Debido a la crisis que causó el terremoto, el nuevo gobierno de Chile dijo que apoya al Dakar, pero los 7 millones de dólares que exigen los organizadores deberán aportarlos empresas privadas. El Gobierno argentino ya había confirmado que pagará esa misma cifra para que la carrera vuelva a pasar por nuestro país.
ASO, la empresa organizadora del Rally Dakar, todavía no informó de manera oficial dónde se correrá la edición 2011, pero todo indica que su intención es regresar una vez más a la Argentina y Chile. Sin embargo, la compañía espera que cada uno de los países aporte siete millones de dólares (un millón más que en el 2010) para volver a correr acá.
En enero pasado, al terminar la última edición, el Gobierno chileno fue el primero en aceptar la propuesta de ASO y desde el país vecino incluso se criticó la indefinición del Gobierno argentino para aceptar el aumento en el aporte. Finalmente, el 5 de febrero, la presidente Cristina Kirchner confirmó que su administración está dispuesta a pagar los 7 millones pedidos por ASO. Sin embargo, en poco más de un mes, el panorama cambió por completo para Chile. Los terremotos y tsunamis que sufrió el país en las últimas semanas convencieron al nuevo presidente, Sebastián Piñera, de que su país no está para gastos en carreras. Manifestó su apoyo simbólico a la carrera, pero adelantó que los siete millones de dólares deberán aportarlos empresas privadas.
El piloto de motos chileno, Francisco “Chaleco” López, que terminó tercero en la general en el Dakar 2010, se puso al hombro la tarea de reunir el dinero necesario: “Esperamos que todos podamos apoyar la causa. El Gobierno, los privados, nosotros los pilotos. Todos tenemos que hacer un esfuerzo para que el Dakar se quede aquí”, manifestó.Mientras pasan los días, los directivos de ASO siguen analizando otros posibles escenarios para la carrera, aunque cada vez que lo piensan se convencen más de que Argentina y Chile siguen siendo el único recorrido con posibilidades para el 2011.
Una de las opciones alternativas: Túnez, Libia y Egipto se complicó por la decisión del presidente libio Mohamar Kadafi de romper relaciones diplomáticas con Suiza tras el resultado del referéndum que prohíbe construir minaretes (torres musulmanas) en el país alpino. Al mismo tiempo, los europeos se están encontrando con fuertes trabas para conseguir visas de ingreso a ese país. Tampoco es viable el antiguo recorrido que unía Europa con Senegal (y su capital, Dakar), ya que sigue siendo una zona insegura debido a los secuestros y amenazas de los terroristas radicados en Mauritania
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