Por: Sibila Camps
Por primera vez en la Argentina se realizó ayer, en el Hospital Fernández, el primer reemplazo de válvula aórtica mediante cateterismo, o sea, sin cirugía del corazón. Otras intervenciones se realizarán entre hoy y mañana en la Fundación Favaloro, el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA) y el Hospital Italiano. En todos los casos, los especialistas son acompañados por el doctor Eberhard Grube, jefe del Departamento de Cardiología y Angiología del Centro del Corazón de Siegburg, Alemania, uno de los profesionales con mayor experiencia en este procedimiento.
Por primera vez en la Argentina se realizó ayer, en el Hospital Fernández, el primer reemplazo de válvula aórtica mediante cateterismo, o sea, sin cirugía del corazón. Otras intervenciones se realizarán entre hoy y mañana en la Fundación Favaloro, el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA) y el Hospital Italiano. En todos los casos, los especialistas son acompañados por el doctor Eberhard Grube, jefe del Departamento de Cardiología y Angiología del Centro del Corazón de Siegburg, Alemania, uno de los profesionales con mayor experiencia en este procedimiento.
Por el momento, esta técnica sólo está indicada para pacientes muy añosos y con alto riesgo quirúrgico, es decir, que quizá no podrían soportar una operación a corazón abierto y con apoyo de una bomba extracorpórea, para colocar una válvula clásica. Además, es necesario conocer con precisión la anatomía del corazón del paciente, mediante doppler color y angiografía.
El doctor Pablo Pérez Baliño, jefe de gabinete del Ministerio de Salud porteño, contó a Clarín que se realizó un ateneo entre los servicios de Cardiología, Cardiología Intervencionista y Cirugía Cardiovascular, para escoger el paciente a intervenir. Se seleccionó a un hombre de 81 años que padecía de una estenosis aórtica severa (estrechamiento) y tenía alto riesgo quirúrgico.
El doctor Jorge Belardi, director del Departamento de Cardiología y Jefe del Servicio de Cardiología Intervencionista del ICBA, consideró que este tratamiento mínimamente invasivo "va a ir ganando lugar hacia pacientes de menor riesgo; pero hace falta acumular experiencia antes de reemplazar la cirugía convencional, que está probada desde hace muchísimos años".
Para el recambio se utiliza una válvula biológica de pericardio porcino, que se implanta mediante catéteres, los que son introducidos mediante una punción en la arteria femoral. El paciente sólo recibe anestesia local, en la ingle. Un primer catéter coloca un marcapasos, "como dispositivo de seguridad, ya que la ubicación anatómica de la válvula es un lugar donde converge el sistema eléctrico cardíaco", explicó a Clarín el doctor Enrique Gurfinkel, jefe de Cardiología de la Fundación Favaloro. Luego se introduce un segundo catéter con un balón o globo, para abrir la válvula aórtica. Finalmente se hace "subir" un tercer catéter que lleva en la punta la válvula de reemplazo, la cual, al llegar al lugar, se expande. "La válvula vieja queda aplastada, abierta contra la pared de la arteria", explicó Belardi.
Todo el procedimiento -que dura entre una y dos horas- es monitoreado por radioscopía. El paciente intervenido ayer permanecerá internado dos o tres días más, pero sólo para su evaluación, ya que su estado de salud es muy bueno, informó el médico Pérez Baliño.
El costo del kit, que comprende la válvula, es de 25.000 dólares, y todo el procedimiento -incluyendo la válvula aórtica- asciende aproximadamente a 90.000 pesos, informó el doctor Belardi. La cirugía convencional cuesta entre 40.000 y 45.000 pesos."El mayor costo no está en el equipamiento sofisticado sino en la fabulosa inversión que una institución realiza en la preparación profesional -señaló Gurfinkel-. La correcta interpretación de lo que aqueja al paciente requiere de la tutela de médicos sobre médicos. En otras palabras, de un acabado conocimiento cuyo valor es inalcanzable desde cualquier ángulo material".
Fotos: Internet
Fuente: Diario Clarín
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