miércoles, 17 de febrero de 2010

Opinión: El “Versalles” de Argentina

Por Carlos Jesús Rodríguez Mansilla
¡Ay de los vencidos!
La Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue una contienda tremenda en todo sentido de la palabra. Para tener una idea aproximada, digamos que en la batalla de Verdún murieron 530.000 hombres y en la ofensiva del Somme, las bajas superaron el millón. El saldo final de la gran Guerra fue de 10 millones de muertos y 20 millones de heridos y mutilados en el campo militar, sin contar las numerosas bajas civiles.

Alemania, el país vencido, sufrió la peor parte con 2 millones de muertos. Había movilizado un ejército de 13 millones de hombres. Las potencias vencedoras, lideradas por Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos e Italia, se instalaron en Versalles en Enero de 1919 para imponer sus condiciones a los vencidos. El territorio alemán fue desmembrado, de modo que Francia se apropió de Alsacia, Lorena y la cuenca carbonífera del Sarre. A su vez, Austria fue separada “con prohibición de volver a formar parte de Alemania”; Polonia se quedó con Posnania y la Alta Silesia (Danzig pasó a llamarse Gdansk); Dinamarca con el Schleswig septentrional. La región de los sudetes pasó a formar parte de Checoeslovaquia y las colonias alemanas se repartieron entre Gran Bretaña, Francia, Japón y Bélgica. Por su parte, Italia se apropió de Trieste, Istria, el Tirol sur y el Trentino-Alto Adige.

Las Fuerzas Armadas alemanas fueron desmanteladas y de ese modo el ejército sólo podía contar con 100.000 hombres, la Armada con 15.000 y se disolvía la fuerza aérea. El servicio militar obligatorio fue suprimido. También se disponía el desguace de la imponente maquinaria industrial alemana, principal competidora de Inglaterra y Francia. Así, 60.000 toneladas de maquinaria de las industrias Krupp fueron destruidas luego de Versalles.

Los buques de la Marina Mercante alemana fueron confiscados como pago de indemnizaciones, y los aliados se apropiaron de 14.000 aviones alemanes. No se permitía a los alemanes poseer tanques ni blindados de ningún tipo. Se prohibía la fabricación de submarinos y de buques que superaran determinado tonelaje, como asimismo la elaboración de material de guerra o de uso militar. A su vez, la producción de carbón mineral y hierro pasaban a estar bajo control de las potencias vencedoras. Las onerosas condiciones se conocieron como el “Tratado de Versalles”, que fue suscripto el 28 de Junio de 1919 por el gobierno socialista de la recién creada República de Weimar. Los alemanes, por su parte, lo llamaron el “Diktat de Versalles” (Dictado de Versalles). En un documento complementario, dado a luz en París en 1921, se imponía a Alemania una deuda externa por indemnizaciones de guerra, que llegaba a los 132.000 marcos oro. El Senado de los Estados Unidos rechazó ratificar el Tratado de Versalles. Uno de los miembros de la delegación norteamericana dijo: “Esto no es un tratado de paz. Puedo ver al menos once guerras en él”. Al gobierno militarista del Kaiser Guillermo, le sucedió la Democracia.

En Alemania se instalaron la miseria, el desempleo, la hiperinflación, el cierre de fuentes de trabajo, las cocinas de caridad, los dormitorios colectivos para indigentes, las huelgas, los motines, las barricadas, la violencia, las humillaciones públicas a los militares. Y una deuda externa impagable. El quiebre del principio de autoridad, trajo el desorden y la decadencia moral. Surgieron los cabarets con los primeros travestidos, los prostíbulos de homosexuales, la prostitución infantil, el tráfico de morfina y cocaína, el arte decadente.

El caso de Argentina: ¿Porqué traer a la memoria aquél Tratado de Versalles?

