martes, 7 de mayo de 2013

Acorralada

Por Román Letjman, Periodista - Cronista.com

Cristina Fernández de Kirchner sabe que la coincidencia temporal de una profunda crisis económica junto a una sólida investigación periodística de corrupción en el poder, entierra los sueños inmortales de un presidente en ejercicio. Carlos Menem pretendió un tercer mandato, montó un conglomerado de medios, e intentó manipular al Poder Judicial. No llegó: la convertibilidad hacia agua, y la sociedad ya sabía sobre su enriquecimiento ilícito y sus contactos con traficantes de armas, lavadores de dineros y empresarios corruptos. Mientras se disparaban los índices de pobreza y desocupación, el Presidente riojano y su entorno no podían justificar la fortuna. Menem concluyó su mandato, y dos años más tarde fue preso por contrabando.

El testimonio de Miriam Quiroga, ex secretaria de Néstor Kirchner, asegura que Cristina Fernández sabía sobre los embarques de dinero sucio que iban desde la Casa Rosada, vía Olivos, hasta Santa Cruz. Se trata de un testimonio que transforma a la ex secretaria de Kirchner en un blanco móvil de los servicios de inteligencia, los medios oficiales y paraoficiales y una facción del Poder Judicial. “Te puedo asegurar que estaba en conocimiento de todo”, dijo Quiroga al periodista Jorge Lanata, cuando le preguntó sobre la Presidente y los presuntos negocios oscuros que hacía el ex presidente.

Si las declaraciones periodísticas de Leo Fariña y Federico Elaskar permitieron abrir una causa contra el empresario Lázaro Báez, debería iniciarse ya una investigación penal sobre la presidente Kirchner y el entorno que acompañaba a su marido. Quiroga aportó información valiosa, y a diferencia de Fariña y Elaskar, no desmintió sus declaraciones en América TV. La ex secretaria de Néstor Kirchner tiene muchos secretos para revelar, y es necesario que el Poder Judicial proteja a un testigo de cargo que involucra a la Presidente en presuntos actos de corrupción. Es la clave del arcano, y necesita una causa abierta para probarlo.

El gobierno reaccionará aplicando un manual que Menem y Emir Yoma redactaron en sus horas aciagas. Ya escucharemos a Aníbal Fernández, Juan Manuel Abal Medina (jr), Luis D’Elia, Carlos Kunkel y Amado Bodou sosteniendo que la testigo Miriam Quiroga es una ex funcionaria despechada que en un acto de venganza atacó sin pruebas a Cristina Fernández de Kirchner.

Será una defensa inútil: para la justicia federal, el testimonio se califica desde la información que pueda aportar. Los móviles personales no importan, si los datos se corroboran con otras evidencias que se pueden obtener en cuentas bancarias, asientos contables, declaraciones juradas, registros de vuelos, transferencias electrónicas y participaciones accionarias de empresas beneficiadas con obras públicas. La plata en bolsos deja rastros, solo hay que saber buscar.

Carlos Menem, a diferencia de Cristina Fernández, manejaba una mayoría automática en la Corte Suprema. Por eso, la reforma del Consejo de la Magistratura se transformó en una pieza clave para evitar que los principales funcionarios del gobierno terminen encausados cuando la Presidente entregue el poder hacia fines de 2015. Si la reforma del Consejo de la Magistratura es declarada inconstitucional, Cristina Fernández, su familia y su entorno estarán en problemas, porque no podrán presionar a los jueces que investigarán la corrupción en los tres mandatos que compartieron Néstor Kirchner y su esposa.

La crisis económica, el dólar blue a diez pesos y la inflación galopante son la levadura de un humor social que afecta los niveles de opinión pública positiva de Cristina Fernández. En un gobierno acusado de corrupción constante, el humor social atado al nivel adquisitivo del salario, hace trizas la imagen de un Presidente que aspira a un mandato perpetuo en la Casa Rosada. Y sin mandato perpetuo, los Tribunales atienden las 24 horas del día, todos los días del año.

Lourdes Di Natale trabajaba con Carlos Menem en Balcarce 50, después se fue a las oficinas que Emir Yoma tenía en la calle Florida. Harta del maltrato, exigió a Menem y Yoma una compensación por los años de trabajo. Dijeron que no, y nunca más atendieron sus llamados. Entonces, con metódica venganza, Lourdes denunció las conexiones del ex presidente con la venta de armas y provocó su detención en junio de 2001. Tenía una agenda que confirmó toda su información. Estaba despechada, y un día murió en extrañas condiciones.

Miriam Quiroga trabajaba cerca de la oficina que ocupaba Di Natale en la Casa Rosada. Y como ella, decidió contar las intimidades del poder. También tiene una agenda, y es capaz de reconstruir los ocho años que pasó a la sombra de Néstor y Cristina Kirchner, cuando los vuelos privados iban y venían desde Aeroparque a Santa Cruz.

Quiroga sabe armar el rompecabezas. Hay que protegerla. Ya es una razón de Estado.

1 comentario:

  1. La corrupción de este gobierno no tiene límites. Espero que en octubre, se cancele para siempre el plan reeleccionista indefinido, y que la justicia investigue a los que se han robado a la nación en estos últimos años.

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