Como un buzo que nada con su tanque de oxígeno, una solitaria vaca avanza lentamente por el mar verde de la pampa, comiendo pasto con un enorme tubo a sus espaldas. Luego de rumiar el alimento, los gases generados en el estómago -que deberían ser expelidos como eructos- van a parar directamente al tubo rojo de plástico colocado por científicos argentinos sobre el animal para medir los gases contaminantes que produce.
Este simple y novedoso sistema -un tanque conectado con una manguera al estómago de la vaca-, que hasta ahora no se había usado en el mundo, les permitió a los investigadores obtener información precisa sobre estas emisiones de gases de efecto invernadero que produce la hacienda y estudiar cómo reducirlas, según un despacho de la agencia de noticias Reuters.
"Cuando tuvimos los primeros resultados, quedamos sorprendidos. [...]. El 30 por ciento de las emisiones totales [de gases contaminantes] del país estarían dadas por las emisiones generadas por los bovinos", explicó Guillermo Berra, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
La Argentina es uno de los mayores exportadores mundiales de carne vacuna y, según el INTA, cuenta actualmente con cerca de 55 millones de cabezas de bovinos, por lo que es importante cuantificar el aporte de este ganado a la contaminación. "Jamás nos imaginamos que un bovino de cerca de 550 kilos pudiese producir entre 800 y 1000 litros por día de emisiones", añadió el investigador.
Actualmente son 10 los vacunos utilizados para la investigación, algunos de los cuales se ven favorecidos por vivir en un corral: como apenas caminan, sus gases son colectados en globos amarillos que cuelgan del techo y no deben ser cargados sobre sus espaldas como el molesto tanque rojo.
El colorido método de medición les permitió a los científicos cuantificar de modo directo la emisión de gas (principalmente metano) y buscar el modo de reducirla a partir de un cambio en la alimentación de los bovinos. "Hemos hecho un estudio preliminar con vacas y hemos encontrado que, con la utilización de taninos, que es con lo que estamos trabajando en este momento, se puede disminuir hasta un 25 por ciento la emisión de metano", dijo Silvia Valtorta, del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
La Argentina es uno de los países firmantes del Protocolo de Kyoto, que prevé la reducción de la emisión de gases contaminantes para 2012. Dado que sólo produce el 0,6 por ciento del total de las emisiones, no está obligada a cumplir con las metas cuantitativas fijadas por el pacto, pero sí se comprometió a reducir, o al menos a no incrementar, la producción de gases contaminantes.
Fuente: Diario La Nación