Mientras en todo 2004, la cantidad de casos autóctonos en el país ascendió a 1.516, en lo que va de 2009 la cifra ya llegó a 1.160. Para algunos, la causa es la epidemia que azota a Bolivia, pero otros consideran que se debe al desequilibrio ambiental producto del desmonte indiscriminado. Lo cierto es que los casos de dengue avanzan sin pausa en las provincias del norte argentino, sobre todo en Salta y Chaco. Polémica por las cifras oficiales. La importancia de la prevención.
El avance del virus del dengue en el noroeste argentino no cede y las cifras ya comenzaron a alarmar. Durante 2009 hubo 1.160 casos autóctonos en las provincias de Salta, Chaco, Catamarca y Jujuy y otros 219 importados de países limítrofes como Bolivia y Paraguay, en Buenos Aires, Capital Federal, Córdoba y Rosario, según datos del Ministerio de Salud de la Nación. El brote epidémico es el peor de los últimos cinco años, desde que en 2004 se notificaron 1.516 casos, y ya hubo dos personas fallecidas en Tartagal, Salta, a causa del dengue hemorrágico, la variante más grave de la enfemedad.
El avance del virus del dengue en el noroeste argentino no cede y las cifras ya comenzaron a alarmar. Durante 2009 hubo 1.160 casos autóctonos en las provincias de Salta, Chaco, Catamarca y Jujuy y otros 219 importados de países limítrofes como Bolivia y Paraguay, en Buenos Aires, Capital Federal, Córdoba y Rosario, según datos del Ministerio de Salud de la Nación. El brote epidémico es el peor de los últimos cinco años, desde que en 2004 se notificaron 1.516 casos, y ya hubo dos personas fallecidas en Tartagal, Salta, a causa del dengue hemorrágico, la variante más grave de la enfemedad.
“Estamos teniendo brotes de dengue de transmisión local en dos áreas: las provincias de Salta y Jujuy y se ha extendido a Chaco y Catamarca”, confirmó a PERFIL Juan Carlos Bossio, director de Epidemiología del Ministerio de Salud de la Nación. “Esto se debe a la circulación del vector –el mosqito Aedes aegypti– que está instalado en todas las provincias y la presencia de personas con el virus en la sangre”, agregó. Para el funcionario, además, los casos tienen relación con la epidemia que atraviesa Bolivia, donde se notificaron 50 mil casos y hubo 22 muertes.
Una de las situaciones más alarmantes se vive en la provincia de Chaco, donde se registraron 11 casos confirmados por laboratorio y hay otros 367 casos por “nexo epidemiológico”, que significa que son pacientes que presentaron sintomatología de dengue y que estuvieron vinculados o relacionados con personas a quienes se les confirmó la enfermedad.
Esta semana el gobernador chaqueño, Jorge Capitanich, tuvo que declarar la emergencia sanitaria en la zona, después de que legisladores de la oposición lo acusaran de ocultar las cifras reales de los afectados por el brote de dengue que, según el diputado socialista Eduardo Siri, llegarían a 5 mil casos. “Los hospitales de Charata, Sáenz Peña y Campo Largo, las localidades más afectadas, están desbordados de pacientes. El sistema de salud está colapsado producto de la improvisación. Aunque el gobierno lo niegue, la epidemia ya está instalada”, denunció Rolando Núñez, coordinador del Centro de Estudios Nelson Mandela, de Chaco. Para el titular de la ONG, el brote de dengue en esta provincia se debe “al desequilibrio ambiental producto del desmonte indiscriminado y la expansión de la frontera agrícola”.
Prevención.
El dengue es causado por la picadura del mosquito Aedes aegypti, que se contagia el virus de una persona infectada y se lo transmite a otra. “Los síntomas de la enfermedad son fiebre, cefalea y dolores musculares. Hay que estar atentos porque suelen confundirse con una gripe”, advirtió Tomás Orduna, coordinador del Servicio de Medicina del Viajero del Hospital Muñiz, de Buenos Aires.
Hay cuatro tipos de virus diferentes. El haber tenido una variante provee inmunidad de por vida contra ella pero, a su vez, hace que al ser infectado por alguna de las otras tres la enfermedad derive en dengue hemorrágico. “Desde 1997 circula en el país la variante 3 pero ahora también se encontraron en Salta los serotipos 1 y 2, que coinciden con la circulación viral de Bolivia y Paraguay”, explicó Bossio. Para Orduna, todavía queda –desde el punto de vista climatológico– margen para que aparezcan más casos. “Como no hay una vacuna contra el dengue, la única forma de prevenir la presencia del vector es combatiendo los criaderos de los mosquitos, como los recipientes que acumulan agua”, aconsejó.
Fuente: Diario Perfil
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