Por Antonio Rossi - Diario Clarín - Edenor, Edesur y otras le deben a Cammesa $ 9.700 millones de pesos
Pese a que no volvieron a registrarse los cortes masivos y
prolongados de la última ola de calor, el sistema eléctrico continúa en
terapia intensiva y con números y cuentas cada vez más en rojo.
Junto con la crítica situación que exhibe en la faz técnica y operativa, el funcionamiento del sector eléctrico presenta una marcada grieta económica que es tolerada y cubierta por el Gobierno con el desembolso creciente de subsidios y aportes estatales que permiten mantener congeladas las tarifas.
Mientras las distribuidoras eléctricas de todo el país no pagan la energía y acumulan una deuda récord que supera los $ 9.700 millones, la administración kirchnerista salió a financiar obras de las operadoras privadas por unos $ 2.500 millones con el fin de garantizar la prestación del servicio.
Las boletas impagas por la provisión de energía que las distribuidoras privadas y estatales arrastran con la CAMMESA –la administradora estatal del mercado eléctrico, que depende del ministro Julio De Vido– escalaron a un nivel histórico y equivalen a casi 10 meses de la facturación habitual del sector.
Según el último informe que la CAMMESA elevó a los generadores, las obligaciones pendientes de pago de las distribuidoras totalizaron, a fines de febrero, $ 9.735 millones. La morosidad se disparó en los últimos meses. A principios de diciembre, la deuda era del $ 7.000 millones y en 90 días creció un 38% por el triple impacto de la devaluación, el mayor consumo y el estancamiento de los ingresos de las distribuidoras que no ajustaron las tarifas.
Las principales morosas del sistema son las operadoras metropolitanas. Edenor –la empresa que controla Pampa Energía del grupo Mindlin– debe $ 3.114 millones. Por su parte, Edesur –la compañía manejada por el grupo italiano ENEL– adeuda $ 2.594 millones.
E l resto de las empresas provinciales y las cooperativas eléctricas del interior deben un total de $ 4.028 millones y en varios casos ya afrontan demandas judiciales de la CAMMESA.
En este grupo de deudoras sobresalen dos datos significativos.
-Las cuatro que más deben son: la cordobesa EPEC, $ 1.641 millones; la correntina DPEC, $ 500 millones; la mendocina EDEMSA, $ 496 millones y la platense EDELAP, $ 461 millones.
-La distribuidora santacruceña SPSE tiene facturas impagas desde junio de 2012 y acumula un rojo de $ 77 millones que representan casi 18 meses de su consumo habitual de energía.
Pese a los elevados niveles de deuda y mientras define la aplicación de un ajuste tarifario mediante la reducción de subsidios, el Gobierno decidió financiarle a Edesur, Edenor, Edelap y a las transportistas eléctricas un plan de inversiones prioritarias por $ 2.500 millones.
Los fondos –que saldrán de la CAMMESA y del ministerio de Planificación– son para obras y reparaciones atrasadas que apuntan a reducir los riesgos de cortes mientras siguen pendientes las soluciones de fondo.
Junto con la crítica situación que exhibe en la faz técnica y operativa, el funcionamiento del sector eléctrico presenta una marcada grieta económica que es tolerada y cubierta por el Gobierno con el desembolso creciente de subsidios y aportes estatales que permiten mantener congeladas las tarifas.
Mientras las distribuidoras eléctricas de todo el país no pagan la energía y acumulan una deuda récord que supera los $ 9.700 millones, la administración kirchnerista salió a financiar obras de las operadoras privadas por unos $ 2.500 millones con el fin de garantizar la prestación del servicio.
Las boletas impagas por la provisión de energía que las distribuidoras privadas y estatales arrastran con la CAMMESA –la administradora estatal del mercado eléctrico, que depende del ministro Julio De Vido– escalaron a un nivel histórico y equivalen a casi 10 meses de la facturación habitual del sector.
Según el último informe que la CAMMESA elevó a los generadores, las obligaciones pendientes de pago de las distribuidoras totalizaron, a fines de febrero, $ 9.735 millones. La morosidad se disparó en los últimos meses. A principios de diciembre, la deuda era del $ 7.000 millones y en 90 días creció un 38% por el triple impacto de la devaluación, el mayor consumo y el estancamiento de los ingresos de las distribuidoras que no ajustaron las tarifas.
Las principales morosas del sistema son las operadoras metropolitanas. Edenor –la empresa que controla Pampa Energía del grupo Mindlin– debe $ 3.114 millones. Por su parte, Edesur –la compañía manejada por el grupo italiano ENEL– adeuda $ 2.594 millones.
E l resto de las empresas provinciales y las cooperativas eléctricas del interior deben un total de $ 4.028 millones y en varios casos ya afrontan demandas judiciales de la CAMMESA.
En este grupo de deudoras sobresalen dos datos significativos.
-Las cuatro que más deben son: la cordobesa EPEC, $ 1.641 millones; la correntina DPEC, $ 500 millones; la mendocina EDEMSA, $ 496 millones y la platense EDELAP, $ 461 millones.
-La distribuidora santacruceña SPSE tiene facturas impagas desde junio de 2012 y acumula un rojo de $ 77 millones que representan casi 18 meses de su consumo habitual de energía.
Pese a los elevados niveles de deuda y mientras define la aplicación de un ajuste tarifario mediante la reducción de subsidios, el Gobierno decidió financiarle a Edesur, Edenor, Edelap y a las transportistas eléctricas un plan de inversiones prioritarias por $ 2.500 millones.
Los fondos –que saldrán de la CAMMESA y del ministerio de Planificación– son para obras y reparaciones atrasadas que apuntan a reducir los riesgos de cortes mientras siguen pendientes las soluciones de fondo.
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