En un abierto desafío a Occidente, Irán probó ayer nueve misiles de mediano y largo alcance, uno de ellos con capacidad para alcanzar territorio israelí y bases norteamericanas en el Golfo Pérsico, y advirtió que está listo para tomar represalias ante cualquier ataque por su polémico programa nuclear.
Las potencias occidentales e Israel condenaron de inmediato el ejercicio militar iraní, que volvió a poner sobre el tapete la posibilidad de una nueva guerra en la región. "Advertimos a los enemigos que tienen la intención de amenazarnos con ejercicios militares y operativos psicológicos vacíos que nuestro dedo estará siempre en el gatillo y nuestros misiles siempre estarán listos para ser lanzados", declaró el comandante de la fuerza aérea de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salami, en referencia a los ejercicios realizados el mes pasado por la fuerza aérea israelí y las repetidas advertencias de Estados Unidos a Teherán.
En las maniobras militares realizadas ayer y anteayer por la Guardia Revolucionaria, la fuerza de elite iraní, se probó el misil Shahab-3, que tiene un alcance de 2000 kilómetros (Israel se encuentra a 1000 kilómetros de la frontera iraní) y fue modificado para poder transportar bombas racimo, que se fragmentan justo antes del impacto y multiplican el daño infligido al enemigo. "Tel Aviv y la flota estadounidense en el Golfo Pérsico serán los blancos", había afirmado anteayer Ali Shirazi, representante del líder supremo, Ali Khamenei, en la Guardia Revolucionaria.
Los ejercicios fueron realizados en la boca del estrecho de Ormuz, un angosto corredor marítimo de gran importancia estratégica por donde pasa alrededor del 40% del petróleo mundial, cuyo precio ayer cerró en alza luego de haber registrado bajas en los últimos días. El mercado teme un suministro irregular de Irán, segundo productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en caso de un eventual conflicto.
Estados Unidos, que sostiene que el plan nuclear de Teherán tiene como objetivo buscar armas atómicas, condenó los ensayos militares y afirmó que deberían servir como ejemplo a países que, como Rusia, se oponen a sus planes de instalar un escudo antimisiles en Europa del Este para contrarrestar la "amenaza" iraní.
La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, advirtió que el ejercicio balístico "demuestra que la amenaza del régimen de Teherán no es imaginaria". El secretario de Defensa, Robert Gates, señaló que Estados Unidos ya había advertido que Irán representa una amenaza real por su capacidad para fabricar misiles de largo alcance, que podría usar contra Europa.
En este contexto, Estados Unidos y la República Checa cerraron anteayer el acuerdo base para la instalación de un radar estadounidense en territorio checo, que forma parte del escudo antimisiles norteamericano. La Casa Blanca considera que de esta manera se puede defender de un posible ataque desde Irán, entre otros. Sin embargo, Moscú estima que la instalación de este escudo antimisiles significa una amenaza para la seguridad rusa. "Los ensayos de hoy [por ayer] deberán hacer a Rusia replantearse sus dudas", declaró Gates.
En Jerusalén, el vocero del primer ministro israelí, Ehud Olmert, sostuvo que Israel no busca la guerra. "Israel no busca ni el conflicto ni hostilidades con Irán, pero nadie en la comunidad internacional debería ser indiferente al programa nuclear iraní y al programa de misiles balísticos iraní", afirmó.
La relación entre Irán e Israel ingresó en una nueva fase de máxima tensión desde la asunción del actual presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, quien en más de una oportunidad expresó su deseo de borrar del mapa a Israel. El mes pasado, las fuerzas armadas israelíes realizaron una serie de maniobras militares en el Mediterráneo, con la participación de unos 100 aviones. El ejercicio fue interpretado como un simulacro de ataque aéreo a las instalaciones atómicas iraníes, similar al efectuado contra una base nuclear de Irak en 1981.
El gobierno alemán lamentó que Irán respondiera a los gestos "de buena voluntad" de las grandes potencias con ensayos de misiles. "Esas pruebas de misiles sólo pueden aumentar las inquietudes de la comunidad internacional en momentos en que paralelamente Irán desarrolla un programa nuclear que [según el Organismo Internacional de Energía Atómica] incluye actividades que podrían estar vinculadas a la concepción y a la fabricación de armas nucleares", estimó el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia.
Sin embargo, resulta llamativo que este nuevo pico de tensión entre Washington y Teherán tenga lugar en momentos en que sus autoridades sostienen que una guerra es, hoy por hoy, una posibilidad lejana. Anteayer Ahmadinejad había descartado un posible ataque de Israel o Estados Unidos. "Les aseguro que no habrá guerra en el futuro", dijo. Por su parte, el jefe del Pentágono afirmó ayer que no hay aún un ambiente de confrontación entre Estados Unidos e Irán.
Fuentes: Agencias AP, AFP, EFE, ANSA y DPA - Diario La Nación