Porque existen demasiadas analogías con la situación del país. Porque cuando se analizan los graves problemas que sacuden a la Argentina, nadie o casi nadie llega al nudo de la cuestión: estamos pagando el precio que nos imponen los vencedores de la Guerra de Malvinas. Nos han dado el trato de país derrotado en una guerra, librada contra la primer potencia naval de la OTAN en Europa: Gran Bretaña. Potencia europea que tuvo el apoyo de otro país beneficiado con nuestra derrota: Chile. Y que hizo base en la Isla Ascensión, y empleó los servicios de información satelital de su aliado natural: los EEUU.

Veamos cuáles han sido los hechos que demuestran a las claras lo que afirmamos. En el último tramo del Gobierno de facto, Domingo Felipe Cavallo abultó el endeudamiento externo público al sumarle la deuda de particulares con entes extranjeros. El Gobierno constitucional de Alfonsín legitimó la medida, declarando a la totalidad de la deuda externa “de legítimo abono”, a la vez que inició una campaña de repudio a la guerra de Malvinas, dando comienzo a la “leyenda negra” que hoy subsiste. El mismo Gobierno entregó a Chile el Canal de Beagle, con lo cual el país entonces gobernado por Pinochet pasó a ser una potencia bioceánica, controlando el estratégico paso entre el Atlántico y el Pacífico, rompiendo la Doctrina del Derecho Internacional que establece: “Argentina en el Atlántico, Chile en el Pacífico”. Fue una compensación de guerra, al aliado táctico que suministraba información a Gran Bretaña durante la Guerra. Baste recordar el agradecido discurso de Margaret Thatcher a Pinochet “por salvar tantas vidas de soldados ingleses”, o las recientes declaraciones del General Mathei, ex Comandante de la FACH (Fuerza Aérea Chilena). Los ingleses reconocen que, un solo día que el radar chileno no estuvo operable, la aviación argentina hizo estragos entre la flota agresora. También llegó la vertiginosa devaluación de la moneda en varios ceros, la inflación y la hiperinflación. Los ajustes e impuestazos. Como en Alemania luego de Versalles.

Los militares argentinos fueron a dar al banquillo de los acusados, tanto por la derrota de Malvinas cuanto por la victoria contra el terrorismo. Había que “desmilitarizar la Argentina”. El Gobierno que sucedió a Alfonsín entregó a empresas o países extranjeros el petróleo, el gas, el carbón, los teléfonos, la energía eléctrica, el acero, la línea aérea de bandera con todas sus rutas, y los servicios de cloacas y agua potable. La vasta red ferrovial, que vertebraba la dilatada extensión del territorio nacional, fue suprimida. Los puertos, aeropuertos, rutas y autopistas fueron “privatizados”. Había que “vaciar” la Argentina.

Se suprimió el servicio militar obligatorio, se cerraron astilleros navales, fabricaciones militares y fábricas de aviones de la Fuerza Aérea. Se desmanteló la fábrica del misil de largo alcance “Cóndor”, la Fábrica del Tanque Argentino Mediano (TAM) y la CONEA (Comisión Nacional de Energía Nuclear) que había logrado un desarrollo admirable bajo la dirección del Almirante Castro Madero. Las FFAA fueron reducidas a su mínima expresión, con un presupuesto insuficiente, cerrándose cuarteles a la vez que se disolvían batallones y regimientos. Se eliminaron las hipótesis de conflicto. Había que “desarmar” la Argentina.

La industria nacional cayó ante la avalancha de productos importados subsidiados o ingresados por una “Aduana Paralela”, que inundaron el mercado. Comercios, fábricas y empresas de todo tipo fueron a la quiebra. La deuda externa creció en proporciones geométricas, alcanzando niveles descomunales, en paralelo con la corrupción y el descrédito de la clase política. Había que “empobrecer” la Argentina.

