Por Gustavo Sierra
Pakistán tuvo que ceder. Estaban en juego 7.500 millones de dólares de ayuda de los Estados Unidos.
Pakistán tuvo que ceder. Estaban en juego 7.500 millones de dólares de ayuda de los Estados Unidos.
A principios de año el asesor de seguridad del gabinete del presidente Barack Obama, James Jones, entregó una carta al presidente paquistaní Asif Ali Zardari. En la misiva, Obama le decía a Zardari que si el temido servicio secreto paquistaní, Inter-Services Intelligence (ISI), no ayudaba a la Central de Inteligencia Americana (CIA) a capturar a los jefes talibanes que se mueven libremente en la frontera afgano-paquistaní, se olvidara de la ayuda. Hay una relación muy cercana entre el ISI y los talibanes desde los años 80.
Quince días más tarde, la CIA lograba armar un centro de vigilancia y escuchas en Karachi, la enorme ciudad de 16 millones de habitantes en el sur del país, donde los talibanes se mueven con mucha tranquilidad. En la primera semana de febrero, la nueva cooperación ISI-CIA dio su primer y gran resultado. Lograron atrapar al Mullah Abdul Ghani Baradar, el número dos de los talibanes afganos y jefe de todas las operaciones militares, que sólo recibe órdenes del mítico jefe talibán el Mullah Omar.
Gracias a esta captura, pocos días después cayeron los comandantes de las provincias de Kunduz y Baghlan, también conocidos como "los gobernadores en las sombras". Y en otros operativos fueron capturados también tres hombres ya relacionados directamente con la red terrorista Al Qaeda, Ameer Muawiya, considerado el jefe militar de la zona tribal; Akhunzada Popalzai, el jefe de la policía de Kabul durante el régimen talibán; y Abu Riyan al-Zarqawi, jefe militar de los muyajaidines chechenos.
Todo esto, ocurre en momentos en que se desarrolla la llamada Operación Moshtarak, en la que las tropas estadounidenses intentan retomar el control de la región de Marsha, en el sur afgano, un enclave talibán y principal sector de producción de opio y heroína. De esta manera, Pakistán logró retener la ayuda que debe llegar desde Washington en los próximos 5 años y sumarla a los 12.000 millones de dólares que recibió desde que comenzó la lucha antiterrorista en el 2001. Lo que no queda muy en claro es cómo encajan estas detenciones en el plan de Obama de llegar a un acuerdo político con los talibanes.
Fuente: Diario Clarín
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