Por: Nora Sánchez
Mientras en los contracarriles la circulación fue fluida, la mano hacia Once estuvo más cargada. Y hubo problemas en algunas esquinas, como Santa Fe, para doblar a la izquierda, ahora prohibido. Los vecinos volvieron a rechazar los cambios.
La doble mano de Pueyrredón ayer debutó con protestas de vecinos, que cortaron dos veces la avenida, y la confusión de los automovilistas.
La doble mano de Pueyrredón ayer debutó con protestas de vecinos, que cortaron dos veces la avenida, y la confusión de los automovilistas.
Muchos trataron de doblar en lugares ahora prohibidos, como avenida Santa Fe. Sin embargo, el tránsito circuló con fluidez, especialmente en los dos contracarriles. A las 15, recorrer las 16 cuadras que separan las avenidas Córdoba y Libertador tomaba 8 minutos en dirección hacia el Bajo y 11 minutos hacia Once.
También se circulaba bien por Azcuénaga, que desde ayer cambió de mano entre Pueyrredón y Juncal."La primera impresión es muy positiva, porque el flujo del tránsito es bueno tanto por Pueyrredón en sus dos sentidos como por Azcuénaga -evaluó el subsecretario de Tránsito porteño, Jorge Norverto-. Ahora habrá ajustes en la sincronización de los semáforos y vamos a verificar que estén las indicaciones correctas".
La prueba piloto, que se mantendrá por 90 días y después deberá ser avalada por la Legislatura, empezó a las 10, cuando los agentes de control de tránsito liberaron los dos contracarriles hacia Libertador. Los primeros vehículos en pasar no avanzaron mucho: en Juncal, unos cincuenta vecinos de agrupaciones como No al Parquímetro, Con los Chicos No, Basta de Demoler y las asociaciones de amigos de la avenida Pueyrredón y de Recoleta, cortaron parte de la calzada para protestar. "Macri dijo que con esto le devolvían diez minutos a la gente que viaja en colectivo, pero es mentira. Se los dan en un lado y se los sacan en otro", se quejó el vecino Juan Chavarri.
Cuando los bocinazos y los insultos retumbaban cada vez más, algunos pasajeros de un colectivo 118 se bajaron y enfrentaron a los manifestantes a los golpes. Después, salieron corriendo. "Hay gente que se vende por un choripán o $ 50 para venir a pegar", lamentó Salomé Avila, de No al Parquímetro, que recibió un golpe en el cuello. Los vecinos liberaron la avenida a las 10.30, aunque cerca de las 20 volvieron a cortarla parcialmente a la altura de French.
Al mediodía protestaron los taxistas, que tiraron bombas de estruendo en Pueyrredón y Santa Fe. "Esta es una jornada de esclarecimiento, porque en la segunda etapa, cuando extiendan los carriles hacia avenida Belgrano, van a impedir la circulación de los taxis libres, quitándonos una zona de trabajo", dijo Luis Fernández, de la Asociación de Taxistas de Capital.
Los empresarios de colectivos, que están de acuerdo con los contracarriles, se quejaron porque no son exclusivos para el transporte público. "Cuando el Gobierno porteño nos presentó el proyecto nos dijeron que los contracarriles iban a ser exclusivos y hace 48 horas nos enteramos que iban a ser para todo el mundo", señaló Daniel Millaci, de la Cámara de Empresarios de Autotransporte de Pasajeros.
A los automovilistas les costó acostumbrarse. Como se anunció que los autos particulares podrían circular sin restricciones por los contracarriles desde Córdoba, muchos intentaron doblar desde esa avenida. "No se puede doblar desde Córdoba porque tiene un carril exclusivo para colectivos", se cansó de explicar una agente de tránsito. Pocos le hicieron caso. Los menos hicieron lo correcto, que es tomar Pueyrredón por Mansilla.También hubo problemas en algunos cruces. Muchos automovilistas pretendieron doblar desde Vicente López hacia Azcuénaga, que ahora es contramano. Incluso, muchos que venían por Pueyrredón hacia Once doblaron a la izquierda por Santa Fe, cruzando el contracarril. Algo que a partir de ayer está prohibido. Los agentes de tránsito, por ahora, hicieron advertencias pero no multas.
Las alternativas para tomar por Santa Fe desde Pueyrredón eran complicadas: dar la vuelta por Arenales y Laprida o por Charcas y Ecuador requería entre 6 y 7 minutos de maniobras. También se complicaba tomar Paraguay. Y la avenida Santa Fe se congestionó con los autos que esperaban para doblar por Pueyrredón.
Los contracarriles tuvieron tránsito más liviano, por lo que algunos motociclistas llegaron a tomarlos en contramano para eludir el tránsito más cargado en dirección hacia Córdoba. Entre las demoras por los cambios muchos se quejaron, como en el Hospital Alemán, de haber llegado tarde a sus consultas. En el medio de la prueba piloto quedó la gente que cruza Pueyrredón y que ayer no sabía en qué dirección mirar. Como en la esquina de Santa Fe, donde ahora los vehículos pueden doblar hacia la izquierda. Ningún cartel se lo advierte al peatón.
Fuente: Diario Clarín
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