Las semejanzas no terminan acá, ya que también se dieron similares resultados a partir de “nuestro” Versalles. La legión de desocupados incluyó a millones de argentinos, la mitad de la población quedó sumergida bajo la línea de pobreza y la miseria pobló las villas suburbanas. La otrora orgullosa Argentina se convirtió en un país de mendigos, pululando por las calles y hurgando entre los residuos para comer. Surgieron los “piqueteros”, organizados y adoctrinados por grupos marxistas, encapuchados y armados con garrotes, apoderándose por la fuerza de calles, rutas, puentes y accesos, sitiando a Buenos Aires como práctica revolucionaria, tomando por asalto comisarías, ministerios, estaciones de servicio.

La corrupción de las costumbres, el auge de la droga, la perversión sexual y la inseguridad son moneda corriente en el país. Se multiplican los paros, las “tomas”, y las marchas de protesta. Reducida a ser una republiqueta anarquizada, anémica, desarmada y en estado de indefensión, la Argentina está limitada a exportar soja y subsidiar piqueteros. Éste es el resultado del “Diktat de Versalles” impuesto a nuestro país luego de Malvinas. Entenderlo así, es empezar a descubrir las verdaderas causas de nuestros males. Algo de lo que no se quiere hablar.

13 comentarios:

  1. Fel Tratado de Versalles (1919)dijo el Mariscal Foch: "Esto no es un tratado, es un armisticio por veinte años" No se equivocó: la segunda guerra mundial estalló en 1939...

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  2. Estimado Elías:
    Soy un ferviente seguidor del blog.La información sobre defensa nacional que vierte es positiva, reflexiva, analítica y aporta al conocimiento.
    Sin embargo notas como "El “Versalles” de Argentina Por C.J.Rodríguez Mansilla, no enriquece al blog, ya que si bien menciona información verdadera, parte de premisas como si fueran postulados, infiriendo resultados facilmente refutables y por ende quitandole valor a la nota, dandole por otro parte un tinte de discurso de barricada, que le resta seriedad al blog.
    Atte.

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  3. Hola quisiera saber en qué libro aparece éste ensayo, me podrias decir. Humildemente créo que no hay casualidades, són más reales, las "causalidades" y el ensayo de este autor, sintetiza el dolor de varias generaciones, de argentinos, por la rapiña voraz de los piratas malditos (G.B), y sus socios los mercenarios, mercaderes de la muerte (EE.UU.).-

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  4. Estimado Changuito, te dejo el link, alli esta el articulo.
    Fuente: http://www.sinmordaza.com/modules.php?name=News&file=article&sid=25877
    (Entra por debajo de la nota original)
    Mis saludos
    Jorge Elias

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  5. Estimados lectores:
    La opinión vertida por el autor, es personal y esta vertida por él.
    Se discienta o no con su opinión es patrimonio de los lectores...
    No siempre se pueden satisfacer todos los modos de pensar.
    Este blog, es apolitico y respeta todos los pensamientos y coloca los autores responsables de sus opiniones y todos tienen la fuente de donde provienen para dejar las cosas claras.
    Cuando dice "Opinión:", se remarca la prescindencia del blog sobre el tema.
    Saludos a todos

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  6. Estimado Changuito:

    Sería largo reexplicar tantas cosas que menciona el autor de la nota.
    Pero comenzemos: Parangón Alemania - Argentina.1919 -1939 20 años después la maquinaria alemana estaba de nuevo a pleno.Tal es así que pudo emprender una nueva guerra.Las guerras están en la mente, no en las armas que se tienen, pero permiten a la dialéctica diseñar una política por consenso o poder.
    Argentina 25 años después está peor que en 1983, cuando terminó la guerra de las Malvinas.Solo repasar los índices que permiten saber en el consenso mundial, donde está parado un país lo demuestran.
    Por tanto comenzar un ensayo de opinión con esa comparación, lo desmerece totalmente.
    A partir de esto se puede herirlo de muerte al artículo, ya que hace agua por las bandas, pero para que comprendas que no es un tema ideologíco, acepto que el tema canal de Beagle fue un error geopolítico muy importante de la administración Alfonsín.
    Otro día la seguímos.
    Atte.

