Por Juan Diego Wasilevsky -iProfesional.com
Fabricar artículos con "ADN" nacional pasó a ser una suerte de competencia entre sectores. El jurado es el propio Gobierno, que le declaró la guerra a lo importado. Claro que no todos están en igualdad de condiciones para ganar. En esta investigación, los que están cerca de llegar a la final
El duro contexto internacional y los enormes riesgos de un Brasil empujando menos, de a poco, están reavivando el histórico debate "industria nacional vs. bienes importados". Prácticamente todos los funcionarios del Gobierno, vinculados con áreas económicas o productivas, vienen reflotando sus discursos "pro Made in Argentina" y alertando sobre una inminente avalancha de contenedores cargados de bienes "a precios de ganga", que podrían arrasar con las empresas nacionales y poner en riesgo miles de puestos de trabajo.
Así, la expresión "defender el mercado interno" en los últimos meses se fue colando en gran parte de los discursos de funcionarios como Amado Boudou o Débora Giorgi y hasta fue el eje principal en varios de los discursos de Cristina Kirchner. De hecho, fue la propia Presidenta quien terminó por encender la mecha del debate al declarar: "Es necesario no depender de la importación, por eso no queremos importar ni un clavo y que todo sea producto argentino".
Frente a esta postura, los industriales hoy aplauden de pie, incluso con ovaciones, como una señal inequívoca de aprobación frente a cada una de estas expresiones oficiales. Como contrapartida, los empresarios importadores se convirtieron en los claros perdedores de esta contienda, especialmente luego de conocerse que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, pasó a concentrar nuevas funciones, que antes dependían del Ministerio de Industria.
En efecto, el surgimiento de este "Super Moreno" puso en alerta a cientos de ejecutivos de empresas que traen productos de afuera, dado que bajo su figura quedó el manejo de las "temidas" licencias no automáticas y la aprobación de medidas antidumping, con las que se premian a la industria nacional y se castiga a todo lo importado.
En este contexto de "mano dura" frente a los bienes del exterior, surge una pregunta inevitable: ¿puede la Argentina cerrar sus fronteras y aplicar la controvertida expresión "vivir con lo nuestro"? ¿Sería viable entonces la producción y la economía en general si hipotéticamente se decidieran cerrar las fronteras para evitar el ingreso de bienes importados?
En definitiva, ¿es posible en la Argentina fabricar todo lo que se consume y, ni siquiera, depender de ese "famoso" clavo al que hizo referencia la Presidenta? Para responder este interrogante, resulta clave analizar de qué se habla cuando se hace referencia a la "Industria Argentina". En buen romance, qué porcentaje genuino de partes y piezas es realmente fabricado en el país para que el producto terminado no sea el resultado de un mero proceso de ensamble.
En este sentido, un revelador informe de la UIA, bautizado "El rompecabezas productivo argentino" -firmado por los economistas Diego Coatz, Fernando García Díaz y Sergio Woyecheszen-, destaca las diferentes realidades que atraviesan cada una de las ramas claves de actividad. Según el pormenorizado documento, la Argentina "presenta las características de una economía semi-industrializada", "a medio camino entre la de los países centrales o desarrollados y la de las naciones más pobres". El informe resalta que, existe una rica trama de encadenamientos industriales. Sin embargo, éstos exhiben las huellas "de años de desarticulación productiva, lo cual se manifiesta en la elevada cantidad de sectores con bajo nivel de integración nacional".
Así, mientras los expertos de la UIA detectaron 18 sectores con un alto contenido local genuino, como contrapartida relevaron más de 40 ramas de actividad -entre industria, agro y servicios- donde ocurre todo lo contrario, ya sea porque poseen muy bajo nivel de valor agregado o porque dependen mucho de los insumos importados.
En este contexto, iProfesional.com elaboró un "semáforo" de la industria, donde, a través de sus clásicos colores, queda reflejado cuáles son las ramas de actividad que incluyen más componentes argentinos y, como contrapartida, en cuáles todavía sus productos poseen un mayor nivel de "ADN" asiático o brasileño, a pesar de llevar sello local.
Luz verde: sectores con alto nivel de componentes nacionales
• Línea blanca: Es un sector que en 2011 está por batir un nuevo récord histórico en niveles de producción. Según Hugo Ganim, presidente de la cámara que nuclea a fabricantes de cocinas, esta rama de actividad "es una de las que integra mayor porcentaje de componentes fabricados en la Argentina, a contramano de lo que pasa, por ejemplo, en el rubro de la electrónica".
