propuesta realizada en Santiago por el gobierno argentino, a través de su Ministra de Defensa, Sra. Nilde Garré, la información resultante irá a un banco de datos común. Este último será mantenido por un organismo creado para tal efecto, tentativamente llamado Centro Suramericano de Estudios Estratégicos de Defensa, que estaría basado en Buenos Aires. Este instituto ordenaría y analizaría los datos económicos, en combinación con información respecto del equipamiento militar adquirido y desplegado, los que estarían disponibles para las instancias de dialogo y elaboración de políticas regionales de cooperación en el campo de la Defensa.
La propuesta argentina fue bien acogida en términos generales, pero varios de los representantes de los países miembros plantearon reservas, específicamente respecto de la posibilidad de proveer información respecto del material bélico que poseen. Entre ellos prima la percepción de que los datos relativos a los arsenales son información estratégica, que no puede ser revelada. Los países más reticentes ante la idea fueron Perú y Venezuela, aunque al final el representante de Lima, Ministro de Defensa Sr. Antero Flores-Aráoz, de Perú, aseguró que su país informará de manera transparente todas las futuras adquisiciones de su Núcleo Básico de Defensa cuando éstas se realicen. “En una primera etapa lo que vamos a hacer es re-potenciar los equipos porque hay niveles operativos deficientes…Cuando haya las adquisiciones del Núcleo Básico de Defensa, informaremos con la transparencia debida”, concluyó.
Su contraparte de Chile, Ministro de Defensa Sr. José Goñi, señaló en tanto que “conversamos con el ministro Antero Flores [sobre sus adquisiciones militares] y nos explicaba que es lo mismo que dijo su viceministro, en el sentido de que ellos lo que han estado haciendo es comprar repuestos para sus equipos existentes durante este último tiempo. Me manifestó o ratificó de su parte el interés de seguir informándonos mutuamente en el momento en que se produzcan adquisiciones”.
Estas declaraciones de tono más bien protocolar confirma que en la región sudamericana prevalecen visiones muy arcaicas respecto de la función Defensa, construidas en torno a un concepto de Disuasión basado en la obtención de una superioridad o supremacía de la fuerza militar propia. Esta concepción de la Defensa es contraria al fin que declaradamente persigue este sector de la gestión pública, que es proveer el instrumento militar necesario para generar y garantizar la Seguridad y la Soberanía nacional.
Pero, lejos de contribuir a la propia Seguridad, la obsesión por la supremacía o superioridad militar material de unos genera desconfianzas en los otros, que la percibirán como una amenaza y tomarán medidas para conjurarla, ya sea armándose ellos mismos, concertando alianzas con otros que también se sienten amenazados, o ambas. Es una concepción que, junto con imposibilitar la implementación de esquemas cooperativos de seguridad vecinal y regional en Defensa, genera carreras o competencias armamentistas que - más allá de las necesidades de reemplazo del material obsoleto y actualización de niveles tecnológicos - tienen lugar a costa de otras áreas que son igualmente importantes para el desarrollo y la seguridad nacional.
Al respecto, resulta interesante que otra de las ideas ejes de la reunión del CDS, en este caso propuesta por Venezuela, apunte a generar una discusión sobre los enfoques conceptuales que guían las políticas de defensa de los países miembros de UNASUR. Muy por el contrario a las interpretaciones o malinterpretaciones que algunos han hecho de esta propuesta, ella no busca una “confluencia ideológica”, sino que apunta precisamente a establecer si los conceptos base de las políticas de Defensa y Militar de los países sudamericanos contribuyen o no a la seguridad de cada nación, sus vecinos y la región en general.
A La Sombra del Águila
Los acuerdos alcanzados evitaron confrontar los intereses de Washington, que precisamente una semana antes del encuentro de Ministros en Santiago envió a la región al Presidente de su Estado Mayor Conjunto, Almirante Sr. Mike Mullen. En una visita relámpago a Brasil, Chile, Perú y Colombia, el alto oficial militar estadounidense –cuya función primordial es asesorar al Presidente Barak Obama, representándole la opinión de los jefes de estado mayor- se entrevistó con autoridades civiles y militares del sector local de Defensa. Aunque el Departamento de Estado oficialmente descartó que la gira del Almirante Mullen tuviera algo que ver con la reunión de ministros de Defensa de la semana siguiente, la lacónica explicación de que el oficial se reuniría con autoridades civiles y uniformadas de la defensa para tratar asuntos de interés común fue muy sugestiva.
A lo largo de la reunión de Santiago hubo una preocupación constante e evidente por no aludir a Estados Unidos. Sin embargo, no todos los esfuerzos por evitar cuestionamientos y criticas hacia Washington tuvieron éxito. Un grupo de países, liderados por Brasil e integrado también por Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia y Ecuador planteó en el encuentro de Santiago que la posibilidad de un mayor acercamiento entre Estados Unidos y Sudamérica debe pasar por el levantamiento del bloqueo que Washington mantiene contra La Habana desde los años sesenta. “Es importante [que Washington] cambie la política respecto de Cuba”, dijo Jobim, refiriéndose a la posibilidad de que Estados Unidos ingrese como observador al Consejo de Defensa Sudamericano.
El ministro de Defensa brasileño Sr. Jobím fue claro en descartar que la inédita estrategia de cooperación sudamericana apunte a la creación de una alianza militar u “OTAN del Sur”, con un ejército común. A su juicio, además de la cooperación militar, el objetivo del Consejo de Defensa Sudamericano es constituirse en un foro de debate para la administración del consenso y también del disenso. Por su parte, el ministro de Defensa colombiano. Sr. Santos, puntualizó que el Consejo de Defensa Sudamericano “no es contra nadie”, descartando que se trate de una organización orientada a enfrentas las políticas o los intereses de Estados Unidos.