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  7. fifalmentecampeao@hotmail.com18 febrero, 2010

    É lamentavel ler um comentário destes sobre a Argentina. Autrora, impiedosa em sua soberba sobre os demais paises sulamericanos. Me lembro da impáfia dos argentinos que vinham no Brasil. Nos brasileiros eramos trabados pelos argentinos dentro no Brasil como sub raça, africanos, macacos, terra de marginais analfabetos. Os argentinos eram os brancos europeus, os inteligentes e bacanas.

    Hoje a realidade se transformou totalmente, o Brasil hoje fabrica aviões, caças, submarinos nuclares, chips, carne, petroleo, tanques de guerra, satélites, frango, soja, biodisel, eletrodomésticos, carros, moveis, o melhor da medicina da america do sul etc. Reestruturamos as forças armadas e temos um projeto a longo prazo de potencia militar, sendo que hoje subjugarianmos a Argentinas muitas vezes se quisessemos.
    Nós os brasileiros não somos rancorosos. Aprendemos com nossos erros e com os erros dos outros, por isso sempre damos a mão a Argentina e super estimamos os "hermanos".
    Mais uma vez se cumpre " Quem se exalta sera humilhado, quem se humilha será exaltado".
    Paulo Santos

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  8. Epa epa estimado Paulo Santos.

    Gracias por las buenas intenciones.
    Será en retribución por nuestra imprescindible ayuda durante la guerra del Paraguay, porque sin ella, dudo que los sueños imperiales se hubiesen podido cumplir.
    No obstante confío que pronto, Argentina vislumbrará una alternativa de pensamiento liberal que le permita retomar la confianza en el progreso, el individuo como valor central, el capitalismo y la democracia republicana, como lo percibieron Mitre, Sarmiento y Avellaneda.
    No lo tomes a mal, pero dediquen esfuerzos al conocimiento científico y estarán en condiciones de alcanzar a tener 3 premios noveles en ciencias médicas y bioquímicas, como alcanzó la Argentina hasta la década del 70.
    No te sientas mal, tienen el mejor fútbol del mundo y a Pelé.
    Atte

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  9. Paulo Santos18 febrero, 2010

    Sr. Geasaralegui, muito boa tarde. Me sinto feliz por sua resposta de meu comentário e passo analisá-lo.
    Meu comentário anterior é realista e atual, reflete o presente e não séculos passados e décadas passada.
    Se Solano Lopes tivesse subjugado Brasil, Uruguai e a Argentina hoje todos seriamos um Paraguai. Então amigo, sob este ponto de vista nem brasileiros, argentinos ou até uruguaios devem nada um ao outro.
    Quanto ao fato de terem três prêmios cientificos, eu pergunto a você, em que ajuda isso hoje? Parece que isto piorou a Argentina depois dos anos 70 como disseste, de lá pra cá, só vimos uma Argentina decadente. Veja:

    Opinión: El “Versalles” de Argentina
    Por Carlos Jesús Rodríguez Mansilla Neste mesmo BLOG

    El Gobierno que sucedió a Alfonsín entregó a empresas o países extranjeros el petróleo, el gas, el carbón, los teléfonos, la energía eléctrica, el acero, la línea aérea de bandera con todas sus rutas, y los servicios de cloacas y agua potable. La vasta red ferrovial, que vertebraba la dilatada extensión del territorio nacional, fue suprimida. Los puertos, aeropuertos, rutas y autopistas fueron “privatizados”. Había que “vaciar” la Argentina.

    Las FFAA fueron reducidas a su mínima expresión, con un presupuesto insuficiente, cerrándose cuarteles a la vez que se disolvían batallones y regimientos. Se eliminaron las hipótesis de conflicto. Había que “desarmar” la Argentina.

