Por Berto González Montaner (EDITOR GENERAL ARQ) - Diario Clarín
Los tres proyectos para trasladar el Gobierno porteño a Barracas son un aporte para revitalizar la postergada zona.
Foto: 1. Egozque-Vidal-Pastorino-Pozzolo.
Cualquiera de las tres propuestas finalistas para construir la nueva sede de Gobierno de la Ciudad en el barrio de Barracas se convertirá en un valioso aporte para revitalizar el tan declamado pero siempre postergado sur porteño.
La obra no llega sola. Por un lado se sumará a otras: a la nueva sede corporativa del Banco Ciudad diseñada por Norman Foster, a la Usina de la Ideas, al Museo de Arte Moderno y al Centro Metropolitano de Diseño, productos de reciclajes de viejas construcciones industriales. Y a un centenar de emprendimientos en el novísimo Distrito Tecnológico de Parque Patricios, tanto como a la paulatina llegada de nuevas estaciones del subte H. Por otro lado, la construcción de este nuevo edificio será la cabecera de playa del llamado Parque Cívico Central, planificación definida por la actual gestión a través de un concurso hecho en 2008, que ocupará una extensa área subocupada y bastante descuidada y deteriorada de la ciudad, donde en la actualidad funcionan –entre otros equipamientos– los hospitales Tobar García, Borda y Moyano.
Hilando más fino y poniendo la mirada en los aspectos propios de la arquitectura, los tres trabajos seleccionados a partir de un nuevo concurso organizado por la Sociedad Central de Arquitectos (hubo 24 propuestas) se ajustaron en líneas generales al plan maestro del Parque Cívico Central. La idea de esa planificación, basada en criterios morfológicos, es generar un gran espacio verde público delimitado por manzanas homogéneas (ver mapa). Una de estas manzanas, la ubicada entre la avenida Amancio Alcorta y Pedriel, sobre la barranca y vecina de los hospitales, es donde se hará la nueva sede de Gobierno.
El trabajo del estudio de arquitectos Egozque-Vidal-Pastorino-Pozzolo propone una serie de 5 edificios paralelos en forma de bloque que aluden a la forma pabellonal de los hospitales cercanos. Una de estas barras, rodeadas de verde, será dedicada a la jefatura de Gobierno y las restantes, a los ministerios. A su vez estos edificios se encuentran interconectados por una circulación transversal, como si fuese una espina vertebral del edificio. La conformación tiene su connotación simbólica: las cinco barras donde se alojarán las jefaturas y los ministerios coinciden formal y numéricamente con las cinco barras del escudo porteño.
En el otro extremo, el equipo Grinberg-Dwek-Iglesias-Petrate propone un solo edificio que ocupa todo el predio envuelto por una piel contínua de parasoles de hormigón. En su interior crea un magnífico espacio descubierto, especie de foro urbano, que divide en dos al edificio. A un lado, desarrolla la jefatura de Gobierno y hacia el otro, los ministerios, tamizados (no se entiende bien por qué) por los núcleos circulatorios.
El trabajo de Bruno-Lorelli- Lotopolsky-Minond-Solessio- Squassi (quienes a su vez son los autores del plan maestro para el Parque Cívico) pareciera casi una mezcla de los planteos anteriores. Crea un bloque parecido al del trabajo de Egozque para la jefatura de Gobierno y un segundo edificio casi triangular y con un espacio descubierto en su interior, para los ministerios, con cierta similitud al planteo de Grinberg. A diferencia de sus dos competidores, coloca el edificio de la jefatura de punta al interior del predio, mirando hacia lo que será el gran Parque Cívico Central. Pero tiene un aditamento particular. Reserva para lo que será el punto más visible del proyecto, en el eje de lo que llaman la Plaza Cívica de la Convivencia, el lugar para colocar el mítico balcón, que según dicen sus autores es casi condición sine qua non de una casa de gobierno.
Lo que terminará de definir cuál es el proyecto que empezará a construirse en mayo es la variable económica. Las empresas podrán hacer ofertas para cualquiera de los proyectos elegidos y a través de una compleja fórmula, que pondera las cualidades del proyecto y el precio, se decidirá cuál construir.
En definitiva lo que se busca es el mejor y el más económico, para dar un paso más en “recomponer el equilibrio Norte-Sur”. Tal como lo reclama nuestro Plan Urbano Ambiental.
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