Por Luis Palma Cané (Economista)
La crisis de Grecia se mediatizó hacia fines de año pasado, cuando el nuevo gobierno social demócrata de George Papandreou “transparentó” las verdaderas cifras fiscales: 12,7% de déficit y una deuda del orden del 130% del producto.
La crisis de Grecia se mediatizó hacia fines de año pasado, cuando el nuevo gobierno social demócrata de George Papandreou “transparentó” las verdaderas cifras fiscales: 12,7% de déficit y una deuda del orden del 130% del producto.
De inmediato surgieron fuertes temores sobre un eventual default del país helénico. Sin embargo, recientemente, el gobierno licitó una emisión de bonos, la cual tuvo una sobreoferta de 3 a 1 y un costo financiero del orden del 6%. Frente a esta situación, nuestro país no sólo no puede acceder a los mercados voluntarios de deuda sino que, además, el rendimiento actual de su deuda (aproximadamente 15%) es casi tres veces el griego
La pregunta que surge de inmediato es: ¿responde esta diferencia de riesgos a la situación macroecónomica de ambos países o, por el contrario, se debe a otros factores? Si se toman los fríos números de la economía, no cabe duda que la situación actual de Grecia es más problemática que la de nuestro país; el cual presenta un déficit del 4.0% y una deuda del 50 % del producto ¿Por qué, entonces, la brutal diferencia de riesgos?
Una breve descripción de factores que hacen a la institucionalidad del país helénico nos dará la respuesta (dejamos al lector su comparación con Argentina)
- Pertenece a la unión monetaria del Euro, la cual –en la reunión del lunes pasado del Eurogrupo– se ha comprometido a que, en caso de ser solicitado, apoyará a Grecia con un eventual rescate
- No tiene deuda defaulteada con tenedores privados de bonos, ni con el Club de París
- Mantiene una relación normal con el Fondo Monetario Internacional y con otros organismos
- El “blanqueo” de sus cifras fiscales fue dado a conocer por el propio gobierno
- Existe un tradicional respeto por la división de poderes y la seguridad jurídica. Su grado de previsibilidad es adecuado
- Se respeta la independencia del Banco Central
- Ha presentado un razonable plan de austeridad fiscal cuyo objetivo último será encuadrar –hacia el año 2013– su actual déficit al máximo de 3% permitido por el Tratado de Maastrich
- No existen subsidios generalizados a determinados sectores, ni tampoco impuestos distorsivos
- No se pretende controlar la inflación con absurdos controles de precios, ni con arbitrarias medidas de prohibición de exportaciones
En síntesis, partiendo exclusivamente de los fríos datos de la macroeconomía, el escenario de la actividad económica griega es más grave que el correspondiente a nuestro país. En consecuencia, la diferencia de riesgo –de casi 3 veces en nuestra contra– se justifica por los factores mencionados anteriormente, a los cuales, por cierto, se podrían agregar algunos más. Parafraseando al ex presidente Bill Clinton: “¡Es la política, estúpido!”
Fuente: El Cronista Comercial
La comparación que suele hacerse no es con la Argentina 2010 sino con la Argentina de 2001, la cual tenía la mayor parte de las características que la autora detalla sobre la Grecia actual.
ResponderEliminarPor el bien de los griegos esperemos que los próximos años no la asemejen a la Argentina de fines del 2001 y subsiguientes.
Saludos.
Me parece que este señor sabe un poco más que la autora de temas económicos.
ResponderEliminarhttp://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1245544
Saludos.