Admitiendo que existió una oferta oficial desde Rusia por cazas SU-30 K, a un precio unitario de unos 14 millones de dólares, en un lote ofrecido inicialmente por 18 aviones (la Fuerza Aérea uruguaya sólo pedía cotizaciones por seis), la FAU afirmó oficialmente que "de ninguna forma se va a privilegiar esta propuesta, sobre las otras recibidas y seguirá el mismo camino de las demás, pasando por el dictamen técnico antes que nada. Luego, seguirá su trámite normal". Excusándose de ampliar sus consideraciones en otro sentido, el vocero de la Fuerza Aérea Uruguaya prefirió la discreción, no obstante reconocer que "una cosa es lo que se puede llegar a tener, otra lo que se puede operar o mantener".
En los últimos dos años, Uruguay ha recibido diversos ofrecimientos de aeronaves, en su inmensa mayoría del tipo LIFT o COIN, además de diversos tipos de F-5, desde los escasos y desgastados venezolanos, hasta los chilenos o suizos, gestiones estas últimas que, a partir de su sospechosa publicación en un site peruano en marzo pasado, extrañamente recorrieron el mundo perjudicándose seriamente, aunque se podrían seguir buscando F-5 modernizados de otras fuentes europeas.
Entre las opciones puestas a consideración de la FAU están los chinos K-8 (no muy apreciado localmente, especialmente luego de accidentes e incidentes varios), el nuevo L-15, el JF-17, los checos L-159 y L-39ZO, el M-346 y el ruso Yak 130, el cual parece ser el favorito, técnicamente considerado. El SU- 30 es el primer caza de 4a. generación arribado a la mesa de trabajo de la FAU, el cual podría significar un salto tecnológico que obligaría a la organización a plantear cambios, probablemente en el resto de su parque aeronáutico de combate, hoy inadecuado para realizar una transición hacia un programa tan avanzado, además de estar en consideración lo costoso de su hora de vuelo, la cual, para un país como Venezuela, en el cual el combustible no es una variable importante, es de 12.500 dólares, además del aumento de las horas de mantenimiento cada vez que se atraviesa la barrera del sonido, temas nada menores.
Por otra parte, la presencia del caza ruso significaría un enorme-e impensado hasta hace pocos días- salto tecnológico para la Fuerza y un claro mensaje hacia la región, no tanto hacia las postradas Fuerzas Armadas Argentinas, sino hacia las brasileñas, cuyo programa de equipamiento de aeronaves de combate ya lleva insólitos 14 años, el cual se vería obligado a concretar.
Sin embargo, hay quien cree que, tras este casi golpe publicitario, Uruguay podría recibir una propuesta adicional, por la anunciada nueva versión económica de Yak 130, talvez a poco menos de 14 millones de dólares y con menores desafíos operacionales.
Fuera de los aspectos técnicos, se debe tener muy en cuenta el inmenso peso económico de Rusia (gran cliente de cortes de carne y otros alimentos) y de China, principal comprador de soja. Ambos países hacen valer fuertemente esta condición a la hora de negociar equipamientos de defensa y seguridad en la región, inclusive, públicamente. (Javier Bonilla - Defensa.com)
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