lunes, 12 de marzo de 2012

Tres rascacielos transformarán Catalinas

Por Angeles Castro LA NACION - Twitter: @AngiCas
Tal vez la visión más impactante la vayan a tener los turistas que lleguen en crucero y quienes suelan navegar por el Río de la Plata, más que los porteños que habitualmente transitan por la ciudad. De cualquier manera, el cambio no pasará inadvertido: tres modernos rascacielos, que costarán en total 320 millones de dólares, comenzarán a crecer este año en la zona de Catalinas, y para 2015 se habrán sumado a los edificios ya existentes en el sector, que quedará así perfilado como una continuidad de las megatorres de Puerto Madero.

Consultatio construirá su segunda torre en Catalinas, sobre Córdoba y Alem: tendrá 33 pisos para oficinas y costará US$ 150 millones. Foto: Renders provistos por los desarrolladores
Instaladas sobre el frente de Catalinas que da hacia la avenida Eduardo Madero, actualmente rezagado en comparación con los que miran a la avenida Córdoba y la plaza San Martín, las futuras edificaciones renovarán el paisaje en tres lotes donde hasta el año pasado funcionaban una estación de servicio, un estacionamiento y unas canchitas de fútbol 5.

Lejos de esa oferta relacionada con servicios, los vidriados rascacielos -que tendrán, según los permisos de obra otorgados por el gobierno porteño, entre 125 y 135 metros de alto- serán destinados a oficinas, como los ya habilitados, entre los que se destaca la torre de Consultatio, en el extremo sur de Catalinas, y el hotel Sheraton, en el extremo norte.

La misma Consultatio, compañía del empresario Eduardo Costantini especializada en emprendimientos inmobiliarios de gran escala en el segmento de alto poder adquisitivo, construirá en la parcela de Córdoba con acceso por Madero pero también por Leandro N. Alem un edificio de oficinas de 33 pisos, con una superficie total de 75.924 m2, que incluyen tres niveles de subsuelos para 500 autos.

Voceros de la desarrolladora confirmaron que los pisos se alquilarán a empresas de primera línea y que, en la planta baja, aportará una plaza pública de 3600 m2. La inversión será de 150 millones de dólares, en una torre que empieza y culmina cuadrada, pero cuyos vértices generan una rotación fácilmente perceptible. La obra comenzará el mes próximo y tendrá una duración de 30 meses.
Para IRSA, una estructura triangular de 29 pisos. Foto: Renders provistos por los desarrolladores

Se trata del rascacielos más importante que tendrá Catalinas, aunque no superará a la torre Renoir II, de Puerto Madero, que, con 175 metros de altura, seguirá siendo el edificio más alto de la Capital, según confirmaron voceros del Ministerio de Desarrollo Urbano local.

Otros 70 millones de dólares destinará la empresa IRSA -que ya tiene un edificio cerca de allí, en Bouchard y Viamonte- en la construcción durante 24 meses de un rascacielos de 29 plantas y cuatro niveles de subsuelos. Tendrá, señalaron voceros de la compañía, una superficie cubierta total de 55.544 m2 distribuida en una estructura triangular, sobre Madero, a mitad de camino entre Córdoba y San Martín.

El tercer edificio que le cambiará el perfil a Catalinas será la futura nueva sede central del Banco Macro, para la cual el prestigioso César Pelli eligió una forma oval. Es la desarrolladora Vizora la encargada de concretar el proyecto de un rascacielos de 28 pisos de altura y 35.000 m2 de superficie, con fecha de inauguración prevista para diciembre de 2015. La inversión ascenderá a 100 millones de dólares.

Además de las oficinas comerciales del Banco Macro, incluirá un comedor con terraza para que los empleados disfruten al aire libre, un gimnasio para el personal y un auditorio para eventos, con capacidad de hasta 200 personas.
Banco Macro, un cilindro diseñado por César Pelli. Foto: Renders provistos por los desarrolladores

Las tres torres planificadas respetarán las normas de eficiencia energética y diseño sostenible. La inminente expansión de Catalinas será posible porque la Legislatura aprobó un proyecto del jefe de gobierno, Mauricio Macri, para desprenderse de tres lotes propiedad del Estado porteño y amplió la capacidad constructiva en los predios, de modo de atraer a los inversores privados.

Durante el debate, la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) se opuso al cambio de las normas urbanísticas. "No es conveniente aumentar la ya altísima congestión y densidad de Catalinas norte. Además, el conjunto de edificios originales había sido construido con una geometría específica, un armado a 45 grados en relación con el resto de la ciudad, que dos de las futuras torres no respetarán", recordó a LA NACION el presidente de la SCA, Enrique García Espil.

De todas maneras, García Espil admitió que "aunque no responden al criterio original, los tres proyectos son de buena arquitectura".

Se reinvirtió la mitad de lo recaudado
Por ley, la recaudación por la venta de los lotes del Estado porteño en Catalinas -un total de $ 386 millones- debía invertirse en infraestructura escolar. El subsecretario de Gestión Económica del Ministerio de Educación porteño, Carlos Regazzoni, informó que $ 160 millones fueron destinados a realizar 20 obras de escuelas nuevas y ampliación de las existentes, que beneficiarán a casi 10.000 alumnos; se concluyeron tres de esas obras. Con otros $ 45 millones se compraron 10 inmuebles escolares que antes el Poder Ejecutivo alquilaba, lo que significaba un gasto anual cercano a $ 1.000.000. Quedan disponibles $ 181 millones...

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