(Infodefensa.com) Brasilia – El ministro de Defensa de Brasil, Celso
Amorim, resaltó las acciones de cooperación en Defensa con países africanos y el
estrechamiento de los lazos militares con algunas de esas naciones,
durante una entrevista con la BBC.
Amorim destaca los objetivos de esa aproximación, entre los que se encuentra el interés brasileño en convertir el Atlántico Sur libre de armas nucleares y de rivalidades militares. “Nuestra estrategia de Defensa tiene una dimensión de cooperación y otra de disuasión. Disuasión contra quien tiene que ser. En América del Sur, la estrategia ha sido tradicionalmente de cooperación. Es natural que el mismo concepto se aplique a África, que comparte con nosotros el océano, un área hasta hoy pacífica, con rarísimas excepciones y que deseamos mantener así”, afirma.
“El tipo de equipos que vendemos son equipos de Defensa del Estado. Vendemos Super Tucanos (aviones militares de Embraer) y, si eventualmente llegamos a vender navíos-patrulla, esto no es para usar contra la población civil”, afirma el ministro, “Brasil sigue las resoluciones de la ONU, tiene mucha preocupación con este hecho. Pero nuestra óptica no es necesariamente la de los países desarrollados. Veo muchas situaciones en países específicos que, a veces, la visión de los países desarrollados, ricos, sobre todo ex potencias coloniales, no es la misma que la nuestra. A veces tiene un visión muy particular de la situación y quieren purgar sus propias culpas descubriendo otros males”.
En relación con la construcción de una fábrica de armas en Argelia por empresas brasileñas (tras un concurso en dicho país disputado por empresas brasileñas como Odebrecht y Atech), Amorim explica que “es una relación de Estado con un país soberano que no está bajo sanciones de la ONU. Tengo cierta experiencia, no son muy ingenuo acerca de la situación”.
A lo largo de la entrevista, el ministro también resalta la noción de que el uso pacífico del océano, asociado a la ampliación estratégica del tráfico marítimo, podrá hacer de la cooperación entre Brasil y sus socios africanos una herramienta para garantizar que el Atlántico Sur siga como una vía segura de comercio.
“Los países africanos tienen un comercio creciente con nosotros, hay intereses crecientes de Brasil en África y ellos tienen interés también en cooperar para garantizar que el Atlántico Sur continúe siendo un océano pacífico, pero también para enfrentar nuevas amenazas como la piratería, contrabando y tráfico de drogas”, señala.
Destaca, asimismo, la receptividad encontrada en Brasil en las más variadas iniciativas de cooperación en curso. “Los países africanos ven en Brasil un país que coopera y que no trae ninguna carga emocional negativa de otros tiempos. Es un país en desarrollo con preocupaciones semejantes”.
Amorim destaca los objetivos de esa aproximación, entre los que se encuentra el interés brasileño en convertir el Atlántico Sur libre de armas nucleares y de rivalidades militares. “Nuestra estrategia de Defensa tiene una dimensión de cooperación y otra de disuasión. Disuasión contra quien tiene que ser. En América del Sur, la estrategia ha sido tradicionalmente de cooperación. Es natural que el mismo concepto se aplique a África, que comparte con nosotros el océano, un área hasta hoy pacífica, con rarísimas excepciones y que deseamos mantener así”, afirma.
“El tipo de equipos que vendemos son equipos de Defensa del Estado. Vendemos Super Tucanos (aviones militares de Embraer) y, si eventualmente llegamos a vender navíos-patrulla, esto no es para usar contra la población civil”, afirma el ministro, “Brasil sigue las resoluciones de la ONU, tiene mucha preocupación con este hecho. Pero nuestra óptica no es necesariamente la de los países desarrollados. Veo muchas situaciones en países específicos que, a veces, la visión de los países desarrollados, ricos, sobre todo ex potencias coloniales, no es la misma que la nuestra. A veces tiene un visión muy particular de la situación y quieren purgar sus propias culpas descubriendo otros males”.
En relación con la construcción de una fábrica de armas en Argelia por empresas brasileñas (tras un concurso en dicho país disputado por empresas brasileñas como Odebrecht y Atech), Amorim explica que “es una relación de Estado con un país soberano que no está bajo sanciones de la ONU. Tengo cierta experiencia, no son muy ingenuo acerca de la situación”.
A lo largo de la entrevista, el ministro también resalta la noción de que el uso pacífico del océano, asociado a la ampliación estratégica del tráfico marítimo, podrá hacer de la cooperación entre Brasil y sus socios africanos una herramienta para garantizar que el Atlántico Sur siga como una vía segura de comercio.
“Los países africanos tienen un comercio creciente con nosotros, hay intereses crecientes de Brasil en África y ellos tienen interés también en cooperar para garantizar que el Atlántico Sur continúe siendo un océano pacífico, pero también para enfrentar nuevas amenazas como la piratería, contrabando y tráfico de drogas”, señala.
Destaca, asimismo, la receptividad encontrada en Brasil en las más variadas iniciativas de cooperación en curso. “Los países africanos ven en Brasil un país que coopera y que no trae ninguna carga emocional negativa de otros tiempos. Es un país en desarrollo con preocupaciones semejantes”.
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