Expertos de la Argentina explicaron las ventajas del uso de esta tecnología, que comienza a convertirse en una opción en distintas partes del mundo.
Los países desarrollados están haciendo frente al creciente consumo de energía reemplazando la iluminación tradicional por la tecnología LED (Light-Emitting Diode, según sus siglas en inglés).El mayor exponente de esta categoría son las lámparas LED, que cuentan con una vida útil superior a los cinco años y consumen diez veces menos energía que una lámpara incandescente tradicional.
Si bien en la Argentina el costo de la energía todavía resulta muy bajo, esta situación no se presenta de manera homogénea a nivel global: en el mundo la problemática del costo de la energía es severa y se ha vuelto uno de los inconvenientes más acuciantes para los países desarrollados.
La raíz del conflicto es nítida: el alto costo del petróleo influye en la obtención de la energía y, dado que la mayor parte de la misma se genera a través de subproductos y derivados del petróleo, esto hace que inexorablemente el impacto en el precio de los recursos energéticos se produzca de manera directa, indicó un informe elaborado por LED Argentina, una consultora especializada en el tema.
Datos estadísticos recientes indican que el 20% de total de la energía generada a nivel mundial se consume en el sector de iluminación pública. La primera ciudad del mundo en anunciar el reemplazo completo de iluminación pública por tecnología LED fue Ann Harbor, Michigan EEUU. "La instalación de iluminación pública LED nos ahorrará más de u$s100 mil al año y reducirá nuestras emisiones anuales de CO2 en 300 toneladas”, dijo en su momento el alcalde John Hieftje.
Alejandro Tombesi, gerente General de LED Argentina y Rodrigo Miguel, vicepresidente Ejecutivo, coinciden en que se trata de “una tecnología de punta, con características disruptivas que suponen una transformación de los paradigmas vigentes”.Tombesi explicó que “Canadá, los EEUU, gran parte de los países europeos y las principales ciudades de los países asiáticos ya tienen iluminación LED, al menos en los semáforos”.
El trabajo de la consultora señala que la iluminación de este tipo impacta, más allá del ahorro monetario, en el medioambiente.“En una oficina iluminada con lámparas dicroicas de 50 watts, éstas no sólo consumen 50 watts cada una sino que además generan calor, lo que provoca el calentamiento del ambiente y demanda que se lo refrigere. Por lo tanto, al gasto energético que exige la iluminación se le suma también el que procede de la refrigeración del lugar”, dijeron.
Reemplazar esas lámparas dicroicas por las LED –que ofrecen un tipo de luz eminentemente fría en temperatura pero no en color- supone un ahorro sustancial de energía, dado que además se necesita un menor consumo de aire acondicionado. Así, se genera una reducción sustantiva en la emisión de carbono.
Fuente: Infobae.com
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