Por lo general, cuando se habla del arma idónea para la autodefensa, lo habitual es hacer referencia a un arma corta. Sin embargo, en los últimos años las escopetas tácticas o de combate están gozando de una mayor aceptación entre quienes buscan un arma para protegerse. Y es que, a cortas distancias, estas armas resultan prácticamente insuperables.
La elección de un arma para la autodefensa puede convertirse en una decisión fundamental de cara a la autoprotección de un individuo y de los que le rodean. Tanto las pistolas como los revólveres permiten una sencilla ocultación y un cómodo acceso, lo que tradicionalmente las ha convertido en las armas escogidas para este tipo de menesteres.
En contraposición a estas armas cortas, la escopeta de combate está convirtiéndose en los últimos tiempos en una opción a tener muy en cuenta. Los motivos de este auge de las escopetas tácticas como armas de autodefensa son varios, aunque tal vez uno de los más importantes sea que la licencia necesaria para guiar una de estas escopetas resulta más fácil de obtener que una de arma corta.
En este sentido, hoy cualquiera puede tener y usar una escopeta semiautomática o de corredera, los dos mecanismos más utilizados en las escopetas de combate. Si bien es cierto que prácticamente casi todos los modelos de escopeta podrían emplearse como armas de autodefensa, sólo las correderas (Pump-Action) y las semiautomáticas gozan de la estructura mecánica necesaria para desarrollar este tipo de servicio. Estos dos modelos de escopeta disponen de cargadores tubulares de gran capacidad (hasta 8 cartuchos) y permiten utilizar cañones de diverso tamaño, lo que incrementa notablemente sus posibilidades de uso.
Además, estas armas ofrecen una elevada cadencia de fuego, sobre todo en el caso de la escopeta semiautomática, lo que supone una ventaja considerable en el momento de un hipotético enfrentamiento. A estas ventajas habría que añadir la facilidad para recargar el arma, así como el hecho de poder realizar varios disparos sin tener que desencarar el arma.
En cuanto al calibre utilizado en estas escopetas de combate, lo más habitual es emplear cartuchos del 12 o del 12 Magnum. Este tipo de munición resulta tremendamente eficaz y potente en disparos a cortas distancias (hasta unos 25 metros). Por este motivo, estas escopetas de combate posiblemente sean las armas con mayor poder de parada del mercado. Este hecho, unido al efecto disuasorio producido por el estruendo posterior a cada disparo, convierte a estas armas en un elemento de ayuda imprescindible para los cuerpos policiales y fuerzas de seguridad que necesitan echar mano de estas escopetas tácticas en situaciones extremas.
¿Corredera o semiautomática?
Después de decantarse por adquirir una escopeta táctica como arma de autodefensa llega el momento de escoger el modelo en cuestión. En esta decisión, lo más importante es la elección del mecanismo de acción. Y para ello existen dos posibilidades: corredera (Pump-Action) o semiautomática.
Después de decantarse por adquirir una escopeta táctica como arma de autodefensa llega el momento de escoger el modelo en cuestión. En esta decisión, lo más importante es la elección del mecanismo de acción. Y para ello existen dos posibilidades: corredera (Pump-Action) o semiautomática.
Las principales ventajas de la escopeta de corredera son su fiabilidad, la sencillez de su mecanismo y la robustez de su diseño. Además, esta arma posee menos partes movibles que la semiautomática, al mismo tiempo que admite mayor tipo de munición.
Entre los modelos clásicos de las escopetas de corredera destacan la legendaria Winchester M97 y los más modernos diseños militares Mossberg 590 y Remington M870. Concretamente, la Remington 870 es el auténtico paradigma de las escopetas Pump-Action, un arma ligera, fácil de utilizar y enormemente eficaz hasta en las situaciones más complejas.
Por otra parte, el usuario también tiene la opción de adquirir una escopeta semiautomática que le permitirá disponer de una mayor cadencia de fuego. Además, las semiautomáticas ofrecen a su propietario la posibilidad de disparar más fácilmente desde prácticamente cualquier posición, incluso con una sola mano (sólo en situaciones de emergencia). Otro punto a favor de este tipo de escopetas es que su diseño ayuda a reducir en cierta medida el retroceso generado por los potentes cartuchos del calibre 12. Por el contrario, este tipo de armas resulta menos versátil que las correderas, pues muchos cartuchos no son capaces de generar la presión suficiente para accionar el cerrojo y que se recargue automáticamente el arma. Además, exigen un mayor mantenimiento y el empleo de municiones de muy alta calidad para no entorpecer el sistema de alimentación. Por otra parte, estos modelos suelen tener un precio más elevado que las escopetas Pump-Action.
La Beretta M1201 o la Remington 1187 figuran entre los modelos más característicos de las escopetas semiautomáticas. La M1201, una adaptación al ámbito militar de una de las tradicionales escopetas deportivas de la firma italiana, posee los rasgos clásicos de las escopetas tácticas, como son su rápido mecanismo de acción y sus miras abiertas tipo rifle. A la M1201 y la Remington 1187 podría añadirse la Benelli M1014, una semiautomática que funciona por toma de gases y que tiene capacidad para almacenar hasta 8 cartuchos del calibre 12.
La M1014 ha sido diseñada atendiendo a las últimas tendencias en nuevas tecnologías, destacando su culata plegable, sus miras circulares, y su posibilidad de incorporar diversos dispositivos luminosos (lásers, puntos rojos, etc.). Por último, una tercera opción disponible vendría de la mano de las escopetas combinadas, es decir, aquéllas que permiten alternar entre un funcionamiento Pump-Action y semiautomático. Dentro de esta gama destaca otro producto diseñado por la italiana Benelli. Se trata de la M3 Super 90, una escopeta de combate que también puede convertirse en un arma perfecta para la autodefensa.
En los últimos años, y debido a la proliferación de este tipo de armas tanto para servicios de autodefensa como para actividades policiales, están apareciendo nuevos modelos que todavía redundan más en las virtudes de estas armas. Entre los más aclamados se encuentran la Beretta RS202, la Benelli M4 y la extravagante la Serbu Super Shorty, una escopeta de corredera que destaca por su escaso tamaño y por su reducida capacidad de carga (limitada a sólo dos cartuchos del calibre 12). Cualquiera de estas escopetas, unidas a las citadas anteriormente, pueden ser una opción más que interesante para actuar como arma de autodefensa. De corredera o semiautomáticas, la cuestión es que las escopetas de combate están llamando a nuestras puertas. ¿Las dejamos entrar en casa?
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