En la reunión no se trató ninguna iniciativa de control de armas. Las discusiones que se aproximaban a este tema se quedaron en la adopción de un método estandarizado para la medición de los gastos en defensa de cada país, y la necesidad de transparentar los datos sobre efectivos militares y las compras armamento. Muy al contrario, la idea planteada por Brasil de crear un sistema regional de producción de equipamiento bélico si fue muy bien recibida por los demás países. El ministro de Defensa brasileño, Sr. Nelson Jobim, planteó que su país posee una gran industria militar, pero que es necesario desarrollarla en el continente. Ecuador, Bolivia y Colombia estaban entre las naciones que apoyaron con mayor entusiasmo esta propuesta.
El ministro de Defensa ecuatoriano, Sr. Javier Ponce, respaldo enfáticamente la idea de crear un mercado regional de armamentos, subrayando que “es necesario dejar de depender de los mercados tradicionales y desarrollar una industria militar regional”. Otros países, como Argentina, Chile y Perú, escucharon estas propuestas con relativa frialdad. Venezuela, que tras el fracaso de sus intentos de adquirir aeronaves militares de transporte, ataque y entrenamiento táctico en España y Brasil, ha desarrollado un amplio programa de compras y cooperación militar con Rusia -la que desea expandir a la región- planteo sus dudas respecto de la viabilidad de la iniciativa brasileña.
Colmillos Entre Sonrisas
En las reuniones de trabajo, los ministros podían estar con un máximo de cuatro asesores, los cuales podían rotar Los ministros de Colombia, Venezuela y Ecuador se reunieron aunque discretamente e intercambiaron opiniones para saber qué tanto iban a coincidir al momento de las propuestas concretas para la declaración final.
El Ministro Juan Manuel Santos, de Colombia, dijo que “nosotros los colombianos lo único que queremos es mejorar las relaciones con nuestros vecinos. Todo lo que podamos hacer para ir en esa dirección será bienvenido por nosotros. Yo creo que en la medida en que podamos construir confianza, avanzaremos en otros temas, y todas las instancias que nos permitan dialogar constructivamente son bienvenidas”.
Sobre la declaración final de la reunión de ministros de defensa de UNASUR, que habla del respeto a la inviolabilidad territorial de los países miembros de la de la organización, Santos opinó que ello “simplemente ratifica unos principios que ya están dentro de los estatutos del Consejo [de Defensa], como son la inviolabilidad territorial y el rechazo a la presencia de cualquier grupo que esté al margen de la ley”. Las declaraciones de Santos gatillaron una réplica de su contraparte ecuatoriana, el Sr. Javier Ponce, de Ecuador, quién acotó que “no es aceptable el planteamiento de que pueda violarse la soberanía de un país, con el pretexto de la persecución de un grupo irregular, como lo manifestó el ministro colombiano tras cumplirse un año del operativo ilitar contra el campamento de las FARC”.
El Sr. Walker San Miguel, Ministro de Defensa de Bolivia, ratificó que su país planea comprar aviones chilenos para entrenar sus pilotos de guerra de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB). Dijo que la iniciativa es parte de un plan general de renovación de las capacidades bélicas y operativas de las fuerzas armadas de su país, y que se consideraba recurrir a las industrias de Argentina, Brasil y Chile. Añadió que el acuerdo buscado con Chile busca “aprovisionar aviones de entrenamiento de pilotos de ENAER”.
La Declaración de Santiago de Chile
La Ministra y los Ministros de Defensa asistentes a la Primera Reunión del Consejo de Defensa Sudamericano de la Unasur:
-Ratifican el respeto de manera irrestricta a la soberanía, integridad e inviolabilidad territorial de los Estados, la no intervención en sus asuntos internos y la autodeterminación de los pueblos.
-Reafirman la convivencia pacífica de los pueblos, la vigencia de los sistemas democráticos de gobierno y su protección, en materia de defensa, frente a amenazas o acciones externas o internas, en el marco de las normativas nacionales. Asimismo, rechazan la presencia o acción de grupos armados al margen de la ley, que ejerzan o propicien la violencia cualquiera sea su origen.
Consideran que, apoyados en la historia compartida y solidaria de nuestras naciones y honrando el pensamiento de quienes forjaron nuestra independencia y libertad, el Consejo de Defensa Suramericano contribuirá poderosamente a la construcción de un futuro común de nuestra región. Convencidos que este proceso de integración y unión sudamericanos es ambicioso en sus objetivos estratégicos y flexible y gradual en su implementación.
Acuerdan que los planes de acción del CDS deberán regirse por los siguientes objetivos generales:
a) Consolidar Suramérica como una zona de paz, base para la estabilidad democrática y el desarrollo integral de nuestros pueblos, y como contribución a la paz mundial.
b) Construir una identidad suramericana en materia de defensa, que tome en cuenta las características subregionales y nacionales y que contribuya al fortalecimiento de la unidad de América Latina y el Caribe, y
c) Generar consensos para fortalecer la cooperación regional en materia de defensa.
Acuerdan impulsar el Consejo de Defensa Sudamericano en el marco de la Unasur a través de la ejecución del Plan de Acción 2009-2010, que desarrolla cuatro ejes o lineamientos que, a su vez, contienen una serie de iniciativas específicas.