    La industria nacional cayó ante la avalancha de productos importados subsidiados o ingresados por una “Aduana Paralela”, que inundaron el mercado. Comercios, fábricas y empresas de todo tipo fueron a la quiebra. La deuda externa creció en proporciones geométricas, alcanzando niveles descomunales, en paralelo con la corrupción y el descrédito de la clase política. Había que “empobrecer” la Argentina.
    "Las semejanzas no terminan acá, ya que también se dieron similares resultados a partir de “nuestro” Versalles. La legión de desocupados incluyó a millones de argentinos, la mitad de la población quedó sumergida bajo la línea de pobreza y la miseria pobló las villas suburbanas. La otrora orgullosa Argentina se convirtió en un país de mendigos, pululando por las calles y hurgando entre los residuos para comer. Surgieron los “piqueteros”, organizados y adoctrinados por grupos marxistas, encapuchados y armados con garrotes, apoderándose por la fuerza de calles, rutas, puentes y accesos, sitiando a Buenos Aires como práctica revolucionaria, tomando por asalto comisarías, ministerios, estaciones de servicio.

    La corrupción de las costumbres, el auge de la droga, la perversión sexual y la inseguridad son moneda corriente en el país. Se multiplican los paros, las “tomas”, y las marchas de protesta. Reducida a ser una republiqueta anarquizada, anémica, desarmada y en estado de indefensión, la Argentina está limitada a exportar soja y subsidiar piqueteros. Éste es el resultado del “Diktat de Versalles” impuesto a nuestro país luego de Malvinas. Entenderlo así, es empezar a descubrir las verdaderas causas de nuestros males. Algo de lo que no se quiere hablar. "

    Então amigo, realmente nos brasileiros não temos estes títulos de ciências, mas não nos tem feito falta, como não faz falta e em nada nos ajuda sermos penta campeões mundiais, ou termos mundial 2014 ou termos os Jogos Olimpicos 2016.

    Creio que América Latina, tem muito a ganhar unida. Só me referi a história que vivi. Nasci e cresci na fronteira da Argentina e na minha infancia via os argentinos nos tratarem como sub raça numa soberba só.

    Bem amigo, nada melhor que um dia depois do outro.

    Desejo sinceramente a recuparação de seu pais, mas pelo que demonstrou não aprenderam com seus erros e continuam se gloriando do passado, dormindo pra realidade.
    Grande abraço

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  10. Es lamentáble leer un artículo como el publicado. O sea que Argentina está como está por culpa del resto del mundo que se ha puesto de acuerdo para empobrecerla, disminuirla y unas cuantas fabulaciones más.¡Por favor!, nuestra decadencia comenzó mucho antes de la guerra de las Malvinas. Y si no somos capaces de extraer el petroleo y hacer funcionar nuestras minas de cualquier mineral ( porque hay de todo), tenemos que dar concesiones a los que puedan hacerlo , que por lo general son extrangeros ya que los grandes capitales argentinos están invertidos fuera, ¿será porque no le tienen confianza al país o por el Versalles que se cita en la nota? Y si dejamos de fabricar aviones, nuestros trenes no funcionan y muchas cosas más se lo debemos a los gobernantes que supimos conseguir o mejor dicho "elegir". Vamos, Argentina fue grande cuando los emigrantes que llegaron trabajaban y con sus ideas contribuyeron al progreso de la Nación. Eso se acabó, los descendientes casi no tienen ideas, y dios quiera que pronto nos despertemos con un poco de honestidad y patriotismo para rehacer a nuestra querida Patria. Pero sin pensar en cospiraciones ya que estas solo están en nosotros mismos. Un saludo

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  11. Amigo Paulo Santo, estoy de acuerdo con Ud.. Seguimos siendo arrogantes y soberbios. No aceptamos las críticas constructivas y seguimos mirandonos el ombligo sin ver lo que ocurre a nuestro alrededor.Vivimos de gloria pasada, como algunos personajes de nuestros tangos. Algún día cambiaremos y en el mundo nos mirarán con otros ojos. Un saludo