- Heladeras: este año se fabricarán más de 1 millón de unidades. Según Roberto Lenzi, presidente de la empresa Briket, "actualmente, cerca del 75% del valor de una heladera que sale a la venta está explicado por componentes nacionales. Únicamente el temporizador y el compresor se están importando de Asia o Brasil y representan el 25% restante". Otro punto a destacar es que, de la mano del incremento de las medidas proteccionistas, actualmente 8 de cada 10 unidades que se comercializan en el país son argentinas, cuando en 2003, apenas eran sólo 3.
- Cocinas: según Ganim, "hoy prácticamente el 100% de las piezas que incorporamos están producidas en la Argentina". En algunos casos, algunos insumos plásticos necesariamente deben importarse, pero todo el trabajo de matricería se realiza íntegramente en el país. En el caso de las cocinas, actualmente el 95% de lo que se vende es nacional, mientras que en 2003, el market share llegaba al 70 por ciento.
- Lavarropas: un caso testigo es el de la empresa Mabe que iniciará la producción de equipos de carga frontal en 2012 con un contenido local del orden del 50% pero planea llevar esa proporción al 85% en el transcurso del tiempo. El mercado interno también está dominado por los lavarropas nacionales: desde 2003 a esta parte, las importaciones se desplomaron un 50%, mientras que la producción local se disparó un 210%, superando holgadamente el millón de unidades fabricadas. De este modo, actualmente, hoy 9 de cada 10 lavarropas que se venden en el país son argentinos. El 10% restante se divide entre productos de Brasil, China y la Unión Europea.
• Pequeños electrodomésticos: La empresa Liliana es uno de los casos testigos. Si bien en la Argentina ingresan pequeños electrodomésticos de Asia por u$s225 millones anuales, la empresa acaba de iniciar la fabricación de una planta para aumentar la producción y sustituir importaciones por el 20% de ese total. Además, desde la empresa aseguran que el 80% promedio de los componentes de sus ventiladores, aspiradoras, licuadoras, batidoras, exprimidores, cafeteras, pavas y planchas, son nacionales.
• Calzado: Es uno de los rubros donde el Gobierno más combate frente a lo importado, especialmente contra los productos que llegan desde Brasil. Y, gracias al apoyo oficial, la realidad que atraviesan las empresas del sector es "óptima", tal como lo define el gerente de la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), Horacio Moschetto. En 2011, las cerca de 1.500 empresas, que emplean a 70.000 empleados, están alcanzando el récord histórico de 115 millones de pares fabricados localmente, una cifra que quintuplica a las importaciones. De ese total, el 60% son calzados de cuero, por lo cual, "en ese caso prácticamente todos los insumos son nacionales", aseguró Moschetto. "En esta industria hay algo de ensamble y se importan algunas suelas y capelladas, pero es la minoría. Diría que cerca del 90% de todo lo que el país vende en el mercado interno tiene trabajo e insumos argentinos. Y no son muchos los rubros que pueden decir esto", disparó Moschetto.
• Textiles: Según datos brindados por la Fundación ProTejer, el 60% de lo que se comercializa es nacional y el resto importado. Sin embargo, en cuanto al origen de la materia prima, hay variaciones en relación al tipo de producto. El denim, por ejemplo, la tela para hacer jeans, uno de los principales caballitos de batalla de la industria, "se hace en un 100% en la Argentina, gracias a las políticas como las licencias no automáticas y las medidas antidumping", señaló el economista Mariano Kestelboim. Además, según el Gobierno, la proporción de insumos nacionales viene creciendo ininterrumpidamente.
La ministra de Industria, Débora Giorgi, destacó que "la Argentina retomó el camino de fabricar el producto terminado". "Se avanzó en la industrialización ya que desde 2008 se frenó el nivel de importaciones de indumentaria y de textiles, mientras que el consumo interno de algodón siguió creciendo, abastecido por la industria nacional", aseguró la funcionaria.
Luz amarilla: sectores con un nivel de integración nacional relativo
• Maquinaria agrícola: Es una de las ramas de actividad donde el Gobierno más está peleando para generar una reconversión de la industria. Sucede que esta rama de actividad cada año acumula un déficit de u$s425 millones por importación de equipos y agropartes. De este modo, con la aplicación de licencias no automáticas y el freno en la Aduana, el Ejecutivo logró que empresas de primera línea, como John Deere y Case New Holland, comiencen a invertir en el país. Si bien en equipos de baja tecnología, la gran mayoría de las piezas son nacionales, en unidades más complejas abunda el "ADN" importado. Sin embargo, las presiones para equilibrar la balanza deficitaria, al menos en el corto plazo, estarían dando resultado. Así, AGCO, una de las mayores fabricantes a nivel mundial, por ejemplo, desembolsará u$s140 millones en el país para fabricar tractores con un 55% de componente local hacia fines de 2013.
