Por Andrés Sanguinetti - Cronista.com
Los Cirigliano controlan un entramado de sociedades que operan desde las líneas Sarmiento y Mitre hasta 40 empresas de colectivos y micros de larga distancia y otras ocho firmas. Por año, reciben subsidios por $ 150 millones
Las dos últimas grandes tragedias ferroviarias de la Argentina fueron protagonizadas por una de las empresas del Grupo Cirigliano. Se trata de Trenes de Buenos Aires (TBA), a cargo de la concesión de dos ramales que desde 1995, pleno gobierno de Carlos Menem, explotan la concesión de las líneas Mitre y Sarmiento y transportan el 40% de los pasajeros de trenes en el área metropolitana.
Precisamente, dos formaciones del Sarmiento fueron las responsables del terrible accidente de ayer en Once, que dejó 49 muertos y 600 heridos; y del ocurrido en septiembre de 2011, en la estación Flores, que embistió un colectivo y provocó 11 muertes y más de 400 heridos.
Pero TBA es una de las herramientas que los hermanos Claudio y Mario Cirigliano diseñaron para recibir favores del Estado y subsidios que en 2011 arañaron los $ 150 millones.
Este grupo, donde Roque Cirigliano, uno de los primos de los hermanos Claudio y Mario, es director de Material Rodante y Nuevos Servicios, o quien debe controlar el estado de las formaciones, ha sabido generar fuertes vínculos políticos desde los años 90. Sus relaciones con el poder político de turno les permitieron crecer de manera significativa en dos décadas, aumentar su patrimonio y el tamaño de sus negocios.
Desde 1993 pasaron de controlar dos líneas de colectivos (la 61 y la 62), a ser uno de los mayores holdings de transporte de pasajeros. Además de TBA, opera 40 líneas de colectivos en Capital Federal, Bahía Blanca y La Pampa, a través de Grupo Plaza, también dueña de micros de larga distancia.
Poseen empresas dedicadas a ofrecer servicios ferroviarios y de colectivos; una agencia de turismo, su propia tarjeta SUBE llamada Ticketrans, y hasta una fabricante de conversores para la TV digital del Gobierno.
Su auge arrancó luego de que Carlos Menem los beneficiara con la concesión de TBA. Ganaron la licitación con Consorcio Metropolitano de Transporte (Cometrans), cuyo principal accionista es Grupo Plaza.
También en 1993, el menemismo le otorgó la explotación de la ex Fábrica Militar General San Martín, ubicada en esa localidad bonaerense. Allí operan dos empresas de los Cirigliano: Emprendimientos Ferroviarios (Emfer), y Tecnología Avanzada en Transporte (Tatsa). La primera fabrica y repara vagones, y la segunda desarrolla carrocerías para micros.
Pero su crecimiento también se dio durante la Alianza. Claudio y Mario Cirigliano fueron invitados a una reunión mantenida por el ex presidente Fernando de la Rúa el 6 de marzo de 2001 con empresarios para presentar en sociedad a su entonces ministro de Economía, Ricardo López Murphy. Y acompañaron a De la Rúa a una gira por Canadá y China.
Tras la caída de la Alianza, se beneficiaron de una medida clave del ex presidente Eduardo Duhalde. En octubre de 2002, firmó un DNU decretando la emergencia ferroviaria, norma que se mantiene hasta la fecha y bajo la cual se repartieron millonarios subsidios a las empresas del sector con la excusa de compensar los efectos de la pesificación y la devaluación.
Este decreto fue acompañado por una resolución del Ministerio de la Producción, entonces en manos de Aníbal Fernández, aprobando los programas de emergencia presentados por TBA y otras empresas del sector.
Ya en 2003, y tras la asunción de Néstor Kirchner, los hermanos Cirigliano siguieron acumulando beneficios. Fuentes sindicales, calculan que en casi 10 años de gestión K recibieron un promedio de $ 140 millones anuales en concepto de subsidios para TBA y el Grupo Plaza.
Y desde 2007, los Cirigliano forman parte de una unidad operativa llamada UGOFE, junto a Ferrovías y Metrovías que, en nombre del Estado, explota los servicios de las líneas de trenes San Martín, General Roca y Belgrano Sur, que le fueron quitados por deficiencias y quejas de los usuarios a Sergio Taselli, otro empresario vinculado al mundo K en el negocio del transporte de pasajeros.
De esta forma, queda claro que el principal ingreso de las empresas del Grupo Cirigliano se nutre de las relaciones con el Estado mediante la acumulación de dinero oficial a través de la compensación tarifaria y el subsidio al combustible. Por estos mecanismos, los micros del Grupo Plaza y los trenes de TBA obtenían hasta principios de este año, un precio diferencial del gas oil y millones de pesos para equilibrar la diferencia entre lo que pagan los pasajeros por el boleto ferroviario y lo que reciben las concesionarias.
Ambos mecanismos han sido desactivados por el gobierno de Cristina Kirchner. Habrá que esperar ahora, cuál será el futuro de la concesión ferroviaria de TBA a la luz de los 49 muertos y 600 heridos de ayer.
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jueves, 23 de febrero de 2012
Los dueños de TBA, un grupo siempre favorecido por el calor del poder político
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