Por Nora Bär LA NACION
En Camerún, logró reducir casi el 80% de los casos de tracoma, una infección epidémica
FOTO El doctor Pablo Goldschmidt, en plena tarea (Archivo)
Hasta el año último, en Kolofata, una región del norte de Camerún lindante con Chad y Nigeria, en la que habitan 118.617 personas, el 95% de las cuales son iletradas, uno de cada tres chicos sufría de tracoma, infección que se manifiesta inicialmente como una conjuntivitis, pero que sin tratamiento produce una grave irritación en los párpados, ulceraciones oculares y cicatrices que pueden conducir a la ceguera.
Hasta el año último, en Kolofata, una región del norte de Camerún lindante con Chad y Nigeria, en la que habitan 118.617 personas, el 95% de las cuales son iletradas, uno de cada tres chicos sufría de tracoma, infección que se manifiesta inicialmente como una conjuntivitis, pero que sin tratamiento produce una grave irritación en los párpados, ulceraciones oculares y cicatrices que pueden conducir a la ceguera.
Hoy puede decirse que gracias a la tarea denodada de un argentino, el bioquímico Pablo Goldschmidt, esa cifra acaba de reducirse casi un 80%, según una evaluación realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Salud del lugar. "Los resultados de este proyecto de tratamientos de masas en situaciones de miseria extrema son inesperados -cuenta Goldschmidt, que reside desde hace 29 años en París y está de paso por Buenos Aires-.
Los expertos de la OMS quedaron impresionados porque, con una sola visita a los pueblos, el tratamiento de todos los chicos y la educación a las mujeres y las nenas para mejorar la higiene, la prevalencia de infecciones que producen ceguera bajó casi 80%. Se esperaba un descenso del 15 al 25%."
El investigador argentino (¡que en nuestro país se recibió también de bioquímico y psicólogo entre los 21 y los 24 años!) trabaja en el Centre National des Quinze-Vingts , el hospital nacional de oftalmología de la capital francesa. Allí recibió el pedido de ayuda de las autoridades de Kolofata, un lugar en el que no existen ni electricidad ni cloacas ni agua corriente.
Hacía falta alguien que organizara la campaña de detección de tracoma y consiguiera el dinero para los tratamientos, los camiones, las motos y los enfermeros. Goldschmidt lo hizo, pero además desarrolló una formulación en gotas del medicamento empleado (la azitromicina), que evitó su desvío a los burdeles (donde se lo utiliza para tratar enfermedades venéreas, como la gonorrea y la sífilis). Esta nueva presentación, asimismo, resultó mucho más económica que la tradicional, en pastillas: 90 centavos la dosis frente a cuatro dólares.
"El tracoma es una catástrofe sanitaria -cuenta Goldschmidt-. Está considerada una prioridad dentro del grupo de las «enfermedades olvidadas», porque [en Africa, en Asia y en poblaciones aborígenes de Australia] hay ochenta millones de personas que la padecen. Este año, hay entre cinco y seis millones de ciegos por esta causa. ¡Y es una ceguera evitable con apenas 90 centavos de dólar!"
La tarea, por supuesto, no fue fácil. Tuvo que volar hasta Chad y atravesar campos minados para llegar a Kolofata, donde comandó un pequeño "ejército" de 250 agentes comunitarios que colocaban las gotas a todos los integrantes de la familia, puerta a puerta, desde el amanecer hasta el anochecer. "Las normas aceptadas especifican que si más de un 10% de los chicos están afectados, tenés que tratar a todo el pueblo -explica-. En 2006, hicimos un estudio y encontramos un 31% de prevalencia. Tuvimos que tratar a más de 100.000 personas en tres semanas. Lo terrible de esta enfermedad es que su única manifestación son unos granitos por dentro del párpado, que se pone rugoso como un papel de lija. Si no se cura antes de los diez años, la continua fricción opacifica la córnea y sobreviene la ceguera."
Y enseguida agrega: "Construir y mantener letrinas; darles jabón a las mamás y enseñarles a usarlo para que laven las manos y las caritas de los chicos una vez por día, porque la gente que tiene tracoma no sabe lo que es el jabón. Sólo con esto, el tracoma ya disminuye a la mitad. Y si baja el tracoma, también disminuyen la polio y la lepra... Pero a nadie parece importarle..."
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