Chile dispone de ahorros por 3.000 millones de dólares para la compra de equipamientos militares, tales como sistemas antiaéreos, sonares de profundidad variable y aviones de alerta temprana, revelaron asesores de Defensa.
Las reservas monetarias para estos fines podrían incluso crecer en los próximos meses, toda vez que sólo hasta junio sumaban 2.934 millones de dólares, comentó el analista Eduardo Santos.El experto explicó que estos fondos provienen de la Ley Reservada del Cobre (LRC), que entrega el diez por ciento de las ventas de la minera estatal Codelco exclusivamente para comprar material bélico.
La idea del gobierno es que la LRC -cuya derogación es prometida desde 1990- sea reemplazada por un sistema de compras plurianuales, donde el financiamiento deberá ser aprobado por el Congreso. Foto: Presidenta chilena y el Jefe del Ejército.
El nuevo sistema, que será enviado a trámite legislativo al Parlamento a fines de año, mantendría los recursos acumulados de la LRC bajo el control de Defensa, en un fondo permanente y renovable destinado exclusivamente a la adquisición de armas.
El nuevo sistema, que será enviado a trámite legislativo al Parlamento a fines de año, mantendría los recursos acumulados de la LRC bajo el control de Defensa, en un fondo permanente y renovable destinado exclusivamente a la adquisición de armas.
Los analistas difieren, eso sí, respecto de cómo se gastará ese dinero. Algunos opinan que debe comprarse lo que "falta", otros plantean que debe haber una planificación conjunta.Por ejemplo, Santos explicó que "a futuro habrá más gasto por los sistemas sofisticados que tienen las armas, cuyo costo crece a tasas del diez por ciento anual". Acotó que "el Ejército necesita más vehículos de combate de infantería, sistemas antiaéreos y helicópteros de ataque, la Armada requiere recuperar la barcaza "Valdivia", adquirir sonares de profundidad variable y un buque de control de mar, mientras la Fuerza Aérea necesita cisternas, aviones de alerta temprana, radares y reemplazar el F-5".
El analista Armen Kouyoumdjian estima, por su parte, que los recursos permitirían "dejar de comprar armamento de segunda mano, que nunca se adapta a las necesidades reales, porque se debe adecuar o modificar". Sobre lo mismo, añadió que Chile debería "adquirir más helicópteros para operaciones de rescate".
Juan Pablo Rosso, otro experto de Defensa, aseveró que "es urgente solucionar la falta de sinergia y eficiencia producidas por la falta de planificación conjunta de nuestras Fuerzas Armadas". De hecho, la LRC no promueve la compra coordinada de equipamiento militar, sino que asigna fondos en partes iguales a cada rama de la Defensa. Por ello Rosso planteó que es necesario "un plan de desarrollo integral que considere un mismo escenario estratégico y una evaluación integral de las capacidades militares que necesitamos".
Sobre la conveniencia o no de comprar material de segunda mano, el especialista José Higuera sostuvo que "debe ser analizado caso a caso, sin generalizar ni descartar a priori". "Lo que si hace mucha falta es transparentar las políticas y criterios que guían estas adquisiciones", afirmó.
Por lo mismo, Higuera coincidió con Rosso en que "es necesario definir las capacidades necesarias y a partir de eso planear las futuras compras de material militar, con un objetivo conjunto y en función de la disuasión". Agregó que es necesario evaluar cómo las compras militares contribuyen a la seguridad de Chile, en términos de sus fines disuasorios hacia Perú, Bolivia y Argentina, sin producir el impacto negativo y contraproducente de generar inseguridad en estos países vecinos, que han reclamado en el pasado por el gasto militar chileno.
Por lo mismo, Higuera coincidió con Rosso en que "es necesario definir las capacidades necesarias y a partir de eso planear las futuras compras de material militar, con un objetivo conjunto y en función de la disuasión". Agregó que es necesario evaluar cómo las compras militares contribuyen a la seguridad de Chile, en términos de sus fines disuasorios hacia Perú, Bolivia y Argentina, sin producir el impacto negativo y contraproducente de generar inseguridad en estos países vecinos, que han reclamado en el pasado por el gasto militar chileno.
Según el Instituto Internacional de Estudios Para la Paz de Estocolmo (SIPRI), Chile es el segundo importador de armas de América Latina, con 615 millones de dólares en el año 2007, lo que genera preocupación y críticas en países vecinos. En diez años Chile adquirió dos submarinos nuevos a Francia y España, 350 tanques Leopard 1 y 2 en Holanda y Alemania, 28 aviones cazabombarderos F-16 nuevos y de segunda mano en Estados Unidos y Holanda y ocho fragatas usadas en Holanda e Inglaterra. Más recientemente se compraron 100 vehículos de combate Marder a Alemania, 12 helicópteros Bell 412 (a Estados Unidos), tres aviones de patrullaje marítimo CASA C-295 (España), diez helicópteros AS535 Super Puma (Francia) y 12 aviones turbo-hélice de ataque y entrenamiento Súper Tucano (Brasil).
En total, desde el retorno a la democracia en 1990 hasta fines de 2010, el país habrá hecho las mayores adquisiciones bélicas de su historia por montos de varios miles de millones de dólares.
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