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  12. Estimado Paulo Santos
    Es verdad, la Argentina poco tiene para mostrar desde la década del 70 en adelante, forma parte de su decadencia.
    No obstante felicito a Brasil por la estrategia de crecimiento adoptada ya en el siglo XIX y con resultados actuales.No creera usted que esto es obra de Lula como supone la gente común.
    Sin embargo la adelanto que no es precisamente el modelo de país al que aspiro para mi república el de Brasil, India y China, las grandes potencias que irrumpen en este siglo.
    Mi visión para Argentina, está más cerca de naciones como Canadá, Australia, Nueva Zelanda donde la calidad se impone a la cantidad.
    Perdimos la carrera gracias a populistas que gobernaron el país en función de masas ignorantes, necesitadas de ansias de progreso, a las cuales engañaron hasta el día de hoy.
    El día que comprendamos que vivimos engañados que somos los mejores, seremos no tal vez mejores, pero estaremos nuevamente en la grilla de los 10 paises más importantes del mundo como fuimos en los primeros años del siglo XX.
    Respecto a la historia de la guerra del Paraguay,ni correntinos ni entrerrianos estaban de acuerdo en pelear frente a sus hermanos paraguayos.Tuvo el general Mitre que apelar a la flor y nata de la sociedad argentina para formar los cuadros de oficiales de los batallones de la Guardia Nacional, que cubrieron de gloria a las fuerzas argentinas.
    Atte.

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  13. Paulo Santos19 febrero, 2010

    Sr. Seasaralegui, muito bom dia.
    Nosso papo esta edificante, instrutivo.
    Desejo muitas benção, paz e prosperidade ao grande povo argentino!
    Mas quando vejo o senhor dizer: “Sin embargo la adelanto que no es precisamente el modelo de país al que aspiro para mi república el de Brasil, India y China, las grandes potencias que irrumpen en este siglo.
    Mi visión para Argentina, está más cerca de naciones como Canadá, Australia, Nueva Zelanda donde la calidad se impone a la cantidad. El día que comprendamos que vivimos engañados que somos los mejores, seremos no tal vez mejores, pero estaremos nuevamente en la grilla de los 10 paises más importantes del mundo como fuimos en los primeros años del siglo XX.” Quando leio isto mais certeza tenho que a soberba argentina do século XIX e começo do XX continua viva e destruindo esta grande nação. “É preciso ser humilde e reconhecer erro pra ser grande!” Pra sair de POBER pra Rico só se ganhar na loteria, trabalhando não se enriquece mais do dia pra noite. Pra ser Canadá, Austrália, Nova Zelândia em primeiro Argentina tinha que ser dona de seu próprio território, da sua casa. Hoje Argentina aluga uma casa pra morar. Seu território é dos ingleses e outros visinhos. Eles já tem aeroporto na Patagônia.
    Sabe não considero o Brasil exemplo pra nenhum pais do mundo. Há muitas dúvidas sobre o futuro presidente que assume ano que vem. Mas, já caminhamos muito neste processo de redemocratização, estamos prendendo e condenando os corruptos. Creio na Argentino este processo esta longe de começar acontecer. Depois que começar levará várias décadas pra se afirmar.
    Portandop sr. Seasaralegui, posso ver esperança para Argentina, com leio comentário como do ser Humberto, que muito me emocionou., veja: “Vamos, Argentina fue grande cuando los emigrantes que llegaron trabajaban y con sus ideas contribuyeron al progreso de la Nación. Eso se acabó, los descendientes casi no tienen ideas, y dios quiera que pronto nos despertemos con un poco de honestidad y patriotismo para rehacer a nuestra querida Patria.” Os colonizadores já morreram sr. Seasaralegui, seus netos perderam a fé no pais pelos desmandos que há nesta nação. Se todo argentino pensar a trabalhar com ordem, um passo de cada vez, aprender com os erros, haverá futuro pra Argentina. Enquanto se acharem a bolachinha mais recheada do pacote, a ultima coca-cola do deserto não há saída, não haverá solução.
    DEUS ABENÇOE O GRANDE POVO ARENTINO!
    Paulo Santos

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