• Motos: Es otro de los sectores donde el Gobierno más está pujando para reconvertir a la industria y aumentar el contenido local genuino. Con este objetivo, dispuso que, por cada unidad importada se deben ensamblar dos o producir una con al menos la mitad de los componentes fabricados en Argentina. En este contexto, desde el Gobierno presentan como un caso de éxito el de Honda, que comenzará a desarrollar 5 modelos nuevos. Se prevé que las motos tendrán un 75% de producción nacional.
Luz roja: sectores con bajo nivel de integración nacional
Según la UIA, estos sectores son los que "registran niveles de interacción restringidos con relación al resto. Poseen encadenamientos poco desarrollados y multiplicadores de empleo bajos, ya que su producción requiere de pocos insumos de origen nacional". Y da como ejemplos al sector automotriz y a la industria de ensamblado, como la electrónica.
• Industria automotriz: Es uno de los grandes motores de la industria nacional. Sin embargo, es el que más déficit le genera a la industria por la gran dependencia de autopartes importadas. Se estima que este año, entre lo que se exporta e importa se "fugarán" del país más de u$s7.000 millones. Según estimaciones de cámaras autopartistas como Grupo PROA, los vehículos argentinos tienen una integración de componentes nacionales menor al 30%. "Todo lo que es motores, sistemas de inyección y equipamiento de seguridad, como los frenos ABS o airbags, que justamente es lo más costoso de un vehículo, hoy vienen del exterior", explicó Raúl Ochoa, ex subsecretario de Comercio Exterior. Así, se estima que por cada auto que sale de las líneas de montaje en la Argentina, necesariamente se están importando, en promedio, más de u$s13.000 en autopartes. Desde el Gobierno aseguraron que los nuevos modelos de Fiat, Renault y Mercedes Benz (Sprinter) "comenzarán a producirse con una integración de entre un 40% y un 60% de piezas nacionales".
Sin embargo, desde Grupo PROA no coinciden con estas estimaciones: "Es muy común que una autopartista entregue un componente que luego las terminales lo catalogan como 100% nacional cuando, en realidad, puede estar conformado por una gran proporción de piezas importadas".
• Electrónica para consumo: El sector está conformado por las empresas que, bajo el paraguas oficial, están aprovechando las ventajas para ensamblar en Tierra del Fuego notebooks, netbooks, LCD, equipos de audio y DVD, cámaras digitales y teléfonos celulares, entre otros productos. Si bien los artículos que salen de la isla tienen sello nacional, "diversos estudios demostraron que el 90% de los componentes se traen de afuera", explicó a este medio Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores. Los críticos aseguran que, hasta el momento, en el caso de notebooks y netbooks, la única integración nacional es que al menos el 50% de las memorias RAM deben ser de origen nacional. una pequeña parte del valor total. Así, fuentes que pidieron estricto off the record, no dudaron al afirmar que el déficit de esta industria -que realiza exportaciones marginales- este año podría superar los u$s7.000 millones.
¿Fabricar, ensamblar o importar?
Respecto al discurso de la Presidenta, acerca de "no importar un solo clavo", Coatz, de la UIA, destacó que "hay que tomarlo hoy como una metáfora. Es muy importante defender la producción nacional, pero entendiendo que no estamos en los ochenta. Hoy las multinacionales están moviéndose en función de los menores costos, buscando los mayores incentivos. Es una realidad muy diferente". "La decisión de sustituir importaciones en la actualidad es bastante más difícil que hace 40 años. Hoy, incluso, hay productos o insumos que directamente no vale la pena fabricar en la Argentina, porque requieren de bajos salarios y una enorme escala. En otros sectores sí hay muy buenas posibilidades de reemplazar lo importado por lo nacional. Y hacia allí hay que apuntar", explicó Coatz.
Por su parte, Ganim destacó que "ninguna economía es absolutamente cerrada, siempre una parte de lo que se consume deberá llegar de afuera, pero tampoco se puede regalar el mercado con un moño".
En tanto, Santisteban aseguró que "el aplauso que recibió la Presidenta me llamó mucho la atención. Si hubiese sido en la UIA lo habría entendido. Pero no, fue en la Cámara de la Construcción. Entonces, a los señores que hacen rutas, puentes y puertos les pregunto: ¿con qué maquinaria trabajan? ¿Con bienes de capital nacionales? No, prácticamente todo es importado".
De este modo, explicó que "estamos a favor de la sustitución de importaciones, pero genuina. Es necesario implementar un sistema de premios y castigos. Así, si se le da protección a un empresario, que se le ponga un plazo y que luego demuestre que alcanzó un nivel de competitividad suficiente para que el consumidor no se vea perjudicado".
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jueves, 15 de diciembre de 2011
“Fabricando por un sueño”: conozca qué productos son candidatos a ganar el premio “Made in 100% Argentina”
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